“Los archivos hablan, nosotros le hacemos las preguntas”: Manuel Ravina
El archivo, en el transcurso de la historia, se ha convertido en un acto de propaganda política de los diferentes regímenes, al tiempo que revela la grandeza de sus gobiernos, manifestación que es materializada en las estéticas arquitectónicas de muchos de los edificios que contienen estos documentos. Este es el caso del Archivo General de Indias, considerado como el segundo repositorio más grande del planeta, después del Archivo Vaticano. Pero esta institución también ostenta otro récord, ser el primer archivo en el mundo en digitalizar sus legajos, proceso que se realizó en el año de 1986.
Las experiencias en torno a la archivística histórica fueron compartidas por Manuel Ravina, director de este Archivo ubicado en Sevilla, en el marco de la conferencia “El Archivo General de Indias. De las ordenanzas de 1790 al portal Europeana”. De acuerdo con Ravina, esta Institución fue creada por el Reino de Castilla, imperio que en la edad media se uniría con el Reino de Aragón para conformar lo que hoy día se conoce como España.
Sin embargo, los inicios del Archivo estuvieron marcados por varias particularidades. Una de ellas es que Castilla no tenía una capital definida, razón por la cual debían trasladarse los documentos cada vez que viajaba el Rey, reflejando con ello que el archivo es una cuestión inherente a las cuestiones administrativas de cualquier Estado. Posteriormente, Carlos V decide situar el Archivo en el Castillo de Simaque, ubicado a 200 kilómetros de Madrid, constituyéndolo como el primer repositorio oficial en el mundo que no se encuentra en la capital del país.
Ya en 1523, tras el descubrimiento accidental de América, la corona española decide crear el “Consejo de Indias”, encargado de velar por los intereses de gobierno, hacienda y justicia de los territorios de ultramar. Dicha corporación, durante la colonia generó una serie de documentos, los cuales reposan en el Archivo. De esta manera, según lo destaca Ravina, documentos como los testamentos son un insumo importante para la reconstrucción histórica, donde se conocen las devociones populares, las condiciones políticas y las especificidades de la cultura de ese entonces.
Pero fue en el Siglo XVIII, bajo el gobierno de Carlos III, cuando se toma la decisión política de trasladar todos los archivos a Sevilla, dada su condición estratégica en los tiempos de la colonia: “los archivos eran el testimonio de la grandeza de la monarquía, por tal razón se construyó una edificación que los exaltara”, señala Ravina.
Así pues, el Archivo ha sido considerado por España como un elemento importante de la corona, a tal punto que las condiciones de seguridad actuales, así como los mecanismos cada vez más sofisticados de conservación, entre ellos la digitalización, dan muestra de ello. Como lo señala el director de esa Institución “cuando el Gobierno español decide hacer una alianza con IBM y la Fundación Ramón Areces con el fin de digitalizar todos los documentos del Archivo, no lo hace pensando en internet, sino para proteger los documentos, dado que son un tesoro”.
Pese a ello, uno de los mayores inconvenientes que se ha presentado en el tránsito del documento físico al digital, es el constante cambio en los protocolos de digitalización. En 29 años se han realizado más de cuatro procesos de esta envergadura, ocasionando un fuerte cuestionamiento frente a la eternidad de lo digital. En todo caso, como lo resalta Ravina “la digitalización del archivo no solamente es un gran método sino que es el único método. No existe otra posibilidad que la digitalización de los documentos por dos motivos: el primero es para preservar los archivos y el segundo es con el ánimo de universalizar la información”.
El experto insistió a sus colegas que la misión del archivista consiste en atraer al ciudadano que no sabe qué es el archivo: “el archivo no es algo que pueda escapar de una sociedad. Por lo tanto no puede haber una democratización de los archivos si no existe una democratización de la educación. Entonces lo que el archivo tiene es un problema de visualización. Yo siempre he dicho que el archivo parece estar rodeado de un muro en el que no pueden llegar todos los ciudadanos”, puntualizó Ravina en entrevista con Utadeo.
El Archivo General de Indias cuenta actualmente con 17.000 legajos digitalizados y un total de dos millones de visitas al portal web durante el año 2014. Para conocer la colección, haga clic aquí.
El archivo: un acto de responsabilidad social
En entrevista con Orlando Ricaurte de la Emisora HJUT de Utadeo y en video con la profesora Diana Guzmán, Pablo Rocca señaló que el archivo es necesario para la memoria de una sociedad, constituyéndose no solo en bien económico de una nación, sino también en un elemento afectivo de sus habitantes. El especialista uruguayo enfatizó que “el archivo está presente en todos nosotros. De no haber tenido a alguien que en algún momento pensó en Simón Bolívar y lo relató, pues la gente no sabría quién es Bolívar. Desde luego hay muchas interpretaciones de lo que es el héroe y de sus posibilidades de actuación. De modo que una sociedad sin archivo es una sociedad sin memoria, y una sociedad sin memoria es una cosa muy peligrosa. Algunas fuerzas tienden a la destrucción de la memoria y nosotros tenemos la responsabilidad de preservarla y colaborar para que el investigador produzca un relato”.
De igual forma, el especialista sostuvo que la digitalización del archivo y sus nuevos soportes permiten la democratización de la información que anteriormente estaba en manos de los grandes monopolios. Sin embargo, recordó que los soportes electrónicos han evidenciado un envejecimiento prematuro en comparación con el papel que ha soportado varios siglos.
El paso de Ravina y Rocca por Utadeo finalizó con una charla informal entre los docentes del Departamento de Humanidades y estudiantes de Historia del Arte y la Maestría en Estética e Historia del Arte. El diálogo fue conducido por la profesora Adriana Plazas.