Cómo tener una buena salud financiera es un tema que se ha abordado a lo largo de los años, sin embargo, las personas aún no interiorizan por completo ni ponen en práctica la información, razón por la cual pueden enfrentar dificultades económicas.
Esto puede darse en cualquier momento de la vida y más cuando se aventuran en nuevos escenarios como el ingreso a la universidad que no sólo implica pagar el semestre sino la cotidianidad con sus respectivos gastos.
De ahí que quienes inician su vida universitaria o retoman semestre tengan en cuenta que todo peso vale y que está en sus manos ir construyendo hábitos que permanezcan en el tiempo. Y para eso vamos a dejar claro qué significa tener una buena salud financiera.
En palabras de Edgar Jiménez, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, “significa tener los recursos para vivir el día a día sin inconvenientes. Por ejemplo, tener para la salud, la educación y recursos para pagar deudas si existen y algo determinante es no depender de una sola fuente de ingresos”.
Por lo general, los universitarios dependen de los ingresos de sus padres y otras de fuentes provenientes de su trabajo. De este modo saber administrar y llevar un presupuesto es la primera clave para cuidar las finanzas ¿por qué? Sencillo, ingresar a la universidad puede empezar a generar pequeños gastos como comprar comida en las máquinas habilitadas en las instituciones, “el desayuno, el café de la mañana, la empanada para acompañar, el almuerzo y su respectivo postre”, dice Lina Alejandra Zapata, estudiante de fotografía.
Recuerde que todo va sumando, en esos gastos conocidos como 'hormiga', los estudiantes van gastando el dinero que muchas veces les dan para el mes y que no alcanza. Entonces el presupuesto permite saber en qué se invertirá el dinero, respetar ese presupuesto y adecuarse a lo que se tiene en la mano y a su realidad.
Con frecuencia los estudiantes suelen sumarse en actividades a las que su presupuesto no se ajusta como ir con frecuencia a restaurantes, fiestas, que no está mal y es parte de la vida, y salidas. Aparentar no es algo positivo. Es aprender a decir no, si las condiciones no se dan.
Por otro lado, y en menor medida, con los cambios de la pandemia, la inversión en fotocopias ha disminuido entonces la estrategia es usar la tecnología como un buen aliado y comprar material de estudio en sitios que manejan precios cómodos y preservan la calidad.
Como la universidad tiene esos gastos en diferentes medidas, es importante que tanto los estudiantes como los padres de familia se informen de las becas que ofrecen para bajar costos en el pago del semestre, que es uno de los más altos y, además, poder acceder a las ayudas que tienen las diferentes alcaldías y gobernaciones del país, con alivios o mensualidades que funcionan para seguir de una forma satisfactoria su vida estudiantil.
Entre esos mecanismos también es importante tener en cuenta que, si se adquiere un crédito para pagar el semestre, tanto el estudiante como el padre, pueden buscar las tasas más bajas, acceder a través de fondos de empleados, cooperativas y buscar las entidades financieras con mejor tasa en el mercado.
Ser puntual y darle un buen manejo al crédito es determinante para acceder a mejores tasas y es algo que como estudiante y futuro profesional puede crear el hábito para lo largo de la vida. “Además, como estudiante se puede buscar alguna fuente de ingresos, por ejemplo, en competencias interuniversitarias, desafíos y challenge que son patrocinados por la Bolsa de Valores de Colombia los cuales dan premios y haciendo lo que nos gusta que es estudiar no solo ganamos dinero sino que aporta en la construcción que se hace de la hoja de vida”, concluye Edgar Jiménez.
