El tadeísta que le dio un "respiro" a Argentina en medio de la pandemia

El tadeísta que le dio un "respiro" a Argentina en medio de la pandemia

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El tadeísta que le dio un "respiro" a Argentina en medio de la pandemia
Martes, Diciembre 15, 2020
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Este diseñador industrial creó un sistema de protección llamado ‘Ma5k’, un tapabocas con filtros que, en la actualidad, es utilizado no solo por los ciudadanos de a pie, sino por funcionarios del sector de la salud, hospitales, bomberos y fuerzas de paz de este país, que ya cuenta con 1,27 millones de recuperados.
Carlos Suescún Rojas. Foto: Cortesía

Al igual que Colombia, en la actualidad, Argentina registra más de un millón de casos positivos por Covid-19 y ocupa el top 10 de los países con más personas contagiadas, junto a Estados Unidos, que va a la cabeza con más de 14 millones de contagios, España, Rusia y Brasil, entre otros. Este país, con más de 45 millones de habitantes, tuvo la cuarentena más larga del mundo, que terminó hace pocos días, cuando resultó insostenible tener a la población "encerrada" por más tiempo. La crisis económica que ya venía atravesando, desde 2018, con la recesión, se agudizó con la pérdida de empleos, el cierre de empresas y comercios, y otros efectos más que no se han logrado controlar, al igual que los contagios en todo el país.

En la génesis de la pandemia por Latinoamérica, Argentina y Colombia tuvieron noticia de su primer contagio en las primeras semanas de marzo. Y aunque había un grado de mesura en esos primeros días, en los meses de abril y mayo la preocupación por contagiarse disparó la venta de gel antibacterial, alcohol y tapabocas, elementos de cuidado primario que escasearon en las grandes superficies y farmacias, y que motivó a la población a crear sus propios insumos.

En Argentina llamó la atención la propuesta de un diseñador industrial colombiano, quien ante la coyuntura y viendo la carencia de estos productos, se planteó el reto de ayudar a salvar vidas mediante un sistema de protección, y junto con un equipo de ingenieros, comenzó a desarrollar un tapabocas que fuese más seguro, económico y amigable con el medio ambiente, al punto de ser reutilizable.

Detrás de esta máscara, a la que llamaron ‘Ma5k’, estaba Carlos Suescún Rojas, un diseñador industrial tadeísta que viajó hace 10 años a ese país y se quedó para empezar de cero con lo único seguro que tenía: su talento para crear. Ese proyecto, al que él llama "relámpago", por la premura con la que tuvo que actuar, no solo salvó la vida de muchas personas, sino la de muchos médicos y personal de emergencias en el país gaucho.

Por esta contribución, el Ministerio de Relaciones Exteriores, a través del programa “Colombia Nos Une”, exaltó la “invención” de Suescún como un producto de talla nacional, con un diseño que exalta la capacidad y pujanza de los colombianos.

Este tadeísta desarrolló una máscara de silicona medicinal o lucofon 94, adaptable al rostro y lavable, con un frente en propileno donde se aloja el filtro. Esta máscara utiliza filtros sms tricapa de 60 gramos para su filtrado. Según comenta, este elemento se puede usar hasta por 10 horas diarias, porque cuenta con, al menos, 30 filtros de repuesto que pueden desecharse, y el material no produce ninguna molestia al usuario.

 ‘Ma5k’ está hecha de silicona lucofon 94, adaptable al rostro y lavable, con un frente en propileno donde se aloja el filtro. Imagen: Cortesía - Carlos Suescún

Además, por sus características, "el contacto inconsciente con la nariz o la boca se elimina, ya que el barbijo tapa toda la parte de la nariz, baja por la mejilla y cubre el mentón por debajo", indica.

"Al hacer el análisis del contexto y de lo que posiblemente se podría necesitar eventualmente, llegué a la conclusión de que diseñar una máscara sería el elemento más relevante, pensando en que todos debían sí o sí utilizarla. Como diseñador analicé las diferentes tipologías de tapabocas que existían y los errores a la hora de usarlo, entre ellos la fabricación de máscaras caseras que se degradaban con el tiempo y que dejaban de ser seguras o que las personas siempre se llevaban la mano a la cara para acomodárselo, dejarlo por debajo de la nariz o el mentón. Así fue como nació la idea de este tapabocas", comenta Suescún sobre esos primeros días en los que ya se escuchaban noticias desalentadoras de Italia, Francia o España.

Los primeros en utilizar esta máscara fueron las personas de edad o con enfermedades preexistentes. La acogida de este producto fue tan favorable que a Carlos no le quedó de otra que fabricar y fabricar más para el personal médico, pues el voz a voz entre el personal administrativo de los hospitales y de las ambulancias le abrió la puerta para que su máscara fuera considerada como un elemento seguro para ser usado por médicos y enfermeras e, incluso, por bomberos y fuerzas de paz.

Personal de ambulancias y fuerza de paz. Fotos: Cortesía - Carlos Suescún

"En la ciudad de Mendoza, por ejemplo, los doctores utilizan la máscara como habitáculo principal y encima de esta se colocan la N95, que obviamente es mucho más especializada para ellos. Esta máscara les ha ayudado mucho a solventar su día a día, porque algo que sucedía era que perdían el aire, se desmayaban o presentaban dolores de cabeza con algunas máscaras que debían utilizar por un tiempo prolongado", cuenta Suescún de sus conversaciones con el personal médico, quienes influyeron mucho en el diseño de ‘Ma5k’.

Para crear un primer prototipo, Suescún entrevistó a varios médicos, para entender sus necesidades y percepciones sobre este elemento. Recuerda que fue así como encontró que la máscara debía ir sujetada de la parte de atrás y tener diferentes tamaños para hacerla más ajustable.

"Se hicieron muchas pruebas de impresión en 3D, algo que no existía cuando era estudiante, y luego tuvimos que trabajar bastante en la fabricación porque ya presentábamos escasez", indica este creativo que hoy produce, junto a sus socios, 5.000 unidades diarias y 100.000 semanales. Y sí las cuentas no le fallan, desde que salió al mercado, el 2 de junio, a la fecha se han producido más de 700.000 máscaras.

El aporte de sus "socios de producción" para financiar la fabricación de las máscaras y sus aprendizajes de diseño fueron fundamentales para que este proyecto fuese exitoso desde sus inicios. Cada pieza que conforma este producto es imprescindible para que todo funcione de manera correcta, como lo dictaría la teoría de sistemas, en la que un elemento es un conjunto ordenado de más elementos que se interrelacionan para generar un sistema, conocimientos que adquirió en sus años de estudio y que le permitieron "estar al pie del cañón", para mejorar la calidad de vida, en medio de una pandemia.

Fotos: Cortesía - Carlos Suescún

A sus 35 años, suma un logro más en su vida. Recuerda que, en 2010, se graduó de Diseño Industrial de Utadeo y obtuvo grado meritorio por su tesis titulada “Sistema de comunicación aumentativa y alternativa para niños con parálisis cerebral”. En ella planteó un sistema de aprendizaje contenido en un simulador de realidad virtual adaptado a las necesidades fisiológicas de los niños con parálisis cerebral, realizó prototipos donde estudiantes con parálisis cerebral interactuaban con ayuda de las psicopedagogas a aprender el contenido académico planteado en la Universidad Pedagógica Nacional en la ciudad de Bogotá.

"Soy afortunado porque todos los trabajos en los que he estado siempre dependieron de mi capacidad como diseñador industrial. Actualmente tengo un emprendimiento y, también, soy director de producción en una empresa. Durante la pandemia, he podido dedicar más tiempo a mi proyecto personal, tratando de vincular el área del diseño a muchas fábricas de producción", asegura, al evocar el largo trayecto que caminó por varias empresas en el país gaucho.

Ese éxito, en el que lo acompañan su esposa e hija, también quiere compartirlo con su país. Aunque le fue casi imposible enviar sus máscaras a Colombia por temas burocráticos, sí le gustaría regresar para contar su experiencia, para animar a otros a que estudien esta carrera que a él le hado mucha satisfacción. Si bien no enfrentó una guerra mundial, como él dice, sí le puso el pecho, el corazón y la mente a una pandemia que ya deja más de 1,5 millones de muertos en todo el mundo. 

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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