El interés en el tema de la gestión y la conservación de archivos fotográficos y los proyectos que se han desarrollado en ella, parte de la necesidad de develar el poder de las fotografías como archivos que guardan la memoria y reconocerlos como respaldos de lo histórico y testimonial de imaginarios sobre colectividades.
Conocedora de la historia de la fotografía en nuestro país, de la importancia de su reconocimiento y difusión, desarrollé una investigación enmarcada en el estudio de los formatos fotográficos que suceden luego de la aparición de la llamada Tarjeta de visita, en 1853, como una forma de comunicación visual novedosa en la fotografía de retrato de la entonces sociedad parisina, que también, sin proponérselo, impacta en el coleccionismo y da pie al surgimiento de los álbumes fotográficos. Desde entonces las tarjetas de gabinete, las tarjetas postales, las cromopostales y las vistas estereoscópicas, llamaron mi atención y motivaron una búsqueda no sólo de imágenes sino de piezas fotográficas, que me llevó a conocer los archivos y colecciones en instituciones públicas y privadas de diferentes latitudes. Así empieza esta historia...
En 1987 se publica un artículo titulado “El patrimonio fotográfico en Colombia: estado de la cuestión”, de autoría de Patricia Londoño Vega, crítica e historiadora, que formó parte del proyecto Memoria Visual del Banco de la República, una estrategia que buscaba la recuperación del patrimonio fotográfico en Colombia a partir de convocatorias regionales y locales. Este documento abordó tanto las publicaciones, exposiciones y archivos fotográficos en los que se recuperaron y divulgaron fotografías entre 1978 y 1987 presentando un recorrido por las zonas del país; el artículo señaló los esfuerzos y el interés en el patrimonio fotográfico en ese momento y anotó, que aún quedaba mucho por hacer.
Otro artículo, publicado en el año 2013, por el crítico Halim Badawi, a propósito de la exposición temporal titulada “Inicios de la fotografía en Colombia 1841” presentada en el Museo Nacional. El texto hace un llamado a revisar la situación del patrimonio fotográfico en el país, señalando la falta de políticas de rescate y adquisición por parte de entidades públicas y pregunta por el estado de varias colecciones fotográficas en riesgo de pérdida.
Veinticinco y casi diez años después, respectivamente de las publicaciones citadas, se puede, por una parte, reafirmar el interés no sólo en la identificación y el rescate de archivos y colecciones fotográficas, destacar otros logros significativos y también señalar que, en Colombia, se adolece de una política integral en el tema de Conservación y Gestión del Patrimonio Fotográfico.
Patrimonio, archivo y colecciones fotográficas
Las diferentes investigaciones realizadas en el tema han querido debatir conceptos como “patrimonio” y extender esta discusión a los actores y a las instancias cuyo trabajo está involucrado con él. Y también se ha propuesto revisar otros conceptos asociados a patrimonio como preservar, recuperar y valorar, con el fin de continuar con discusiones que identifiquen a los actores y garantes del patrimonio, como lo propone Lourdes Roca (2014).
Archivos, museos, bibliotecas, universidades e instituciones universitarias, periódicos, revistas, fundaciones y otras entidades poseen – y, resguardan - colecciones y fondos fotográficos. Lugares que, entre públicos y privados, fungen como el repositorio permanente, en unos casos y, en otros, a veces temporal, de la memoria visual de tiempos pasados. El Archivo General de la Nación, el Museo Nacional, la Biblioteca Pública Piloto de Medellín, el Archivo de Bogotá, la Biblioteca Luis Ángel Arango, la Cinemateca Nacional, RTVC, la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, entre otros.
También existe un marco normativo en el que se pueden encontrar elementos alrededor de la definición y la salvaguarda del patrimonio cultural, entre leyes, decretos y resoluciones. Un antecedente importante corresponde a la Convención sobre la protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural adoptada por la conferencia general de la Unesco realizada en el año 1972 y a la que Colombia se adhiere en mayo de 1983. Otro elemento es la Constitución Política de Colombia (1991) en la que se define el rol del Estado frente a este tema. Y en esa línea, la Ley 80 de 1989 establece la creación del Archivo General de la Nación encargado de la función Archivística del país; la Ley 397 de 1997 correspondiente a la ley general de Cultura; la Ley 594 de 2000, correspondiente a la Ley general de archivos; la Ley 1379 de 2010, que reconoce el patrimonio bibliográfico y documental; la Política para la protección del Patrimonio Cultural Mueble (2013); la Ley 1712 de 2014, gestión de la información pública; el Decreto 1080 de 2015, que define la política del estado en materia cultural; y por último, la Resolución 3441 de 2017, por la que se reglamenta aspectos generales relativos al PAC - Patrimonio Audiovisual Colombiano en donde se incluyen los documentos y archivos fotográficos. Y con lo anterior, también se puede identificar los actores del sector administrativo de cultura, integrado por el Ministerio de Cultura Mincultura y sus entidades adscritas como son el AGN y el ICANH como establecimientos públicos, y unidades administrativas como el Museo Nacional y la Biblioteca Nacional de Colombia.
Una primera pregunta corresponde a qué es el patrimonio fotográfico, o mejor, ¿cómo se entiende el patrimonio fotográfico? Una aproximación corresponde en reconocer la puesta en valor de la fotografía como patrimonio cultural y, por consiguiente, la necesidad de preservarla por valoraciones de tipo estético, científico, artístico, histórico y simbólico. Otro elemento importante es la comprensión de la fotografía no sólo como una representación de la realidad sino como un documento visual y testimonial asociado a la memoria, la identidad y la elaboración de discursos a nivel local, regional y estatal. De esta manera, los archivos fotográficos transitan entre patrimonio cultural documental y/o artístico.
Otra pregunta que surge es, cómo se entiende un archivo fotográfico. Un archivo fotográfico puede considerarse como un espacio físico o virtual en el que se almacenan fotografías de distintas épocas en sus determinados procesos técnicos. Puede ser público o privado, y entre sus actividades se destaca la organización, catalogación, preservación y conservación de imágenes en soportes fotográficos (Roca, 2014). La conformación de un archivo inicia con la adquisición del material, que puede ser propio o darse mediante una donación, compra, rescate. Y finalmente, los archivos fotográficos son poseedores de gran valor no sólo histórico, como también simbólico, estético y documental. Un archivo fotográfico también puede entenderse como un conjunto ordenado de materiales afines a la fotografía: copias, positivas, negativos, vidrios, transparencias, etc., producidos o recibidos por personas físicas o morales, en función de sus actividades y dispuestos en tal forma que faciliten su almacenamiento, preservación y consulta (Caicedo, 2005).
La conformación de archivos fotográficos tiene sus antecedentes desde el siglo XIX, también, siglo de su aparición. De este período se han identificado acciones de documentación fotográfica con el registro a manera de catálogos que promulgaron tanto la visualización de referentes para pinturas y esculturas, como también con fines comerciales. En el siglo XX, con el advenimiento de diferentes avances en los dispositivos y técnicas fotográficas, las colecciones continúan con fines comerciales, pero también para la documentación de trabajos y para la investigación. Hoy, los archivos fotográficos son además plataformas, y se configuran en diferentes entornos reales y virtuales.
En 2015 el archivo fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín se incorpora al registro Regional de Memoria del mundo. Este archivo inicia en 1980 y es un referente a nivel nacional y latinoamericano, no sólo por su extensión y magnitud (con casi dos millones de fotografías que datan entre 1848 y 2005) como por su operatividad desde y para la comunidad.
Los archivos deben ser resguardados, pero también divulgados y documentados. Y es necesario desarrollar investigaciones y proyectos orientados hacia la preservación y gestión de los documentos fotográficos, entendidos desde la noción de patrimonio gráfico, documental y artístico ante la ausencia del reconocimiento pleno del patrimonio fotográfico - y en el marco de las diferentes políticas existentes en cada país y amparadas bajo la protección de la UNESCO.
En el caso concreto de Colombia, la situación de los archivos fotográficos es compleja y se requiere de una política clara que defina el alcance de las colecciones, su preservación, su documentación, así como también precisar los recursos humanos y económicos que dichos procesos requieren. En palabras de Fuentes (2012), “Una colección es una arquitectura cultural compleja cuyo caballo de batalla es la claridad de criterios y consistencia de los planteamientos”.
Bibliografía
Boadas, J., Casellas, L. y Suquet A. (2001). Manual para la gestión de fondos y colecciones fotográficas. Biblioteca de la Imagen. Girona: CRDI.
Caicedo, J. (1995). Archivos fotográficos: pautas para su organización. Bogotá: Archivo General de la Nación.
Edmondson, R. (2002): Memoria del mundo. Directrices para la salvaguarda del patrimonio documental. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. París: UNESCO.
Fuentes, A. (2012). La conservación de archivos fotográficos. España: Asociación Española de Documentación e Información Científica.
González, D. (2005). Una memoria visual para el futuro: La situación de los archivos fotográficos en el Caribe Colombiano. En Memorias. Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe. Año 1, Número 1. Universidad del Norte. Barranquilla. Colombia.
Kossoy, B. (2001). Fotografía e Historia. Buenos aires: La marca editora.
La conservación y preservación del patrimonio fotográfico. Universidad de Antioquia.
Lavédrine, B. (2003). A Guide to the Preventive Conservation of Photograph Collections. USA: Getty Publications.
Melo, J. (2005). Perspectivas de digitalización de patrimonio cultural documental y gráfico en Colombia, un esquema básico. Bogotá: Biblioteca Luis Ángel Arango.
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Pavao, L. (2001). Conservación de Colecciones de fotografía. Cuadernos técnicos. Granada: Editorial Comares.
Política para la gestión del patrimonio Bibliográfico y Documental. (2019). Ministerio de Cultura – Biblioteca Nacional de Colombia. Bogotá.
Roca, L., Morales, F., Hernández, C., y Green, A. (2014). Tejedores de imágenes. Ciudad de México, México: Editorial Instituto Mora.
Torres, R. (2010). Principios y técnicas en un archivo audiovisual. Bogotá: Fundación patrimonio Fílmico Colombiano.
Acerca de: Sandra Liliana Suarez Quintero
Diseñadora gráfica y especialista en Fotografía, Universidad Nacional de Colombia. Especialista en Docencia y Magístra en Estudios Artísticos. Profesora Asociada del Área Académica de Diseño Visual e Interactivo en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Coordina las áreas de Imagen fotográfica y Color, lidera el grupo de Investigación Estudios de la Imagen y dirige el semillero de Fotografía Objetivo XIX.
Combina actividades de docencia, investigación y creación, explorando temas alrededor de la imagen y sus posibilidades para la investigación y la creación, con proyectos y publicaciones sobre la gráfica popular, las prácticas de archivo, la memoria y la conservación de patrimonio fotográfico.
Becaria del Programa Santander Jóvenes profesores e Investigadores 2015; ganadora Bienal 2016 Salón Colombiano de Fotografía, del III Premio de Fotografía del Patrimonio Cultural de la Nación (2012), del Salón Tolimense de Fotografía (2008); Mención de Honor en el Premio Grau a las Artes (2014) y “Profesor Distinguido en Arte” en los Premios UTADEO 2014. Desarrolla proyectos documentales, artísticos y editoriales en el colectivo a-saltos de la memoria. Vive y trabaja en Bogotá.