Bajo la piel del planeta. Conozca a Juan Carlos Higuera, el diseñador gráfico que aceptó el llamado de las cavernas
Tan enigmáticas como profundas pueden llegar a ser las cavernas, formaciones de roca causadas por algún tipo de erosión, que, incluso, hace miles de años sirvieron de casa para el hombre de Neandertal y de Cro-Magnon, en cuyas paredes, aún queda la impronta de las primeras formas de arte: la pintura rupestre. De hecho, algunos animales e incluso seres humanos actualmente encuentran refugio en estos espacios, que pueden llegar a ser tan estrechos como aquellas cavernas donde solo cabe una persona, o tan extensas y profundas, prolongándose por kilómetros y con desniveles hasta de 2000 metros por debajo de la superficie.
Juan Carlos Higuera, diseñador gráfico tadeísta, precisamente, descubrió su amor por las cavernas cuando se encontraba realizando su carrera en nuestra Universidad. Corría el año de 2001 cuando, como parte de una electiva de la Oficina de Deportes de Utadeo, decidió inscribirse al grupo de montañismo Yavia, del cual recuerda gratos momentos, cuando, la mayoría de los fines de semana, llegaban las salidas de campo de alta montaña. Para él, llegar a la actual plazoleta Jorge Tadeo Lozano y encontrarse con sus amigos de diferentes programas académicos para realizar acampadas de montañismo en lugares como el Parque de los Nevados y la Sierra Nevada del Cocuy, fue lo mejor de su vida universitaria.
Juan Carlos Higuera
Como lo relata Higuera, rápidamente su pasión por el montañismo se volvió tan importante que superó su amor por el diseño, el cual le brindó las bases técnicas para establecer un diálogo muy interesante entre la fotografía y las cuevas, a partir de su vocación como espeleólogo. Aunque tuvo un breve paso por el mundo de las agencias de diseño, decidió inclinarse por su pasión y aceptó el llamado de la montaña.
Hoy por hoy, nuestro tadeísta ha logrado capturar las postales más bellas del paisaje infraterrestre: “los talentos se despiertan en la medida que la gente se encuentra con sus pasiones. El tema de la naturaleza tiene que ver mucho con el desarrollo de las personas en una universidad como Utadeo”, destaca Higuera.
Fruto del trabajo realizado por varios años, recientemente, de la mano de Villegas Editores, publicó “Cavernas de Colombia”, la primera publicación del país que explora estos exóticos escenarios naturales. Y lo hace con todo el lujo de detalles, pues el libro lleva al lector a un viaje cargado de postales casi oníricas provenientes de veinticinco cavernas colombianas.
El libro permite acercar al ciudadano a estos majestuosos lugares, dotados de otras dimensiones de percepción del espacio, más allá de los ecosistemas de bosque, páramo y selva. Las fotografías de las cavernas y grutas traducen el color, la profundidad y los matices de las montañas, ríos, quebradas, saltos, cascadas, flora y fauna que son desconocidos por la gente. Por ejemplo, dice el tadeísta, en nuestro país existen cavernas gigantes, tan profundas como la altura del Edificio Colpatria, calculada en casi 200 metros.
Pero también, existen aquellas con bocas inmensas que albergan secretos o misterios que aún el hombre no ha resuelto, en una mezcla entre la ciencia y lo sobrenatural, lo racional y lo sublime o inconmensurable. Una de esas experiencias, comenta, la tuvo en las cuevas de Cunday (Tolima), especialmente en la cueva del Edén. Allí, junto con un compañero se perdieron por cerca de dos horas, caminando en círculos, hasta que lograron encontrar la salida gracias al sonido emitido por algunas ranas que estaban en el lugar.
De igual manera, a través de la Sociedad Colombiana de Espeleología, Higuera ha trabajado como parte del equipo periodístico del especial multimedia del diario El Tiempo, titulado “Colombia Subterránea”.
Higuera no duda en afirmar que nos encontramos en el “Siglo de las Cavernas”, pues, hasta hace muy poco tiempo, estudiar estos lugares era una tarea muy difícil: “hay un dicho muy famoso en la Espeleología y es que ‘el hombre primero llegó a la luna y luego a las cavernas’”, sostiene. Por ejemplo, ahora existen tecnologías como los Cree Leds que permiten una mejor exploración de las cavernas, iluminando de esta manera grandes zonas con linternas que son pequeñas y fáciles de portar.
'Cavernas de Colombia' es la opera prima de Higuera
Juan Carlos se define como “fiel a la montaña”, esa misma de la que se siente como una extensión. Quizá por “el amor al dolor o al sudor”, como lo relata, es que espera continuar el resto de su vida dedicado a explorar bajo la piel del planeta, una actividad que tiene sus riesgos y cuya única arma para enfrentar a la naturaleza son las cuerdas, mosquetones y linternas. La inversión, dice, también es continua, pues “uno nunca termina con el equipo completo”.