Una “Caqueboyatana”. Así definen su circulo de amigos y profesores del colegio a Lina Dussan, estudiante de cuarto semestre del programa de Comunicación Social – Periodismo de Utadeo y una de las mejores gimnastas rítmicas del país. Oriunda de Caquetá, esta tadeísta actualmente representa a la Liga de Gimnasia de Boyacá, pero dado que lleva más de 16 años en Bogotá, se siente una “rola” más. De ahí el apelativo.
Su inclinación por la Comunicación Social nació hace aproximadamente cinco años, cuando veía diariamente a la periodista Conny Mora en un reconocido canal deportivo del país. De ahí supo que lo suyo era el periodismo deportivo, una combinación perfecta con su otra pasión, la gimnasia rítmica, deporte que practica desde que tenía siete años, pero que ama, sin haberlo sabido, desde sus primeros años, cuando al salir a la calle le pedía a sus papás que la llevaran de la mano y le dieran “botes” hacia atrás y hacia delante, así como medias lunas. Pero el nombre de su pasión solo la conoció en el año 2004, cuando por primera vez asistió, en calidad de espectadora, a los Juegos Nacionales que se realizaron en Bogotá.
Los primeros años de entrenamiento, comenta Lina, fueron difíciles, pues debía desplazarse desde su casa, ubicada en el centro de Bogotá, hasta El Salitre, y posteriormente, al Centro de Alto Rendimiento, travesía de más de dos horas diarias en la que la acompañaron sus padres y hasta sus tíos, quienes tenían que distribuir el tiempo entre el trabajo y llevarla a los entrenamientos.
Lina actualmente hace parte de la Selección Colombia de Gimnasia Rítmica, en la modalidad adulto.
Su entereza y pasión la llevaron a no faltar a ninguna rutina, pese a las distancias y a tener que realizar sus tareas académicas tras llegar a su hogar, pasadas las diez de la noche. Ya a los doce años tuvo que aprender a desplazarse por la ciudad en bus, y a los catorce, tomar una de las decisiones más difíciles de su vida, mudarse a Tunja durante tres años para competir por la Liga de Boyacá, luego que se disolviera el equipo de la Liga de Cundinamarca. De ello dependía su continuidad como deportista de alto rendimiento. Así que aceptó el reto.
En sus fogueos internacionales, ha tenido la oportunidad de competir en diferentes ocasiones con la actual campeona del mundo, la rusa Yana Kudryavtseva, así como conocer a las que considera sus “ídolos” en este deporte, las ucranianas Alina Maximenko y Anna Bessonova, con quienes en la Copa Mundial Corbeil – Essones, que se llevó a cabo en Francia en 2014 y 2015, tuvo la oportunidad de conversar, tomarse algunas fotografías e incluso pedirles sus autógrafos.
Una carrera bañada en oro
Con tan solo nueve años, Lina participó en su primera competencia. Recuerda muy bien que fue en el 2008, en el Torneo Internacional del Sol y del Acero en Sogamoso, donde ganó su primera medalla en la modalidad de cuerda. Desde ahí su carrera empezó a bañarse de gloria. Un año después, en el Campeonato Nacional de Gimnasia Rítmica obtuvo sus primeras medallas de bronce y plata. En ese mismo año, quedó tercera en la clasificación nacional, lo cual le mereció su primer ingreso a la Selección de Colombia, de cara al Campeonato Sudamericano que se llevó a cabo en Bogotá. Allí, obtuvo el campeonato infantil.
Ya para el 2012, fruto del entrenamiento constante con su actual entrenadora Marta Pardo, nuestra tadeísta alcanzó el campeonato en las dos justas nacionales de ese año, lo que la llevó a ser seleccionada para entrenar en un campamento con la Selección de Estados Unidos, una de las potencias en este deporte. Desde esa fecha, y hasta ahora, Lina ha sido campeona nacional consecutiva, primero en la categoría juvenil y ahora en adulto.
Pero, sin duda, su año dorado fue el 2017, pues alcanzó dos medallas de bronce en los Centroamericanos y una medalla de oro en el Campeonato Sudamericano, donde superó a las gimnastas de Brasil, considerada la potencia de la región. Los Juegos Bolivarianos fueron la cumbre de su éxito deportivo. Arrasó con cinco medallas de oro de seis posibles, en las categorías de balón, masas, cinta, general individual y de equipos, y obtuvo una presea de plata en la modalidad de aro.
Desde el 2012, la tadeísta es campeona nacional de Gimnasia Rítmica.
Sin embargo, el camino no fue fácil. Fue una preparación dura, como lo destaca la tadeísta, pues tuvo que afrontar el estrés de los entrenamientos y la presión de las entregas finales en la Universidad. Sumado a ello, lo peor estaba por venir. Una lesión en su muslo, hasta un día antes de iniciar la competencia, amenazaba con terminar prematuramente su participación en los Bolivarianos: “el día antes de la competencia tenía mucho dolor, no podía hacer ningún elemento, estaba estresada, pues el entrenamiento previo le da a uno la tranquilidad para la competencia, pero entrené mal. En la noche tuve que ir al médico y me inyectaron, y luego pasé con el psicólogo porque creí que no podía competir”, recuerda la deportista.
En todo caso, el acompañamiento de su familia, así como su responsabilidad y persistencia, fueron el mejor analgésico. Al día siguiente se olvidó del dolor y obtuvo esta destacada participación, que entre otras, fueron las credenciales suficientes para ser la ganadora de los Premios Utadeo 2017 en la categoría de Prácticas Deportivas, un reconocimiento que no esperaba, pues considera que la Universidad está llena de talentos en esa materia. La noticia llegó cuando, en medio de uno de sus entrenamientos, fue citada para grabar la entrevista con los ganadores de este reconocimiento que premia la excelencia de nuestra gente.
Lina obtuvo el Premio Utadeo 2017 en la categoría de Prácticas Deportivas.
Al momento de recibir el premio, ese 29 de noviembre en el Auditorio Fabio Lozano, la emoción fue desbordante: “Estaban todas las luces apagadas y yo estaba esperando para pasar al escenario. Cuando dijeron mi nombre, yo sentía que el corazón se me iba a salir del pecho. Estaba muy nerviosa y pensaba que me iba a caer en el escenario”.
Ahora, espera poder fusionar la Comunicación Social con la gimnasia rítmica, pues quiere dar a conocer su deporte en los diferentes medios de comunicación, así como mostrar que existen otras alternativas además del fútbol y el ciclismo. Pero a ello se le suma una nueva pasión, la enseñanza. A finales del año pasado debutó como entrenadora con un grupo de niñas entre los 8 y los 11 años.
Para este 2018, el Sudamericano en Bolivia, los Centroamericanos en Barranquilla. el Pre Panamericano en Barranquilla, así como el Mundial de Gimnasia que se realizará en septiembre, estarán en la mira de la tadeísta, quien sabe que sus rutinas de entrenamiento de ocho horas diarias, de lunes a sábado, las deberá complementar con su horario de clases y compromisos académicos: “Todo es cuestión de ganas y de comprometerse con lo que se está haciendo. Hay que esforzarse por ser cada día mejor, y así se va cosechando lo que se siembra. Para mí, la gimnasia rítmica es pasión y amor, y Utadeo es libertad, pues aquí todos podemos expresar lo que somos, ser nosotros mismos sin ser objeto de crítica, y eso es lo que me gusta de mi Universidad”.
Un referente nacional
Cuando don Martín Dussan oye hablar de su hija Lina, el primer gesto que se resalta en su cara es una risa nerviosa, pues es así como él demuestra su alegría y orgullo hacia la tadeísta. Para Martín, la gimnasia rítmica ha transformado la vida de su familia, al tiempo que sufre y goza en cada competencia a la que su hija asiste. Son momentos eternos en los que suplica al cielo que Lina pueda terminar la rutina: “La gimnasia rítmica hace parte de nuestro estilo de vida como familia. Estamos pendientes de lo que Lina necesita. Lina es un referente para su familia. Gracias a sus logros deportivos, nuestros familiares han visto que sí es posible alcanzar las metas con esfuerzo y compromiso, tanto así que primos y sobrinos están comprometidos en diferentes deportes”.