Descubre las paradojas fotográficas desde la lente de nuestro tadeísta Carlos Becerra
Un collage con más de cien imágenes se teje en forma de un antifaz, mismo elemento que es usado en ocasiones para negar o censurar la imagen. Sobre esa y otras paradojas trabaja el publicista tadeísta Carlos Becerra, en su más reciente exposición Parallax Paradoxa, en la cual hace un homenaje a esas visiones desviadas desde la fotografía, gobernadas por el paralaje que, históricamente, ha caracterizado a las cámaras análogas y de 100 milímetros, fenómeno que ocurre cuando la imagen visualizada no coincide con la imagen enfocada por el objetivo.
Pero la aliteración de la paradoja también ocurre en lo narrativo. Como lo sostiene Becerra, las paradojas rigen la vida misma, llenándola de contradicción e ironía. Están presentes en la matemática, la física y, por supuesto en la literatura, en aquellos pasajes de Neruda, en los que dice: “yo te amo para comenzar a amarte, para recomenzar el infinito y para no dejar de amarte nunca: por eso no te amo todavía”.
De este modo, la acción performática del artista, uno de sus sellos característicos, ha sido el de tomar imágenes que, en su conjunto, conforman otra imagen y cuentan con mensajes ocultos. En esta obra, por ejemplo, se ve el texto mimetizado: “alguien que se pone una máscara en una representación”.
La obra compila trabajos fotográficos desde el 2016 hasta el 2020, con un estilo fotográfico basado en múltiples exposiciones, la conservación de los ángulos de toma y giros sobre el eje de la cámara para lograr que la luz capture la esencia de lo que se quería ver. Al final, las fotografías contienen temáticas diversas, enmarcadas en la cotidianidad y personajes de común, que inician como un retrato tradicional y terminen en una fotografía documental, en la que, entre otros, participaron familiares, ex estudiantes, amigos y colegas profesores del tadeísta.
En esta oportunidad, Parallax Paradoxa, dada la contingencia por la pandemia, podrá ser contemplada por el público en general a través de una galería virtual desarrollada por People Art Factory. La obra del tadeísta también puede ser vista en Saatchi Art.
Saatchi Art, en donde también se encuentran dos de sus obras más icónicas: “Cutivando la Carne” y “Claro Oscuro”. El lanzamiento oficial se llevará a cabo este 3 de septiembre, a las 8:00 p.m. a través de Zoom y contará también con la intervención del artista plástico tadeísta y profesor de la Universidad Javeriana, Ricardo Toledo (Visita aquí la galería virtual).
“Cultivando la carne”, una de sus apuestas más polémicas
Al dar una primera mirada sobre la imagen, pareciera una provocativa salsa de arándanos. Sin embargo, rápidamente, el espectador se ve inquietado por una serie de fotografías que involucran mucha sangre, carne, visceras y ojos de animales. Para el artista, esta apuesta fotográfica que fue presentada en 2018, en el marco de la Temporada de Arte de la Universidad Cental, hace parte de un proceso de reflexión y provocación. Se trata de sacudir a la sociedad a través de la creación de unas piezas que concretan múltiples interpretaciones desde el animalismo, el cristianismo e incluso el ateísmo.
La obra da cuenta de historias paralelas a la fotografía, que demarcan una narrativa que se extiende hacia el guion cinematográfico y que, de acuerdo con el publicista, son el detonante para lo que será una futura producción de un corto o largometraje. De ahí que el inicio de la obra se concibe en un formato tráiler.
Cada fotografía contó con una puesta en escena particular, con algunas intervenciones en posproducción, especialmente en lo que tuvo que ver con la presentación de las manchas en las piezas, con el fin de darle fuerza a esa intencionalidad manifiesta del artista: demostrar que, “cuando te dejas llevar por la carne, tu espíritu se subyuga y se disminuye, a tal punto que te vuelves una mala persona”, una radiografía de una sociedad actual que se deriva entre la doble moral y el cinismo, sumado a la pérdida de valores, puntualiza.
Esta puesta en escena cuenta con dos secciones, una de ellas es la “Prosopopeya de la traición”, una abstracción de íconos del cristianismo que contiene un texto oculto que será el inicio del guion cinematográfico antes señalado.
Claro oscuro, el detonante de la fotografía artística
En lo que el tadeísta denomina un “detonante de la fotografía artística”, esta apuesta nació entre el 2015 y el 2016, en un taller de fotografía que se desarrolló en Villa de Leiva, en el que él tuvo el rol de profesor y estudiante a la vez. Su propósito era lograr imágenes que núnca en su vida había hecho.
Fue así como, en medio de un ensayo fotográfico de más de 125 fotos, surgieron “Autorretrato” y “Kleitoris”, con las que logró, en el marco del Séptimo Salón del Artista del 2016, el primer y el segundo lugar con mención de honor, respectivamente.
La docencia: un llamado que tocó a su puerta
Cuando era estudiante de Publicidad de la Tadeo, entre 1998 al 2002, nunca pensó por su cabeza ser profesor, a pesar de que tuvo a varios maestros que inspiraron su camino. Recuerda que, debido al proyecto de grado que emprendió, llamado “Pieza Siete”, debió postergar su grado hasta el 2004. Sin embargo, señala que esta pieza, un cortometraje en el que la Tadeo le mostraba a los estudiantes de bachillerato lo que significaba ser publicista, fue un esfuerzo que valió la pena, materializado en un producto que aún conserva en su oficina Christian Schrader, director del Área Académica de Publicidad.
La docencia tocó a su puerta en el 2006, a través de Uniciencia, institución en la que dictó Fotografía Básica. Posteriormente, en su propia alma máter, trabajaría como docente en los programas de Publicidad y en Cine y Televisión. De este último, fue su primer profesor de fotografía.
Precisamente, fue la docencia la que lo motivó a explorar múltiples perspecticas de la fotografía, pasando por la publicitaria y la de moda, hasta llegar a la artística, así como la dirección de fotografía: “Me ví obligado a practicar todos los géneros fotográficos si realmente los quería enseñar. Este esfuerzo se ha capitalizado en el portafolio que he construido, con más de 45.000 negativos y algunos reconocimientos”, comenta el tadeísta.
De esa relación entre lo pedagógico y lo fotográfico ya van cerca de catorce años, en los que dice ha aprendido a reinventarse, a tal punto que ahora está planeando lanzar su propio taller de fotografía artística y está abordando la fotografía aérea mediante el uso del dron.
“Mi impronta es conceptualizar la fotografía desde la captura o la puesta en escena, ya sea desde la fotografía artística o una fotografía de boda. Trato que cada imagen que capture tenga su sello y cuente una historia, pues se trata de crear un concepto memorable en cada imagen”, añade Becerra, quien también creó hace algunos años la agencia de visual marketing “Agencia de Imágenes”.
“Siempre busco ser un publicista creativo. La Tadeo ha sido un escenario que promueve el aprendizaje para sus futuros profesionales y ser tadeísta es un orgullo que siempre muestro dichoso en diferentes escenarios”.
