Protagonistas de la Constitución de 1991 dialogaron en Utadeo sobre las transformaciones y retos que esta ha introducido a la sociedad colombiana
El 4 de julio de este año se cumplirán 30 años de uno de los hitos más importantes para nuestra democracia. En medio del recrudecimiento de la violencia y el narcotráfico, la Constitución Política de Colombia de 1991 vio la luz, tras 150 días de deliberación por parte de los 70 miembros que integraron la constituyente, bajo la presidencia colectiva de Horacio Serpa (Partido liberal), Álvaro Gómez (Movimiento de Salvación Nacional) y Antonio Navarro Wolff (Partido M-19), al ser los tres partidos más votados.
A pocos meses de conmemorar este acontecimiento, en Utadeo se llevó a cabo el conversatorio: “Democracia, derechos y construcción de paz: A 30 años de la Constitución Política de 1991”, como parte de lo que será la Cátedra: “Ética, ciudadanía y paz” que, de acuerdo con nuestro rector, Carlos Sánchez, a corto plazo estará abierta a todo el público, a través de los canales digitales de la Universidad.
Carlos Sánchez
El evento virtual contó con la participación de importantes figuras de la política colombiana, algunos de ellos protagonistas directos de la constituyente del 91, entre los que se encontraban los congresistas Antonio Navarro Wolff y Ángela María Robledo, el exmagistrado José Gregorio Hernández, Martha Zamora, quien fue secretaria de la Comisión de Justicia en la Asamblea Nacional Constituyente, y la profesora Angélica Bernal, del Área Académica de Derecho, Ciencia Política y Relaciones internacionales, bajo la moderación del decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Mario Alejandro Molano.
De izquierda a derecha. Primera línea: Ángela María Robledo y José Gregorio Hernández; Segunda línea: Antonio Navarro Wolff y Martha Lucía Zamora
La conversación de los expertos viró sobre las transformaciones que la Constitución de 1991 le ha dejado a la sociedad colombiana, pero también sobre los retos y deudas pendientes que evidencia la Carta Magna.
El primer turno fue para Navarro Wolff, quien recordó que la Constitución Política nace de un concenso ciudadano y de la unión de las diferentes fuerzas vivas del país, en medio de la turbulencia social que experimentaba Colombia desde los ochentas: atentados terroristas en las principales ciudades, asesinatos sistemáticos a líderes, funcionarios públicos, policías y jueces. Al mismo tiempo, se gestaban los primeros pasos hacia los acuerdos de paz con grupos al margen de la ley, el primero de ellos con el M-19.
De igual modo, destaca el senador, la formación del movimiento de la Séptima Papeleta significó una salida a los ya frustrados intentos de reforma constitucional y una esperanza para tener una democracia ampliada, en la que se pudiera conformar una Asamblea Constituyente fruto de la participación directa de los ciudadanos, y posteriormente, del concenso político e institucional.
Para Navarro, uno de los aspectos más importantes que dejó la Constitución es la de definir a la paz como un derecho, abriendo la posibilidad a acuerdos de paz con grupos armados como el Ejercito Popular de Liberación (EPL), el Movimiento Armado Quintín Lame y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Antonio Navarro Wolff
En un segundo momento, Martha Zamora, resaltó los avances que la Constitución introdujo en materia de justicia y ministerio público. En el primer ámbito, una de las novedades fue la creación de la Fiscalía General de la Nación como parte de la Rama Judicial del poder público, lo que le permitía tomar decisiones jurisdiccionales sobre la libertad de las personas y la afectación de sus derechos fundamentales, hasta el año 2002, cuando se instaura el Sistema Penal Acusatorio, generando una desjudicialización de las funciones de este organismo. Sin embargo, reitera la panelista, uno de los mayores resagos que tuvo la Carta Magna tuvo que ver con la forma de elegir al fiscal General de la Nación, comprometiendo la independencia de este organismo hacia el Ejecutivo.
En cuanto al Ministerio Público, Zamora enfatizó que la Constitución le da la potestad de investigación disciplinaria por parte de la Procuraduría General de la Nación aún a los funcionarios o a los servidores públicos elegidos popularmente. Y en el ámbito de ingresar a los tratados y la jurisprudencia internacional, el Artículo 93 abrió la ventana para que Colombia adoptara formalmente esta normatividad, especialmente en los derechos fundamentales.
Martha Lucía Zamora
Similar a la línea que sostuvo Navarro Wolff, José Gregorio Hernández subrayó la importancia que tuvieron los movimientos juveniles y el espaldarazo que le dieron presidentes como Virgilio Barco a la constituyente: “sin el consenso no estaría la Constitución del 91, pues se unieron fuerzas de toda la sociedad”, destacó, al recordar la importancia que también jugó la Corte Suprema de Justicia.
Ante ello, Hernández manifiesta que la Constitución supuso unas mejoras notables en materia de Derechos Humanos y Derecho internacional Humanitario, pues, hasta ese entonces, Colombia había firmado acuerdos internacionales en la materia, pero no los había incorporado en sus esquemas jurídicos.
También la Constituyente representó un triunfo, tras la negación de tres proyectos de plebiscito impulsados por el mismo Barco y los Gobierno de Alfonso López Michelsen y Julio César Turbay, que finalmente se pudo materializar recién ascendía al poder César Gaviria.
José Gregorio Hernández
Por otro lado, desde el ámbito de las transformaciones políticas y democráticas que trajo consigo la Constitución, en materia de igualdad de género y reconocimiento de derechos a las mujeres, nuevas ciudadanías y a los grupos minoritarios, Ángela María Robledo indicó que el contexto previó a la Constituyente era el de una sociedad recortada y excluyente, fruto del bipartidismo, la violencia y el patriarcado.
En el reconocimiento de los derechos de las mujeres, colectivos como La Casa de las Mujeres, sumado a los esfuerzos de la academia, lograron posicionar este tema en la Constituyente, en la que participaron cuatro mujeres: Aida Abella, María Mercedes Carranza, María Teresa Garcés y Helena Herrán.
En ese punto, Robledo recalcó que la Constitución brindó un país distinto, con reconocimiento de la multiculturalidad, lo pluriétnico y la igualdad: “fue una movilización social, política y cultural que abrió puertas para reconocer los derechos de las mujeres, niños, indígenas, campesinos y afrocolombianos, en torno a las nuevas ciudadanías”.
Ángela María Robledo
Por último, siguiendo el pensamiento de Robledo, la profesora Angélica Bernal destacó el rol que cumplió la Constitución en el reconocimiento de los derechos de las mujeres como sujetos políticos. Sin embargo, argumenta, este logro estuvo antecedido de luchas de movimientos como el Comité de Madres Comunitarias y el de Mujeres por la Constituyente, bajo las consignas de “Sin los derechos de la mujer, la democracia no va” y “Democracia en la casa y en el país”.
Las agendas políticas incorporadas por los movimientos de mujeres en la Constituyente llevaron a la promoción de conceptos como el Estado laico, la prohibición de cualquier forma de explotación y esclavitud y la eliminacióin de cualquier forma de violencia doméstica. Otro de los grandes avances surtidos, dice Bernal, tuvo que ver con la creación de la Red Nacional de las Mujeres.
Angélica Bernal
Para el cierre de la charla, los panelistas hablaron acerca de las dificultades y obstáculos que ha enfrentado la Constitución. Para Navarro, el inconveniente se centra en que el Estado sigue siendo altamente centralizado, haciéndose más evidente ese fenómeno en la actual administración. De igual forma, indica que no hay un rumbo definido sobre cómo aplicar el Estado Social de derecho, pues cada Gobierno llega con una noción nueva sobre este asunto.
Desde el punto de vista de Zamora, uno de los flagelos que experimenta la sociedad es el de la insensibilidad y la anomia, similar a los tiempos previos a la Constitución, donde no hay una claridad sobre el respeto de los derechos del otro.
Hernández, desde otra orilla, recalca que lo más peligroso han sido las 55 reformas excesivas e irresponsables que han efectuado los diferentes congresos a la Constitución, obedeciendo, en muchos casos, a intereses políticos, sumado a la falta de control político que ha tenido el Legislativo en torno a las decisiones tomadas por el Ejecutivo. Asimismo, el exmagistrado argumenta que el Estado Social de Derecho se ha supeditado a una sostenibilidad fiscal.
Alejandro Molano
Por su parte, Robledo señaló que el país debe hacer una reintepretación de ese Estado Social de Derecho, en la medida que hay que fortalecer la presencia del Estado y de lo público, especialmente en los territorios, al tiempo que se logra que la cultura sea un derecho y se vuelva a preservar el Acuerdo de Paz como el derecho fundamental a vivir en paz que consagra la Constitución: “este sigue siendo un país que mata a sus mujeres. También debemos cuidar el equilibrio de poderes, pues se está en riesgo de un autoritarismo, que borra los límites entre las ramas y los entes de control. Estamos ante una Constitución que se encuentra en riesgo”, agregó.
Bernal, al cierre del conversatorio, sugirió que hace falta una mayor materialización y una vivencia real de los derechos colectivos, pues actualmente hay altos índices de brechas de desigualdad social que deben ser superados, al tiempo que se debe pensar en nuevas estrategias de erradicación de la violencia, la eliminación del racismo y el mejoramiento de las condiciones de vida de los agricultores, entre otros aspectos.