Por Heyson Báez Ramos
Actualmente, los sistemas robóticos se han perfeccionado de una forma exponencial, tanto en el desarrollo de distintas aplicaciones de trabajo, asistencia, reconocimientos de entornos, entre otros; así como también, en el avance en los métodos de inteligencia artificial aplicados y hardware especializado para tareas puntuales que antes no se podían desarrollar.
En el ámbito académico colombiano siempre se presentan cuestionamientos sobre la realidad del nivel y la calidad de la robótica en Colombia y su estado en comparación a otros países. Al respecto, considero que a nivel nacional la robótica tiene un aceptable, por no decir, buen nivel en su desarrollo y los logros alcanzados, pero tiene un camino difícil con elevados obstáculos en el presente y futuro.
Estas dificultades limitan el desarrollo de la tecnología y de la robótica en Colombia y están enmarcadas principalmente por la falta de apoyo, tanto de la administración pública, como de la inversión privada. Lo anterior, pues la innovación en el campo de la robótica, exige un desarrollo tecnológico que requiere de materiales especializados que son costosos y de difícil acceso. Además, no es un secreto, que en Colombia ha sido muy complicada la consolidación de un sector o gremio fuerte conformado por las comunidades investigativas de tecnología y la robótica que están liderando los desarrollos más significativos e innovadores en el campo. Aún se trabaja de manera muy aislada y encriptada, cada organización o institución trabaja aislada sin que se consolide un sector reconocido. Las Universidades se encierran en sus propios conocimientos y adelantos, pero no plantean la consolidación de una comunidad científica nacional para una misma finalidad como es el desarrollo tecnológico nacional. Como ejemplo, en varios países al desarrollar una unidad de investigadores, éstos han logrado organizar eventos internacionales de altísimo nivel y de gran magnitud (ROBOCUP México 2012) en donde han logrado relacionarse con otros investigadores y con nuevos conocimientos. Lo anterior, no quiere decir que la comunidad científica Colombiana en robótica se limite a su propio beneficio, pero ha faltado una iniciativa de peso acorde a las necesidades del país y a las necesidades de cada ente de investigación de robótica que aporte consecuentemente sus conocimientos.
Por otra parte, si se observa el proceso académico nacional, la generación de investigadores de alto nivel en Colombia es mínima debido a los pocos programas de doctorado en áreas relacionadas a la tecnología. Sin contar con el costo que acarrea estudiar un doctorado en Colombia. Además, no es muy común que en el país haya una dedicación profesional en el desarrollo de investigación de tiempo completo. Los pocos investigadores que trabajan en desarrollos puntuales, que buscan un conocimiento y reconocimiento, son profesores de universidades, que en su mayoría, deben organizar su tiempo en diversas ocupaciones académicas como dictar múltiples cátedras en carreras profesionales, revisar trabajos, asistir a reuniones, entre otros; para luego, en sus tiempos libres desarrollar sus propias investigaciones. Por otra parte, los pocos profesionales que pueden profundizar sus conocimientos para la investigación son apoyados con becas por entidades nacionales, para realizar sus estudios en universidad internacionales en donde deben resolver sus proyectos de tesis y demás investigaciones sobre problemáticas particulares propias de esos países y no aportan soluciones a las problemáticas particulares de nuestra nación.
No obstante, no todo es negativo. Los esfuerzos de muchos grupos de investigación nacionales en el campo de la robótica han generado grandes resultados de desarrollo; logrando estar a un alto nivel latinoamericano, figurando entre los mejores grupos de visión artificial, inteligencia artificial y robótica. Además, de forma menor pero significativa, la robótica colombiana ha logrado estar en destacadas posiciones en torneos mundiales. En consecuencia, la investigación en robótica ha presentado un aumento significativo en la producción de conocimiento y se espera que esta producción siga en aumento. Lo anterior, demuestra que a pesar de las dificultades e idiosincrasia del subdesarrollo, el interés y deseos de los investigadores colombianos por la generación de un nuevo conocimiento y de una tecnología de punta, es posible, junto a un cambio en el pensamiento político y de apoyo de inversión privada se pueden llegar a objetivos muy altos.