Nuevas investigaciones científicas muestran que los cerebros en desarrollo de los niños pequeños están bajo el efecto de los factores del entorno, lo mismo que ocurre con los factores genéticos. La nutrición inadecuada, la falta de estímulo y el estrés tóxico son algunos factores que pueden tener repercusiones negativas en el desarrollo del cerebro del menor. Además, las intervenciones tempranas y rentables, como fomentar la lactancia materna, leer, jugar con los niños y promover los programas oficiales de educación de la primera infancia, podrían sirvir para fortalecer el desarrollo saludable del cerebro.
La Embajadora de Buena Voluntad, Shakira afirmó “más de 100 millones de niños no están escolarizados y 159 millones niños y niñas menores de cinco años se encuentran física y cognitivamente retrasados en su desarrollo debido a la falta de atención y de una nutrición adecuada. Cada año que pasa sin que hagamos una inversión importante en el desarrollo de la primera infancia y en iniciativas que aborden estos temas, millones de niños nacerán atrapados en el mismo ciclo de pobreza y falta de oportunidades... UNICEF y yo hemos unido nuestras fuerzas y estamos aquí porque invertir temprano en los niños es una cuestión urgente y no hay un instante que perder”. Esto se dio en el marco de un acto privado sobre el desarrollo en la primera infancia en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
Dentro de los nuevos objetivos de desarrollo sostenible, se va a trabajar en primera instancia en el desarrollo de la primera infancia haciendo parte de la agenda transformadora para el 2015 y los años que vienen, ya que este proporciona un vínculo entre los distintos objetivos mundiales, y a su vez produce un efecto aun mayor que puede contribuir para combatir la pobreza, mejorar la salud y la nutrición, a promover la igualdad de género y a reducir la violencia.