El decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de Utadeo, Santiago Correa Restrepo, analiza la situación que generó la caída de este banco.
Lo primero que hay que entender es que el Silicon Valley Bank -SVB- no es un banco que maneje criptomonedas sino que está especializado en Startups tecnológicas dentro de las cuales hay empresas que trabajan con criptomonedas y criptoactivos.
En los últimos meses la Reserva Federal en los Estados Unidos, y muchos bancos en el mundo, han endurecido su política de tasas de interés con el fin de controlar los procesos inflacionarios que se han venido fortaleciendo. Esto hizo que muchos bancos como el Silicon Valley Bank que habían invertido en bonos del tesoro, vieran devaluados los títulos que habían comprado con tasas inferiores, generando pérdidas en los tenedores de éstos y erosionando su valor.
El incremento de las tasas de interés generó que las empresas tecnológicas destinaran mayores recursos al pago de sus deudas e incrementó las dificultades de acceso a nuevos recursos en fondos de capital de riesgo. Esto provocó que muchos de los clientes del SVB empezaran a retirar sus depósitos para cubrir sus operaciones. El pasado 10 de marzo, dada la avalancha de solicitudes que se generaron del orden de alrededor de 2.250 millones de dólares para tratar de cubrir su operación normal, se generó un efecto inmediato sobre el valor de las acciones; por ejemplo, ese día cayó en más o menos el 60% el valor de las acciones del banco, lo que llevó a que se hiciera una intervención muy rápida por parte del gobierno de los Estados Unidos y la Reserva Federal porque ya estaba ocurriendo una *corrida en depósitos en el banco (*momento cuando todos los depositantes del banco salen a ordenar el retiro de sus depósitos para evitar que se pierdan).
Esta situación genera una gran incertidumbre en el mercado, propicia un temor colectivo de que quienes tienen dinero en el banco lo vayan a perder y normalmente cuando eso ocurre, ninguna de estas instituciones está en capacidad de responder en caja por la totalidad de los depósitos y tiene un efecto de contagio muy fuerte.
Frente a esta situación, los entes de control en Estados Unidos cerraron el banco y lo pusieron bajo administración judicial de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), lo que permite liquidar los activos para responder a los depositantes y acreedores. Es importante señalar que, a diferencia de la crisis del 2008, esta intervención como lo señaló Janet Yellen, Secretaria del Tesoro, sólo cubrirá a los depositantes y acreedores, no a los propietarios e inversionistas.
El efecto de esta situación se ha comenzado a sentir en otros bancos. La cotización de First Republic Bank y PacWest Bancorp se suspendió temporalmente, después de que las acciones se desplomaran un 65% y un 52%, respectivamente. Las acciones de Charles Schwab cayeron un 7% el pasado lunes y, en Europa, el índice de referencia Stoxx Europe 600 Banks, que agrupa a 42 grandes bancos de la Unión Europea y el Reino Unido, cayó un 5,6% y, en particular el Credit Suisse cayó un 9% en su cotización y fue comprado por el UBS garantizando sus depósitos y enviando una señal de tranquilidad a los mercados europeos. La filial del Silicon Valley Bank en el Reino Unido fue comprada por 1 libra (US$ 1,2), enviando una señal de tranquilidad y evitando que el SVB UK fuera declarado insolvente por el Banco de Inglaterra.
El efecto de esto en las diferentes bolsas se ha sentido en los últimos días, en especial en las bolsas asiáticas, pero por ahora hay un relativo consenso de que esta es una situación diferente a la del 2008 por las características de este banco en particular pues tiene una cartera de clientes muy poco diversificada, es un banco de nicho especializado en empresas tecnológicas y Startups y, en términos generales el sector financiero es más saludable y menos expuesto que hace 15 años. Incluso, frente a las dificultades del First Republic Banck, en Wall Street se depositaron más de 30.000 millones de dólares para evitar su colapso, así mismo, el Bank of America, Wells Fargo, Citigroup y J. P. Morgan Chase formaron parte del rescate, dando alrededor de 5.000 millones de dólares cada uno para evitar que el sistema financiero estadounidense esté en riesgo, lo que hace prever que no estamos frente a un efecto dominó, aunque se sentirán en todo caso, sus efectos adversos durante todo el año.
Para la Bolsa de Valores de nuestro país y las consecuencias en la economía colombiana podemos decir que es posible que se sienta su efecto en inversiones indexadas en estas bolsas y al bajar los índices se pueden ver afectadas las valoraciones como ocurre en cualquier fluctuación del mercado. Las empresas colombianas con las características mencionadas anteriormente, probablemente tendrán un golpe mayor en la medida en que el gobierno federal pueda o no respaldar todo lo que hay depositado allí, pero es un efecto indirecto por medio de las bolsas internacionales.