Magda Cortés y un sueño de emprender llamado Frutalia

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Magda Cortés y un sueño de emprender llamado Frutalia

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Magda Cortés y un sueño de emprender llamado Frutalia
Miércoles, Diciembre 2, 2020
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La egresada del programa de Ingeniería de Alimentos de Utadeo es la cofundadora de una de las marcas más reconocidas en el segmento de aromáticas de frutas en el país, dado el alto contenido de pulpa que sus productos tienen, así como su innovadora presentación líquida. Conoce cómo surgió su emprendimiento y acerca del proyecto de consultoría que su empresa desarrolla con nuestra Universidad.
Fotografías: Magda Cortés

A muy corta edad, casi desde la niñez, la tadeísta Magda Hellen Cortés, egresada del programa de Ingeniería de Alimentos en 1989, tenía en su cabeza el 'chip' del emprendimiento. Su padre, Antonio María Cortés, fue su gran maestro emprendedor, pues le inculcó la idea de hacer empresa, esa que vio materializarse en 1997, cuando, en compañía de su esposo y su hermano, fundó Frutalia, una de las empresas más reconocidas, hoy por hoy, en el mercado colombiano, en el segmento de las aromáticas, particularmente por ser la primera en crear este producto a base de frutas con características líquidas, en sachet, con un alto contenido de fruta (apróximadamenet del 50 al 70% de pulpa).

Por eso, Magda, desde antes de entrar a estudiar en Utadeo, sabía que se formaría para ofrecer soluciones innovadoras en el agro colombiano, con su propia empresa. Su padre había sembrado esa semilla en ella, pues él, durante toda la vida se dedicó a los cultivos. De hecho, hace cincuenta años, fue pionero en cultivar, en su natal Boyacá, frutas como mora, mango y maracuyá. También asesoró a algunos cultivadores de Cundinamarca para que les sacaran el máximo provecho a sus cultivos de frutas. Sin embargo, en los ochenta aún no se le ‘sacaba todo el jugo’ a las frutas, en cuanto a su procesamiento y generación de productos con valor agregado.

Mi cercanía con el agro, el campo y las necesidades del sector me llevaron a estudiar en la Tadeo; estudiaba siempre pensando en mi futura empresa, así que trataba de buscar soluciones y generar productos innovadores en las clases”, dice la tadeísta, quien recuerda con nostalgia sus pasos por los salones y laboratorios, especialmente de las asignaturas relacionadas con las tecnologías de alimentos, frutas y verduras, así como con maestros que dejaron huella en ella, como lo fueron Jairo Romero, el profesor Clavijo del área  de Química, y la profesora Janeth Luna de Microbiología: “Ellos no solo nos enseñaban con exigencia académica, sino que nos motivaban a continuar y nos daban ejemplo para generar metodologías y hábitos como profesionales”, agrega.

Aunque acepta que no era muy afín a los deportes, recuerda que en muchas ocasiones acompañaba a sus compañeros a las prácticas, en las zonas verdes de la Universidad y en la cancha de baloncesto. También recuerda lo mucho que disfrutaba los eventos en el Aula Máxima, principalmente las presentaciones musicales y de teatro, y más recientemente, como egresada, disfruta de las exposiciones artísticas y fotográficas en el Museo de Artes Visuales: “era agradable compartir con los compañeros, esa fue la experiencia más bonita en la Universidad, pues logramos crear comunidad en torno a la facultad, desde la secretaria, pasando por los profesores, estudiantes y el decano, unidos alrededor de la profesión, sin olvidar la amistad y la sana convivencia”.

Planta de procesamiento de Frutalia

Para ella, el compromiso, la disciplina, la perseverancia, pero también la creatividad, fueron algunos de los valores inculcados en la carrera que la llevaron a asumir con todo el tesón el camino del emprendimiento, aprovechando al máximo cada uno de los recursos que tenía a la mano en su empresa, no solo los provenientes de las frutas, sino también el del factor humano y el financiero.

Esa ‘chispa’ tadeísta ha trascendido a una nueva generación, pues consciente de la calidad de la Universidad, su hija Ana María Aránzazu también estudia en la Tadeo, en el programa de Ingeniería Química.

Pero los vínculos con Utadeo no paran allí; recientemente, como parte del programa de Váuchers de Innovación Boyacá, impulsado por la Gobernación de ese departamento, Innpulsa y la UPTC (Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia), y del que nuestra Universidad forma parte como gestor, a través de la Oficina de Consultoría, Frutalia y la Tadeo trabajan en el desarrollo de dos productos de aromática frutal sin azúcar, con compuestos naturales y bioactivos, así como en el fortalecimiento de las estrategias de mercadeo, comunicación digital y diseño de empaques.

Los productos de Frutalia se destacan por tener un gran porcentaje de pulpa de fruta

“Estamos muy motivados y optimistas por el trabajo que se puede hacer, pues hasta el momento todo el desarrollo de nuestros productos lo hemos hecho nosotros mismos. Me emocionó muchísimo saber que la Tadeo era uno de los gestores con los cuales podíamos llegar a trabajar. Al final, seleccionamos a la Universidad no solo por la vinculación que tengo con ella, sino también porque era la mejor propuesta”, afirma nuestra egresada.

Frutalia es un gran ejemplo del empuje y de que sí es posible abrirse camino a través de la innovación. Hace 23 años iniciaron haciendo productos que ya se encontraban en el mercado, como pulpas y mermeladas. Sin embargo, en la búsqueda de un producto diferencial, vieron la necesidad de un cliente en torno a utilizar la pulpa de fruta azucarada para hacer infusiones aromáticas de frutas. Así inició un nuevo portafolio de productos, que tuvieron que desarrollar con pocos recursos, entre ellos algunos ahorros, un préstamo y la producción de frutas de la finca de don Antonio.

Cultivos de Frutalia en Boyacá

El recibimiento ha sido tal por parte de los consumidores que, en los últimos años, Frutalia ha diversificado su portafolio a aromáticas de frutas en diferentes presentaciones, disponibles en supermercados y grandes superficies de todo el país, pero también con bases de frutas para diluir con aplicaciones en coctelería, granizados para el hogar, endulzantes de comida y modificadores de leche.  

Ahora, la empresa abre sus alas a los mercados internacionales, con el apoyo de entidades como Procolombia. De hecho, ya han incursionado en varios países, enfocándose en Estados Unidos, con una aromática de frutas en presentación de cápsula que, hasta el momento, ha tenido muy buena aceptación, principalmente por su alto contenido de fruta, sabor y forma de preparación. También, de la mano de su padre, están incursionando en nuevas líneas de frutas, únicas en el mercado, entre ellas el olivo y la granada.

Por eso, para aquellos tadeístas que desean emprender, Magda aconseja que lo primero que se debe hacer es perder el miedo: “a veces estamos acostumbrados a que, en nuestro medio social, se diga que el futuro más estable es conseguir un buen empleo”. Lo segundo, indica, tiene que ver con aprovechar las experiencias laborales previas que se tengan, para luego también implementarlas en la empresa propia, pues estas se convierten en un complemento a lo aprendido en la Universidad. En tercer término, menciona que no hay que dejar pasar el tiempo para emprender, sino más bien buscar el momento adecuado y tener una mentalidad abierta al cambio. Por último, dice que la perseverancia es la clave para permanecer en el camino emprendedor, en la medida que se van a presentar múltiples dificultades y se tendrán que superar muchos obstáculos; sin embargo, las satisfacciones serán altas: “este es un país basado en el agro y la carrera de Ingeniería de Alimentos tiene muchísimo campo de acción para hacer emprendimientos”.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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