Este proyecto viene de redescubrir instantes personales, de lograr que estos maduren a través del tiempo, para luego transformarse en materia y espacio. Estos instantes fluyen a través de la escritura, concebida en los diferentes fragmentos de varios diarios personales, para luego ser interpretados y posteriormente evocados en acciones que van llenando un espacio en común. Estas acciones deben ser leídas desde la búsqueda personal del “quien soy” y del “que siento”, donde se encuentran presentes varios referentes al mundo onírico que construye mi mente sobre cada instante, pensamiento o emoción de mi realidad.
Como elementos presentes, se utilizan metáforas y contrastes, están el movimiento y la quietud, lo vivo y lo muerto, el suspenso y el vuelo, lo natural y lo artificial; todos unidos por una misma red que los acerca, la tela. El espacio también es un elemento importante, que juega con la forma en como las personas interactúan con la obra: ya que es necesario que el cuerpo este presente y que puedan transmitirse estas ideas y emociones a un nivel sensorial, que involucre el sentir que se esta en un espacio y ambiente diferente.
Este proyecto también hace parte de un ejercicio que persiste en el tiempo, que se mantendrá vigente ya que seguirá haciendo parte del proceso personal, como una manera de conectar el pasado, presente y futuro de forma plástica.