Luis Mayorga, un tadeísta que le apuesta al proceso de paz desde el sector empresarial
El tadeísta Luis Mayorga se define a sí mismo como “un bicho raro”. A pesar que su familia vivió el dolor del conflicto armado colombiano, pues uno de sus tíos durante varios años estuvo secuestrado por las Farc, él disfruta escuchar las historias de exguerrilleros que dejaron la vida de las armas y es un fiel impulsor del proceso de paz desde los tiempos de La Habana.
El Espectador habló con él desde sus inicios como diseñador industrial en nuestra Universidad, así como el legado empresarial que le dejó su padre, don Luis Mayorga, quien fue el fundador del grupo Lemco y de la fundación Challenger.
“Soy un convencido del proceso de paz y de las oportunidades que abre. El empresariado en Colombia puede desarrollar dos o tres veces más rentabilidad trabajando con la gente y protegiendo el medio ambiente. Hay una minoría de empresarios en el país que se han lucrado lastimosamente del sufrimiento y la violencia que han padecido las víctimas del conflicto armado, como en el Urabá antioqueño, y ese modelo no puede seguir. Este es un país que no debe ser más tan desigual, tan clasista, tan machista, tan racista”, señala el tadeísta en diálogo con el medio de comunicación.
En noviembre del 2015, Mayorga viajó a La Habana para representar a los industriales jóvenes en la mesa de negociación, allí tuvo la oportunidad de hablar con varios excomandantes del grupo guerrillero. Para ese entonces, el tadeísta ya estaba liderando un colectivo para la implementación del proceso de paz llamado Creatura.