Las artes en el cine: la visión de Alberto Tamayo Rodríguez

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Las artes en el cine: la visión de Alberto Tamayo Rodríguez
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Miércoles, Febrero 14, 2024
Músico y cineasta, el nuevo director del área académica de cinematografía de la Universidad tiene el reto seguir contribuyendo a la gestión cultural de los proyectos artísticos de los tadeístas.

Para conversar con Alberto es casi necesario haber escuchado previamente algo de sus interpretaciones en el piano, ya sea acompañando las ceremonias de grado de la Universidad o junto al quinteto Leopoldo Federico, del que es miembro desde el 2011.

Sentir y pensar hacen parte de su esencia como artista, gestor cultural y ahora director de esta área académica. El sonido y la música son las raíces del quehacer que ahora lo conecta con las expectativas de un cargo administrativo sumamente importante en la Universidad.

Durante la entrevista, a propósito del cargo que ocupa hace aproximadamente un mes, conversamos sobre los retos que implica la dirección de esta área. “Conozco el tema de la gestión académica y de proyectos. Para mí es muy importante que los procesos tengas una base de sostenibilidad: contenidos lógicos y actualizados pensados para el contexto. Si bien el área es de cinematografía, abarca todas las artes.”.

Menciona que es fundamental estar en constante comunicación con todos los posibles proyectos e iniciativas que se presentan en el área, algo que permite afianzar el ejercicio de los artistas y los gestores culturales en torno a las artes.“Si bien la Universidad no tiene un área específica de emprendimiento, incubadora o algo así, nosotros desde acá hemos hecho un ejercicio para acelerar esos emprendimientos y proyectos de índole cultural tanto en Bogotá como en el territorio, en contextos donde hay apropiación social de la cultura y de las artes". 

Al hablar de los retos del cargo, dice que uno de ellos es conservar el ADN del área. “Seguir abriendo espacios donde se genere diálogo entorno a la gestión cultural. Eso implica, explica, una sostenibilidad financiera, académica, contenidos de calidad y grandes alianzas. “Interacción con el sector, entes territoriales e instituciones públicas y privadas. Santiago -el anterior director- dejó un techo alto en este ámbito de la gestión, ese es un reto que me encanta: pasar los umbrales que ya tenemos”. Dentro de sus perspectivas, quiere que el área de cinematografía sea un referente de consulta en todo el país en términos de política pública e incidencia en la formulación de proyectos y emprendimientos culturales.

Conversamos también sobre la transformación digital del mundo, en especial de la academia, las implicaciones de las necesidades actuales, y de los estudiantes como eje en la misión de formar. Tamayo resalta que la base conceptual es muy importante y a partir de ahí, el ejercicio con las nuevas narrativas, lo digital, incluso la inteligencia artificial, se convierten en un componente transversal de los programas.  “Tenemos una línea que, de hecho, es un laboratorio que se llama Narrativas Convergentes. Estamos abriendo esa línea; nuevas narrativas e inteligencia artificial para la maestría. La nueva cohorte que empieza tiene elementos súper potentes de IA y nuevas narrativas”.

Dentro de la complejidad que caracteriza a los artistas en sus procesos creativos, está la gran misión de seguirlos formando. Alberto menciona que hay cabida para todos, sus ideas y sueños. “No se trata de meter dentro de una plantilla a los estudiantes. Hay unas bases conceptuales sobre las que se trabaja junto los a profesores y los alumnos sin que la creatividad tenga limitantes. Trato de mantener un equilibrio entre lo administrativo y lo emocional para acompañarlos y atenderlos”.

En su rutina está tocar el piano todos los días, pone atención a lo esencial y el contacto interpersonal hacen de su gestión un éxito. Mirar a los ojos, escuchar y llamar a las personas por su nombre genera conexiones contundentes en el día a día. “Oír, conocer el proyecto de vida, los sueños, dudas académicas, pero también personales, eso quiero. Y si no tienen un proyecto de vida, podemos ayudar con esa tarea. Se trata de conducir los procesos y entender la particularidad de cada uno”.

Al conversar con Alberto es imposible no terminar retomando la música y el sonido como tema central, pues es lo que mueve su vida. Aunque no siempre está reproduciendo compases en sus oídos, el silencio también es sustancial en sus días. “Escucho música todos los días, pero no en todo momento, para mí el silencio es vital. A veces es más narrativo y elocuente”. Entre sus gustos musicales está la música clásica en las notas de Beethoven o Bach. Pero en Latinoamérica también tiene referentes como Spinetta, Cerati o Charly García.

Para Alberto vienen retos como director de área, catapultar los proyectos y procesos creativos de los estudiantes, ser referentes a nivel nacional en la gestión cultural y también, dejar su sello en la comunidad tadeísta con el sonido y el arte que corre por sus venas.

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