El tabú de la menstruación, el miedo al estigma, creencias, supersticiones y el difícil acceso a productos sanitarios en entonos rurales de algunos países del mundo como Uganda, Malawi, Tanzania, Ruanda, Malí, Jordania, Marruecos, Georgia entre otros países fueron las causantes para que una diseñadora industrial colombiana “hackeara” una toalla sanitaria dándole inicio a un proyecto de vida llamado “Be Girl”
Diana Sierra, creadora de Be Girl hizo parte de esa porción de mujeres que a lo largo de su vida hacen uso de más de 16.000 productos desechables entre toallas higiénicas y tampones que van a parar a basureros; esta diseñadora industrial colombiana graduada de la U. de los Andes trabajó por más de 10 años en el diseño de productos para Panasonic, Nike y LG, productos que solo el 10% de la población podían adquirir, dándose cuenta que estaba diseñando para la población equivocada.
En su paso por Barara, zona rural de Uganda, trabajando con la comunidad evidencio la problemática de la menstruación entre las niñas de 11 y 15 años de zonas rurales, más del 40% de las niñas en el mundo no tienen acceso a productos sanitarios perdiendo una cuarta parte del año escolar, no cuentan con educación sexual apropiada, son apartadas en su menstruación por tradiciones antiguas y sufren de infecciones severas debido a la falta de salubridad de las zonas donde se encuentran.
Fue así como decidió rediseñar las toallas higiénicas creando un primer prototipo con tela de sombrilla y retazos de mosquitero con durabilidad de un año, usando un mecanismo sencillo con un bolsillo de malla que se amarra a la parte inferior de la ropa interior, en este se puede insertar tela, papel higiénico o algodón para absorber el flujo.
Be Girl se convirtió en empresa apoyada por la Fundación Futura de Suiza creando el “empower bank” en el que compras un producto y donas otro a alguien que lo necesita, más de 15.000 calzones Be Girl han sido entregados en países como Uganda, Malawi, Tanzania, Ruanda, Malí, Jordania, Marruecos, Georgia, República Dominicana, Ghana, Sierra Leone, Islas Salomón y Estados Unidos.
Con esto no solo se busca dar solución a la problemática de accesibilidad a productos sanitarios, también busca terminar el tabú de la menstruación, además de ser uno de los problemas más ignorados, afecta en temas de educación, de salud pública y por supuesto de medio ambiente.
INFORME: Ana Maria Rey