Orgullo Tadeísta: Método para la identificación de residuos de plaguicidas en cannabis fue ganador del Premio Shimadzu
El uso del cannabis como alternativa medicinal en el tratamiento de una gran variedad de enfermedades, entre ellas la epilepsia, el parkinson, el alzheimer, la migraña, la diabetes tipo I o el glaucoma de ángulo abierto, se ha ido popularizando, a medida que avanza la investigación científica y los diferentes países en el mundo se suman a su legalización para este uso. De hecho, el Gobierno nacional, desde el 2017, reglamentó en su totalidad la fabricación, uso de semillas y cultivo de cannabis para fines medicinales y científicos. Según datos del Ministerio de Justicia, a diciembre del año pasado, existían cerca de 120 hectáreas sembradas con cannabis, destinada a estos usos.
Desde el 2019, gracias a la ampliación de la acreditación, según certificado 15-LAB-044, por parte del ONAC (Organismo Nacional de Acreditación de Colombia), el Laboratorio de Inocuidad Química de nuestro Centro de Biosistemas se convirtió en el primer y único laboratorio acreditado para el análisis de residuos de plaguicidas en cannabis, principalmente presentes en su flor seca.
Gracias a la metodología implementada, este método permite identificar hasta 37 residuos de plaguicidas, los más utilizados en el país, con miras a cumplir la normatividad internacional que permita a los productores exportar su producto. Actualmente, para la elaboración de medicamentos de esta naturaleza, es necesario certificar que el cannabis está libre de plaguicidas. Por eso, si se agregaron estos productos, se debe verificar que ya haya pasado el periodo de carencia y que estos se encuentren por debajo de los niveles permitidos y de esta forma no constituyan un riesgo para la salud.
El método consiste en la extracción de residuos de plaguicidas mediante la metodología QuEChERS. En este caso, se extraen haciendo uso de acetonitrilo, mientras que los componentes de la flor son limpiados con sales para evitar problemas de lectura en la cromatografía y detección de posibles plaguicidas presentes.
Proceso de cromatografía en el Laboratorio de Inocuidad Química del Centro de Biosistemas de Utadeo
Para ello, el Laboratorio de Inocuidad Química cuenta con un cromatógrafo líquido ultrarápido (UFLC), acoplado a un detector de espectrometría de masas (MS) que permite identificar y cuantificar la presencia de residuos de plaguicidas en planta del del cannabis, lo cual brinda soporte analítico necesario para garantizar la inocuidad química de la materia prima en la elaboración de medicamentos a base de esta planta.
Fue precisamente por este método por el que, en enero de este año, se les concedió a la profesora tadeísta Adriana Zamudio y a la química Wendy Bautista el premio Shimadzu apoya la industria del cannabis en Colombia, organizado por la Sociedad Colombiana de Ciencias Químicas y por los distribuidores en el país de Shimadzu, empresa japonesa que fabrica instrumentos de precisión y de medición, entre ellos el cromatógrafo con el que cuenta nuestro laboratorio. Este reconocimiento les permitirá a las tadeístas publicar el método en la revista QEI de la Sociedad Colombiana de Ciencias Químicas.
“Es una gran satisfacción este reconocimiento frente al trabajo que se viene desarrollando desde alrededor de diez años, el cual hemos venido publicando en numerosas revistas nacionales e internacionales, con la colaboración de expertos que han trabajo de la mano con nosotros en el Laboratorio de Inocuidad Química. Estamos dando una alta visibilidad al conocimiento científico que produce la Universidad y que podemos transformar en servicios analíticos que benefician a la comunidad y que el Centro de Biosistemas canaliza y ofrece a todos los productores que nos conocen”, explica Zamudio, quien es la directora técnica de este laboratorio.
Proceso de cromatografía en el Laboratorio de Inocuidad Química del Centro de Biosistemas de Utadeo
Para Zamudio, este reconocimiento implica también los frutos del trabajo en equipo mancomunado que han venido desarrollando en los últimos años y que les ha permitido ser uno de los pocos laboratorios en su tipo que están acreditados por el ONAC, el cual está integrado por la profesora Luz Stella Fuentes, directora del Centro de Biosistemas; Diana Andrea Revelo, en su rol de responsable de calidad; Adriana Zamudio como directora técnica del Laboratorio; Wendy Bautista, como responsable técnico del laboratorio y de llevar a cabo los análisis y procedimientos analíticos para cumplir con la normatividad internacional, y Sandra Torres, auxiliar de calidad, encargada del soporte administrativo y atención al cliente.
“Como profesional de la química me complace contar con las herramientas que nos brinda la Universidad para poder desarrollar métodos analíticos lo cual aunado al conocimiento científico con el que contamos, hace posible transformar ese conocimiento en productos y servicios que la dan soporte a la industria productora en sus diversos campos. El Laboratorio de Inocuidad Química trabaja de la mano con los demás laboratorios del Centro de Bio-Sistemas, como lo son el de Suelos y Aguas, Microbiología y el de Entomología, los cuales, en su conjunto, brindan servicios integrales al agricultor en cualquier fase de su proceso productivo”, agrega Zamudio.
Proceso de cromatografía en el Laboratorio de Inocuidad Química del Centro de Biosistemas de Utadeo
Un nuevo método que permite identificar las características recreativas o medicinales del cannabis
Desde el año pasado, la profesora Zamudio, en conjunto con Bautista y la empresa PIDEKA-Ikänik Farms, desarrollaron un método complementario para caracterizar los componentes cannabinoides que puede tener la flor seca de cannabis; estos compuestos permiten determinar la potencia de la planta, es decir, su capacidad para usarse en propósitos medicinales, si posee contenidos CBD, o para propósitos recreativos o estimulantes, en el caso de los contenidos TCH. A nivel nacional, este contenido es revisado por el Invima y el Ministerio de Salud, y a nivel internacional, su cuantificación tiene como base los parámetros descritos por uno de los países más avanzados en materia regulatoria, como lo es Canadá.
El método optimizado en el laboratorio ya está estandarizado y validado, de tal manera que hoy se pueden identificar los cinco principales cannabinoides para la fabricación de los diferentes derivados medicinales. El procedimiento está avalado por la norma ISO IEC 17025:2017, establecida para los laboratorios, que asegura la calidad en los resultados y la trazabilidad a nivel internacional.