Deforestar la Amazonia reduce el agua potable en las ciudades

Contenido web archivado:

Este contenido es para fines históricos y no se le realizan actualizaciones

Recomendados
Deforestar la Amazonia reduce el agua potable en las ciudades
Compartir en
Jueves, Abril 29, 2021
Estudiantes

La disponibilidad de agua por habitante en América Latina ha disminuido un 22% en los últimos 20 años. Mientras tanto, la Amazonia ha perdido cerca del 17% de su cobertura forestal. ¿Cómo se relacionan estos dos fenómenos?

La escena: un árbol talado en la región amazónica. Las imágenes que sirven de referencia: animales desplazados de su hábitat natural, tierra seca, poblaciones indígenas sin territorio. Estas son consecuencias cercanas, pero el problema alcanza otras dimensiones y una de ellas es poco mencionada: cada vez que se deforesta la Amazonia, los habitantes de grandes ciudades de América Latina pierden, poco a poco, la certeza de poder beber agua potable cada día.

Por la deforestación acelerada de la Amazonia, como explica Germán Poveda, doctor en Ingeniería y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, las personas que viven en ciudades como Bogotá, Quito, Lima y La Paz podrían quedarse sin agua en un futuro por la deforestación acelerada de los ecosistemas amazónicos. Para explicarlo, Poveda suele remitirse a uno de los fenómenos más asombrosos de la naturaleza: los ríos voladores, como se les ha denominado a las corrientes de viento que transportan grandes cantidades de humedad desde el océano Atlántico a la región Amazónica y luego a los Andes y al sur del continente.

De acuerdo con Poveda, estos enormes “ríos voladores” se alimentan de la evapotranspiración del bosque amazónico. Y la región amazónica, señala el profesor, está “inmersa en un circuito de transporte de humedad y de retroalimentación de humedad hacia la atmósfera, de la cual depende el clima de todo Suramérica y el suministro de agua a los glaciares y páramos Andinos, de los cuales depende el suministro de agua de grandes ciudades”. Los bosques amazónicos, de hecho, albergan más de 600.000 millones de árboles, y gracias a ellos se crean esos grandes flujos aéreos de agua en forma de vapor que pueden generar lluvias a más de 3.000 kilómetros de distancia.

Evapotranspiración, bosques y páramos

La evapotranspiración consiste en la evaporación del agua en la superficie terrestre, incluyendo la transpiración de los seres vivos, principalmente de las plantas y los árboles. El bosque amazónico, por ejemplo, mantiene el aire húmedo para subsistir gracias a su propia transpiración de agua. Ese vapor de agua evapotranspirado por el bosque es transportado por los “ríos aéreos”, los cuales transportan el agua para abundantes lluvias que son las que irrigan diferentes regiones de América del Sur, alcanzando incluso el río de la Plata, en Argentina. Cada árbol de la Amazonia, según el Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil, puede transpirar hasta mil litros de agua al día, lo cual significa que todo el bosque amazónico transpira 20 mil millones de toneladas de agua diariamente.

Para entender cómo influye la deforestación en la generación de agua, Alejandro Parra, ingeniero ambiental y magíster en Manejo de Recursos Hídricos de la Universidad de Stuttgart, explicó que “la cobertura vegetal es como un amplificador de agua. Cuando hay bosques, la humedad es absorbida por los árboles y las plantas. Esa agua poco a poco se va evaporando. Cuando no hay plantas, el agua escurre por las laderas o se infiltra en el suelo muy rápidamente, pues no hay raíces que mantengan el agua en la superficie. Toda esa agua que se genera en los bosques mantiene el aire húmedo y por los vientos se generan grandes cantidades de agua para lluvias en otras regiones”.

De una forma más sencilla, explica Parra, se puede pensar en el proceso así: “Piensen en que tienen un terreno solo con tierra, otro con pasto y otro con árboles. En todos llueve. En el que solo tiene tierra, el agua difícilmente se puede contener y, cuando se contiene, al otro día se puede secar. En el pasto, una parte de la humedad se mantiene en las plantas, no se infiltra y queda más tiempo. En el caso del bosque, esta fracción de agua atrapada es aún mayor. El agua contenida en la vegetación se va evaporando lentamente, manteniendo una mayor cantidad de humedad en el aire, arriba de la superficie”.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional.