Paz y descentralización en Comunidad de Práctica de Cooperación Territorial
¿Cómo generar redes de conocimiento y cooperación que promuevan la articulación entre academia, investigación y la incorporación de los actores sociales en cada uno de los corregimientos, municipios y ciudades de Colombia, en el marco de la cooperación territorial para el posconflicto? Esta es una de las preguntas que abordaron expertos nacionales e internacionales, el pasado 29 de octubre, en las instalaciones del Instituto Confucio de Utadeo. La actividad hace parte de la Comunidad de Práctica de Cooperación Territorial para la Paz y el Desarrollo Sostenible, iniciativa impulsada por la Federación Colombiana de Municipios, la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Utadeo, a través de su programa de Relaciones Internacionales.
El dialogo de expertos contó con la intervención de Dennisse Grandas, coordinadora de la Maestría en Relaciones Internacionales de Utadeo; Angharad Collado, jefe de Cooperación de la Federación Colombiana de Municipios; Paloma Blanch, coordinadora del Programa de Construcción de Paz (PNUD); Rafael Domínguez, coordinador de la Cátedra de Cooperación Internacional e Iberoamericana (Coiba) de la Universidad de Cantabria.
Se espera que en los próximos dos meses, a través de la página web y redes sociales de la Comunidad, la iniciativa comience a generar redes de apoyo, así como la compilación de las necesidades y soluciones para los territorios: “los interesados pueden registrarse en la página, hacer un perfil muy breve, y a partir de ahí ponerse en contacto con otras personas de la red. Pero lo más importante es que puede generar su propio conocimiento e información para compartirla con los demás, desde eventos y noticias hasta blogs o libros. Esta Comunidad está dirigida a todos aquellos que tienen la responsabilidad de construir paz en Colombia, por lo tanto no puede estar exclusivamente en manos de los burócratas de Bogotá ni de los académicos, sino es un asunto de todos los ciudadanos. Finalmente, la paz y la cooperación territorial pasan por la descentralización del conocimiento y las acciones, dando confianza a los territorios. Una vez que se descentraliza ya no se tiene el control sobre el impacto que ese conocimiento va a tener, puesto que a partir de ahí se crean redes propias en las regiones. Sin embargo, lo que hacen los expertos es monitorear y brindar acompañamiento a los procesos, pues lo que se espera es que en cada región la iniciativa tenga vida propia”, sostuvo Collado, en entrevista con Utadeo.
Un espacio de intercambio de experiencias para la paz y el desarrollo
El acto de instalación del evento estuvo a cargo de Denisse Grandas, quien recordó que el propósito central de la Comunidad de Prácticas es poner en dialogo la academia con la acción en los territorios, y de esta manera, servir a la comunidad y recoger buenas prácticas en materia de descentralización y cooperación territorial. El piloto de este proyecto se llevará a cabo en cinco departamentos del país, entre ellos Chocó, Caquetá y Putumayo.
Por su parte, Paloma Blanch, sostuvo que es importante la priorización de proyectos a corto plazo, en aras de pensar en el escenario del posconflicto en Colombia. Sin embargo, también es necesario que a mediano y largo plazo trascienda en el tiempo, sin importar las políticas publicas de cada gobierno. La vocera del PNUD aseguró que desde que inició esta alianza estratégica, hace año y medio, se busca incorporar a todos los actores sociales que intervienen en el proceso, así como la descentralización de la cooperación como eje central de la iniciativa. De igual manera, Blanch sostuvo que a través de los foros temáticos de conocimiento se plantea generar documentación estratégica para crear espacios donde los actores tengan voz, y así, trabajar en campo para fortalecer las regiones.
Posteriormente, el invitado internacional Rafael Domínguez presentó un diagnostico sobre las convergencias y divergencias de la cooperación territorial colombiana y la europea. El experto abordó el tema desde la hipótesis que el próximo 23 de mayo se alcanzará el Acuerdo de Paz. De esta manera, una de las primeras recomendaciones de Domínguez es que Colombia debe lograr un nuevo pacto fiscal: “uno de los grandes retos es promover una cultura de la paz y la no violencia”, añadió el académico español.
De igual manera, el coordinador de Coiba insistió en que de lograrse la firma de la paz, se abriría la puerta a un ambicioso proceso de país equitativo, en el que deben promoverse políticas públicas tendientes a la reducción de la desigualdad, el fortalecimiento de la educación de calidad y la protección al medio ambiente.
Frente a la lógica de la cooperación territorial en el "Viejo Continente", Domínguez recordó que la Unión Europea tiene una larga tradición en procesos de descentralización, donde se busca continuamente la comunicación con las autoridades locales. La Comisión Europea apoya el papel de las asociaciones nacionales y de las autoridades locales en los países socios. De igual forma, el experto mencionó que el enfoque territorial de desarrollo es un proceso basado en la colaboración entre las distintas partes interesadas a nivel local y regional, a través de la definición de prioridades y concertación de los principales puntos de atención y problemáticas en cada uno de los territorios, promoviendo el desarrollo de las capacidades locales.
En cuanto a la lógica colombiana del desarrollo territorial, Domínguez advirtió que nuestro país ha estado permeado por el centralismo del Gobierno Nacional, así como por la ausencia de un cálculo financiero del Acuerdo de Paz. Según lo reveló el especialista, los costes del Acuerdo serán inmediatos, mientras que los beneficios se verán reflejados de manera gradual. De igual manera, el académico recordó que el conflicto se matizó por condiciones de desigualdad acumulativas, en materia de ingresos, tierras, oportunidades laborales y educación, así como por la constitución de una sociedad vertical, demarcada por estratos sociales y que deja a un lado los diálogos verticales, entre ellos la relación entre lo urbano y lo rural. Finalmente, el expositor invitó a las autoridades locales y al personal de cooperación regional, a que superen la visión asistencialista y vertical de la cooperación regional.
Tras finalizar las exposiciones, Angharad Collado moderó la charla con especialistas y expertos de instituciones públicas y privadas, entre ellas la Universidad Javeriana, el Centro Estratégico de Pensamiento Internacional, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Fundación Ideas para la Paz, la Universidad Nacional y el Centro de Memoria Histórica.
Dentro de las principales aportes realizados por la mesa de trabajo se destacan la idea de construir una Comunidad de Prácticas que funcione a través de redes de cooperación territorial desde las regiones, con el animo de no centralizar el conocimiento.
En segundo lugar, se planteó la necesidad de generar un espacio que construya desde abajo, es decir, que tenga en cuenta el conocimiento no oficial y las necesidades de las regiones. En ese sentido, los actores deben ser conscientes que no existe una sola paz sino multiplicidades de paces, dado que cada región presenta unas dinámicas de perdón y problemáticas sociales específicas.
En tercer lugar, la Comunidad de Práctica debe enfocarse en conocer las necesidades locales. Como cuarto punto, se mencionó que en la cooperación territorial todo tiene que pasar por la formación del Estado y no por la construcción de éste, en la medida que se reconozcan a los territorios y a sus actores como agentes de cambio social, que contribuyan a construir Estado desde el territorio.
Los especialistas también instaron a que se generen procesos de curaduría, tendientes a monitorear los recursos de cooperación territorial, y de este modo, hacer una gestión presupuestal transparente. Los invitados también insistieron en la importancia de implementar un mapeo de iniciativas de cooperación regional, y en ese sentido, buscar diálogos con otros programas de esta naturaleza.
Finalmente, en la reunión se acordó que la comunidad de práctica será un proceso de reconocimiento del otro y un mecanismo para reducir las brechas de acceso en los municipios, especialmente a través de las universidades territoriales.