En el primer trimestre de 2024 los bogotanos podrían disfrutar del primer tramo del Corredor Verde por la Carrera Séptima
En una apuesta sin precedentes en la transformación urbana de la capital del país, el Corredor Verde de la Carrera Séptima plantea, a través de tres tramos, conectar de sur a norte a los bogotanos, en un recorrido que inicia en calle 24 y finaliza en la calle 200. Este proyecto también tiene unos matices especiales, y es que, en medio de la pandemia, se generaron mecanismos virtuales de participación ciudadana, de cara a la cocreación de todas las fases del proyecto, que no solo se contempla como de movilidad sino también de transformación urbana integral.
A propósito de ello, Utadeo se unió una vez más, desde la visión académica, en los temas de debate ciudadano, con el conversatorio: “Diseño cívico y cocreación urbana: el proyecto del Corredor Verde de la Carrera Séptima”, que organizó el Área Académica de Arquitectura y Hábitat, y contó con la participación de nuestro rector, Carlos Sánchez; el director del IDU, Diego Sánchez, la jefe de la Oficina de Atención al Ciudadano de esa entidad, Lucy Molano, y el gerente del proyecto, Juan Pablo Caicedo, bajo la moderación de Óscar Salamanca, director del Área Académica de Arquitectura y Hábitat.
En su intervención, el rector de Utadeo recordó el compromiso que ha tenido la Universidad en la renovación urbana del centro de Bogotá, especialmente en 1992, cuando, en medio de la modernización del campus, se generó una propuesta de transformación del sector, con el propósito de que las edificaciones de la Universidad tuvieran conexión con el espacio público.
El directivo también señaló que esta concepción de la participación ciudadano en los proyectos de renovación urbana integral permite comprender que la ciudad es un producto del ser humano, desde las formas creativas y medios que este emplea a la hora de relacionarse con el entorno y con el medio ambiente. También enfatizó en la importancia que tiene la Carrera Séptima como un corredor vital para la ciudad, que aglutina gran parte de las capacidades patrimoniales, políticas, financieras y económicas de Bogotá.
“El Corredor verde no se puede diseñar solo como una pieza de movilidad, sino que debe ser un modelo de planeación urbana de la ciudad, que debe contemplar el transporte, pero también los efectos que se tendrán en el futuro, enfocados en las actividades, usos y deseos de los ciudadanos”, explicó el rector.
Rector de Utadeo, Carlos Sánchez Gaitán
Por su parte, Diego Sánchez recordó que el IDU se ha transformado en pro de la ciudadanía en los últimos años, pasando de ser responsable de la infraestructura vial y de movilidad de la ciudad hacia un enfoque de planeación urbana integral, que pueden apreciarse en proyectos como el Cable Aéreo de Ciudad Bolívar, en donde no solo se ejecuta un sistema de transporte sino también un desarrollo social y económico en torno a la infraestructura. Bajo esa misma premisa se piensa desarrollar el proyecto del Corredor Verde.
“Estos planes de ordenamiento territorial deben tener el trabajo coordinado de las instituciones, pues el IDU es solamente un ejecutor y el gerente del contrato, pero la concepción de este proyecto y las grandes obras que vienen para Bogotá, en un futuro, tienen que ser resultado de un ejercicio de articulación y armonización, con la participación de muchos actores, entre ellos la ciudadanía, siendo este uno de los más relevantes, pues en un hecho sin procedentes, ellos crearon en conjunto la propuesta de diseño. Por eso, esperamos que también nos acompañen en todo lo que tiene que ver con los diseños de detalle, el proceso de construcción y, posteriormente, en la sostenibilidad de la infraestructura”, apunta el funcionario.
Diego Sánchez, director del IDU
Frente al tema de la participación, Molano argumenta que conversar con ciudadanos y expertos acerca de los proyectos de desarrollo urbano ha enriquecido el trasegar del IDU, para pasar del diseño de infraestructura a un diseño cívico urbano: “el IDU lidera la gestión de la infraestructura, pero nos dimos cuenta de que no somos los únicos. La ciudad lleva discutiendo sobre el Corredor Verde por la Séptima durante más de 15 años”.
Sobre esto, afirma Molano, se dio un paso histórico en la ciudad, el cual fue estructurar una serie de metodologías virtuales, entre ellos talleres y síntesis por localidades, que permitieron recoger las observaciones de más de 50.000 ciudadanos, para posteriormente desarrollar la sistematización que posibilitó consolidar la propuesta. Sumado a ello, la ciudadanía tuvo la oportunidad de formarse para comprender cómo estos proyectos se integran al Plan de Ordenamiento Territorial y el desarrollo urbanístico de la ciudad.
Para explicar en detalle cómo se construyó el proyecto, Juan Pablo Caicedo recordó que el Corredor Verde se abordó desde una perspectiva multimodal que integra el tren regional (Regiotrans), el metro pesado, los corredores de transporte masivo y el cable aéreo, al tiempo que el espacio dialoga con los peatones y la circulación en bicicleta y carro particular.
“Nos sentamos a hablar con la gente sobre los imaginarios que tenían sobre la Séptima y qué deseaban tener de este corredor”, destaca Caicedo, quien indicó que, fruto de este codiseño, se pudo determinar cómo optimizar el espacio público de este corredor vial, dado que es uno de los aspectos más limitados que se tienen: “la gente quería una distribución distinta a la que tiene actualmente la Séptima, como más espacio para bicicletas, con transporte público con cero emisiones”. Sumado a ello, las personas consultadas pensaron en una mayor conexión con la naturaleza, dando prioridad a la movilidad sostenible y al sentido de lugar.
Esto también permitió identificar que existen tres séptimas en todo el corredor: una histórica, patrimonial y peatonal, que se encuentra entre las calles 24 a la 40; otra ubicada en Chapinero, que concentra la mayoría de los viajes por la carrera Séptima, con una alta concentración de universidades y entidades financieras; y una última, ubicada en la localidad de Usaquén, con una alta concentración residencial, con dinámicas sociales complejas y una subutilización del patrimonio ambiental.
En su intervención el funcionario también señaló que la ejecución de la obra iniciará a mediados del segundo trimestre del 2022 y permitirá que los ciudadanos disfruten del primer tramo de la obra finalizando el primer trimestre del 2024, con una finalización total del proyecto en el último trimestre del 2025.
