La educación tiene una responsabilidad transcendental en el conocimiento, entendimiento y sensibilización del patrimonio cultural, solo si se educa el personal idóneo podemos adelantar tareas efectivas de salvaguardia, que permitan exaltar los valores, resaltar la autenticidad y generar procesos identitarios. La tarea de la educación sobre los bienes culturales y naturales también está ligada a la participación de la población en las acciones de catalogación y valoración de lo que considera su patrimonio, ello enriquece el resultado, legitima las acciones de preservación y aumenta la capacidad democrática de la ciudadanía de ejercer control social sobre las decisiones de lo que se valora.
Por lo tanto es necesario crear estratégicas pedagógicas que permitan que la población reconozca y apropie para sí misma y para el desarrollo de su comunidad valores culturales, por ello hoy es común en las políticas públicas hallar referencias a la salvaguardia del patrimonio y al deber que tienen los Estados de producir espacios de difusión, participación y educación como estrategias de reconocimiento y apropiación del patrimonio. Lo anterior plantea retos educativos dentro de la sociedad global, erigiendo planteamientos más integrales para que a través de la educación se relacione el patrimonio con el desarrollo económico, social y cultural.
Acciones estratégicas
Motivar al estudiante al reconocimiento de la relación existente entre arquitectura, ciudad, patrimonio y cultura
Profundizar en los estudiantes el significado de la valoración y la significación de los bienes culturales y naturales de un contexto
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Taller de arquitectura y patrimonio sostenible