El Espectador entrevistó a Luis Domingo Gómez, profesor de la cátedra de Derecho Animal de Utadeo
El 2020 fue un año definitivo para reivindicar los derechos de los animales y los ecosistemas naturales. Por ejemplo, la justicia le otorgó derechos al Parque Los Nevados y a la Isla Parque Salamanca, al tiempo que se protegieron los derechos de algunos animales de compañía. Para ello, El Espectador habló con Luis Domingo Gómez, profesor de la cátedra de Derecho Animal de las maestrías en Ciudadanía y Derechos Humanos y Derecho Ambiental y Sostenibilidad de Utadeo, la primera de su tipo en América Latina.
“A las autoridades les quedó grande gestionar el recurso de flora, fauna y el territorio en determinados lugares, especialmente en los ecosistemas estratégicos que tienen incidencia directa en el goce de derechos de determinadas comunidades. Ni las gestiones de las autoridades administrativas competentes ni incluso decisiones judiciales eran suficientes para lograr la protección de ecosistemas de los cuales dependen comunidades concretas. Por eso se da el paso a la protección por vía tutela, en las cuales los jueces reconocen la existencia de derechos a la naturaleza en consonancia con el derecho colectivo al ambiente sano, al derecho a la salud, al agua potable, entre otros. Los jueces van más allá y deciden reconocer el vínculo entre humanos, animales no humanos, cuerpos de agua y ecosistemas, pensando en las generaciones futuras y garantizando que se proyecten políticas de desarrollo sostenible”, sostiene Gómez.
El tadeísta recordó que, en el 2016, el Congreso colombiano decidió seguir el ejemplo de Perú, Francia y Portugal, al modificar la categoría jurídica de los animales vertebrados, pasando de denominarlos “cosas” a “seres sintientes”. Sin embargo, asegura, faltó dar otro paso, en términos de asegurar la estabilidad emocional de los animales, cuando estos hacen parte de una familia multiespecie.
“Nos queda, y lo vamos a buscar prontamente, insertar a los animales en la Constitución porque sabemos, como lo hizo Brasil (1988), Suiza (1992), Alemania (2002) y Egipto (2014), que así vamos a garantizar un proceso más rápido de desarrollos legislativos y adopción de decisiones judiciales más amplias y respetuosas de los derechos de los animales”, asegura Gómez.
Ante los cambios que deben gestarse en las leyes colombianas, el profesor rescata que la cátedra en Utadeo es de vital importancia para generar profesionales comprometidos a diseñar y utilizar herramientas legales en favor de los animales, pasando de la teoría a la práctica.