CREAR.T: el diálogo entre el arte y la publicidad continúa en la Tadeo

La historia registra la búsqueda de importantes creadores, en unos casos movidos por la férrea convicción de no someterse a otra determinación diferente de su necesidad expresiva y su independencia y en otros con clara conciencia de que producen para un interés o una necesidad ajena a cuyo servicio ponen su talento, que han logrado trascender la fugacidad del tiempo para dejar impresa en la memoria colectiva la singular potencia y el valor de sus obras.
Nombres como Toulouse-Lautrec, Beardsley, Van de Velde, Picasso, Magritte, Dalí o Warhol, no tuvieron reparo en rubricar carteles y sus dueños fueron los creativos de cuyo talento salieron innumerables avisos en todo tipo de publicaciones, sin que por ello sus perdieran validez, vigencia o estatura como artistas y grandes creadores que trascendieron su época y su momento incorporándose con suficiencia de méritos a la historia del arte universal.
Quizás esto se debe a que el talento creativo sea la única y enorme materia prima en ambos planos, que en algún momento re-conoce la propia necesidad expresiva, aún en medio de un oficio agobiante por su exigencia implacable de invención e imaginación que por lo general se consumen en el corto y limitado tiempo de exhibición de una campaña.
Es el caso de estos cinco publicistas, que en algún momento de su actividad profesional han hecho un alto para darle salida a su personal y enriquecedora necesidad del arte y de ser creadores de una obra que los exprese y trascienda, demostrando que el universo creativo es único.

Este debate sobre la manera como arte y publicidad se encuentran y conversan hace parte de la discusión, también polémica y rica en matices, sobre las intersecciones entre el arte y la ciencia; preguntas que encuentran validez en un entorno académico como el de la Tadeo que indaga lo que va del ejercicio riguroso crítico y reflexivo, propio del pensamiento científico, a la construcción producto de una sensibilidad personal que expresa con plena libertad su comprensión e interpretación de la realidad.

Dos preguntas estas, además, de significativa importancia en el quehacer académico de la Facultad de Ciencias Humanas Arte y Diseño, que igual alberga un Programa de Publicidad que ha provisto de creativos y líderes a las más importantes agencias del país durante 45 años y ha elevado a rango de Maestría la reflexión teórica sobre las áreas de su campo disciplinar, que un programa de Artes Plásticas y otros afines como Diseño gráfico, Realización de Audiovisuales y Multimedia y Producción de Imagen Fotográfica, además del aporte de la Facultad de Ciencias Sociales con su programa de Cine y Televisión, que se proponen búsquedas que trasiegan el mismo lindero.

Como quiera que sea, admitiendo que para muchos las relaciones entre arte y publicidad son claramente antagónicas, pero con la evidencia de que no son pocos los artistas que en algún momento han engrosado las filas de la publicidad y los publicistas que han desertado de ellas para enlistarse en las del arte, es innegable que ambos ámbitos parecieran retarse como reta el espejo a su evocación en la realidad o la realidad a su reflejo en el espejo, según desde el lado poético o racional que se plantee el asunto.
En esta paradoja se encuentran atrapados los publicistas protagonistas de esta exposición, que también se reconocen interlocutores válidos del debate a partir de creaciones concebidas y ejecutadas más allá de la publicidad o más acá del arte, da igual, pero finalmente obras que los expresan como creadores sin compromiso alguno de ser funcionales a otra cosa que a su propia pasión por hacerlas.