Los orígenes de la estética de la mujer empiezan desde la antigüedad donde se creaba un prototipo de mujer para ser elegida entre muchos hombres como esposa, no solo es cuestión de cuerpo cara y pies, aunque no lo crean una de las partes importantes del cuerpo era el cuello, y entre más largo mucho mejor.
El cuello es una de las partes fundamentales del ser humano para poder mantener la postura de su cuerpo, es el que hace unión entre cabeza y tronco, no solo es la explicación de lo que es, si no de lo que a primera vista ocasiona el cuello en las personas.
En la actualidad las mujeres se preocupan por estar físicamente perfectas para los hombres, los accesorios y demás hacen parte de lo que su decoración física conlleva, como anillos y pulseras para decorar manos, carteras y zapatos para acompañar y combinar, una excelente fragancia, un hermoso atuendo, aretes maquillaje y un hermoso collar.
Aunque no lo crean el cuello es bastante importante en el momento de seducción, un cuello largo y delgado es bastante llamativo para un hombre, pero existen casos de casos, algunos normales y otros exagerados como es el de las mujeres padaung pertenecientes a la cultura etinia Kayan , las llaman las mujeres de cuello de jirafa o las cuello largo, estas mujeres utilizan unos anillos en su cuello que con el tiempo aumentan en número, estos sujetan todo el tiempo su cuello y hacen que se alargue cada vez más, estos anillos además de ser un adorno, para estas mujeres indica una posición social dentro de la tribu como las más ricas, algo que anteriormente demostraban muchas mujeres cargando anillos completamente de oro, es tratar de seguir con esa cultura solo que actualmente estos anillos son de cobre con adornos brillantes siempre se limpia dos veces al día, por higiene y para evitar heridas en el cuello, el largo de estos cuellos es bastante exagerado, aunque se ha perdido un poco la costumbre, las mujeres que desde la infancia poseen este anillo aún tienen que andar con él, ya que si se lo quitan tendrían que vivir acostadas o con las manos sosteniendo su cabeza por el resto de su vida.