Boris Quintana Guerrero
Director del Centro de Innovación para el Desarrollo Sustentable
16 de octubre de 2019
El diseño industrial se encuentra a la deriva entre los diferentes planes de desarrollo de nuestro país. Esta es una de las conclusiones parciales de la investigación autónoma realizada en el Centro de Innovación para el Desarrollo Sustentable desde el año 2016 denominada Realidades de la praxis del diseño en el entorno industrial colombiano, en la cual se viene revisando el desarrollo del diseño industrial en el mundo, en Latinoamérica y, por supuesto, su comportamiento en Colombia. Sin ser esta una investigación de carácter longitudinal, si ha requerido evidenciar las dificultades que viene enfrentando la profesión a lo largo del tiempo, en la medida que no es involucrada en planes de acción de largo plazo en Colombia. Para esta investigación se viene implementando una metodología de observación directa y descriptiva mediante la cual se aborda la situación del diseño nacional, entendido éste como el resultado del diálogo del estado, la academia y la industria (Quintana, Alba, Melo, 2017). De este modo, el presente artículo consta de una ligera revisión de los aspectos más relevantes de la investigación haciendo énfasis en las aristas económica y política que han influenciado el devenir del diseño.
Diseño e innovación en el sistema productivo colombiano
Colombia presenta dificultades para ser un país competitivo, este es un principio alrededor del cual se han venido desarrollando cantidad de bibliografía, seminarios, encuentros, cátedras e investigaciones en temas de desarrollo, siendo una postura reafirmada en su momento por el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Esta situación deriva de la desarticulación entre ciencia, tecnología e innovación con la empresa privada, teniendo claramente el diseño participación en cada uno de estos ejes.
Siendo el desarrollo industrial y la innovación los motores que vigorizan las exportaciones, la realidad percibida es que Colombia es un país con debilidades en la transformación de la materia prima y en la industrialización de productos terminados exportables, evidenciando consecuentemente dificultades en su balanza comercial al encontrar que importa más bienes con valor agregado que su capacidad exportadora (Procolombia, 2016). “Es necesario formar un aparato productivo que le apunte a la diversificación y a la búsqueda de mejorar las formas de hacer las cosas, para lo cual la tecnología es un factor indiscutiblemente necesario, sobre todo aprovechando las ventajas de la agroindustria, el fuerte capital humano, nuestra ubicación estratégica y el fortalecimiento de clústeres productivos que impacten en la inserción de cadenas de valor mundiales.” (Ávila, 2017). Nos encontramos pues, en una carrera en la que, sin la certidumbre de un verdadero desarrollo industrial, serán mayormente evidenciables las dificultades para atender en exportación a los diferentes tratados de libre comercio suscritos y vigentes[1].
A partir de sus planteamientos en el artículo La industria de la innovación a través del diseño, el autor Germán Ortiz indicó que, tras la llegada de productos chinos a Colombia, perecieron
miles de empresas, no siendo culpa de China, ni de la apertura económica, sino mayoritariamente de una mentalidad industrial rezagada, resistente al cambio, a la investigación aplicada, a la innovación, una mentalidad con serios vicios a la copia, un enfoque por fuera de las producciones originales y en últimas del diseño. A modo de ejemplo se puede hacer revisión del reciente caso de la empresa vallecaucana Evacol, demandada por la estadounidense Crocs, por violación múltiple de patentes. Habiendo exportado más de 1.2 millones de dólares al año (Isaza, 2016), es claro que poco se invirtió en temas de investigación y desarrollo de nuevos productos, dejando de lado temas de competitividad, diferenciación, innovación y apertura a nuevos negocios que claramente son necesarios de abordar con miras a establecer una ruta sostenible de la empresa. Finalmente, y luego de cuatro años de pleitos, en marzo de 2019 la Superintendencia de Industria y Comercio sancionó económicamente a Evacol, empresa que perdió la demanda frente a Crocs. Habría que preguntarse ¿qué se podrá esperar de las MIPYME?
Es importante tratar sucintamente el concepto deinnovaciónprevalente en Colombia el cual varía desde un organismo local a uno internacional. Por su parte la Superintendencia de Industria y Comercio (2012) se refiere, en el contexto empresarial y de manera concreta, a la estética de los productos; por su parte el Manual de Oslo (2006) amplía esta definición a cambios en procura de mejorar las condiciones de un producto, proceso, comercialización, o una organización como tal, siendo todos estos temas de interés y aplicación del diseño industrial.
Cambian los gobiernos, ¿cambian las rutas?
El diseñador ha cargado con el lastre de la polivalencia en las definiciones que enmarcan su profesión. Tras cumplir 100 años de haberse creado la escuela generatriz del diseño a nivel global, la Bauhaus, se deben superar axiomas simplistas como aquellos que afirman que el diseño industrial “es la forma externa bidimensional o tridimensional de un producto que le otorga una apariencia particular a éste” (SIC, 2009).
En contraposición a cualquier visión reduccionista del diseño industrial, los profesionales en el área encontraron un respiro en el nacimiento del Programa Nacional de Diseño Industrial (PNDI), el cual tiene una larga historia que se remonta al año 2009 con su estructuración (Universidad Nacional de Colombia), historia que no se revisará en este escrito, solamente se pretende rescatar que en su momento buscó “(…) contribuir al desarrollo del sector diseño, así como identificar escenarios y sinergias de cooperación, permitiendo aumentar la competitividad e innovación de las empresas elevando los niveles de diferenciación y calidad del producto colombiano” (MinCIT, 2013)[2]. Igualmente hay que entender que en su creación se plantearon tres escenarios de actuación (RAD, 2013) a corto (2011-2013), mediano (2014-2019) y largo plazo (2020-2032), iniciando el trabajo de este último segmento con una integración de los diseñadores a las MIPYMES, según este marco programático se estaban haciendo ajustes, pero sobre todo el PNDI-MinCIT se estaba consolidando al lograr una estrecha aproximación a la industria desde la academia con buenos avances desde su 3ª. Línea Estratégica: Visualización y promoción de casos de éxito[3].
Próximo a lo que podría interpretarse como una situación de suspenso, en el segundo gobierno Santos (2014-2018) la economía nacional se volcó a los procesos de paz que dejaron en vilo el desarrollo del PNDI-MinCIT. Sin embargo, los emprendimientos privados siguieron su curso: Sin ser catalogada en aquél entonces como “economía naranja”, y en el trascurso del gobierno Santos (2010-2018) se registró un incremento en las exportaciones colombianas de bienes y servicios creativos en un 134% (años 2002 a 2015), incluyendo en esta cartera a: artes visuales y performativas, artesanía, audiovisual, diseño, nuevos medios, arquitectura, cultura y recreación, investigación y desarrollo, publicidad. (Quintana, 2018). Mientras esto ocurría en las posteridades del mandato Santos, y como resultado de su paso por el Congreso, el senador Iván Duque impulsó la ley 1834 de mayo de 2017 por la cual “se fomenta la economía creativa, ley naranja” a fin de desarrollar, fomentar, incentivar y proteger las industrias creativas en Colombia, iniciando una política integral de la economía que lleva tan particular nombre.
Conclusiones preliminares
Para concluir parcialmente este artículo, se quiere llamar la atención del empoderamiento que ya venía presentándose en Colombia a manos de los creativos entre los años 2012 y 2015, empresarios que con dedicación ya estaban sacando sus productos a nivel internacional, facturando en dólares, sin estar bajo la sombrilla de la economía naranjaque pareciese estar reinventando la rueda. En segunda medida, luego de un año del gobierno Duque, se evidencia que en la actualidad no hay rastro del PNDI en la página del MinCIT, ni aún en el micrositio del Viceministerio de Desarrollo Empresarial de donde era orgánico dicho programa. Se esperaría encontrar mejoras al plan contemplado inicialmente al año 2032, sinembargo es claro que el diseño industrial como otras especialidades del diseño fueron ubicados en una misma bolsa denominada economía naranja, dentro de un Plan de Desarrollo a 2022, otorgando una misma interpretación a todas las actividades creativas: saberes que permiten desarrollar emprendimientos económicamente jugosos.
Particularmente en el caso del diseño industrial, es clara la falta de interpretación de esta profesión como herramienta estratégica de desarrollo, sumándose a las “profesiones creativas” como un diseño superficial y prescindible. Es importante encontrar vigencia en el lenguaje utilizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el cual indica que la economía creativa “no es una única superautopista, sino una multitud de distintas trayectorias locales que se encuentran en ciudades y regiones de países en desarrollo” (PNUD, 2013). Sin duda hay por delante un trabajo desafiante para las nuevas generaciones de diseñadores a fin de despejar esa verdadera trayectoria del diseño industrial en el escenario de desarrollo de Colombia.
BIBLIOGRAFÍA
Ávila, R. (30 de octubre de 2017). Revista Dinero. Recuperado el 10 de octubre de 2019, https://www.dinero.com/finanzas-personales/columnistas/articulo/algunas-ensenanzas-de-los-tlc-firmados-por-raul-avila-forero/251784
Isaza, M. (06 de 01 de 2016). La demanda de Crocs a una empresa colombiana por violar patentes. El Colombiano.
Ortiz, G. (Agosto de 2006). La industria de la innovación a través del diseño como motor de desarrollo económico nacional. Recuperado el 10 de octubre de 2019,
de http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo. php?id_libro=13&id_articulo=5291
Quintana, B., Alba, N., Melo, J. (2017). La praxis del diseño industrial ¿Factor para el desarrollo económico colombiano?. MasD, Revista Digital de Diseño. Vol. 11, Edición N° 20 Ene. - Jun. 2017. Págs. 37-58
QUINTANA, Boris. (septiembre 2018) “El Color Naranja del Diseño: Emprendimientos creativos en el ámbito de la economía naranja”. Libro digital. Ed. B. Quintana, Bogotá, Col. ISBN: 978-958-48-4574-0, 60p. Disponible en Google Books: https://bit.ly/2RBFGEq. [Consultado 10 octubre 2019].
Superintendencia de Industria y Comercio. (2010). Recuperado el 1 de octubre de 2019, de Superintendencia de Industria y Comercio: https://www.sic.gov.co/disenios-industriales
Asociación Colombiana Red Académica de Diseño. (2013). Recuperado el 10 de octubre de 2019. Presentación del Programa Nacional de Diseño: https://radcolombia.org/web/sites/default/files/archivos/documentos/presentacion-programa-nacional-diseno-2013.pdf
DEL AUTOR
Boris Quintana Guerrero es diseñador y consultor para el desarrollo de productos y servicios. Investigador en temas de industrias culturales y creativas, y sustentabilidad, miembro investigador de la red CAEL (Centro de Investigaciones y Altos Estudios Legislativos del Senado de Colombia); académico con experiencia en administración educativa. Docente universitario de la Escuela de Arquitectura y Diseño para América Latina y el Caribe ISTHMUS (Panamá). Suma experiencias en la Pontificia Universidad Javeriana, Universidad Jorge Tadeo Lozano y la Universidad Autónoma de Colombia, fue profesor Asociado de planta en la Universidad Nacional de Colombia. Ha sido miembro de comités nacionales e internacionales, director y evaluador de proyectos académicos y productivos; autor de productos, emprendimientos, artículos y libros. Actualmente es director del Centro de Innovación para el Desarrollo Sustentable y Product Manager en la empresa Open Innovation LAB, se encuentra cursando el doctorado en Proyectos de la Universidad Internacional Iberoamericana de México.
[1]Según el MINCIT, a la fecha Colombia tiene suscritos TLC con: México, Salvador, Guatemala y Honduras, CAN, CARICOM, Chile, EFTA (Suiza, Liechtenstein, Noruega e Islandia), Canadá, Estados Unidos, Mercosur, Venezuela, Cuba, Unión Europea (28 estados miembros), Alianza Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú con el Asia Pacífico), Costa Rica, Corea del Sur. Recuperado de http://www.tlc.gov.co/10 de octubre de 2019.
[2]Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT)
[3]Esta línea estratégica comenzó a impactar tempranamente las redes sociales a partir de la implementación de un canal de Youtube (2013) que todavía conserva los capítulos producidos sobre casos de éxito de empresas nacionales.