Una mujer que transforma desde el derecho
La decisión de estudiar derecho y de dedicarle su vida a esta profesión, no surgió tras graduarse del colegio El Rosario: “Nunca tuve dudas sobre este tema; fue mi carrera favorita, siempre me llamó la atención el impacto que tienen los abogados en la sociedad y el aporte que hacen a la resolución de los conflictos”, dice Carolina.
Cursó el pregrado en la Universidad Santo Tomás y luego hizo una maestría en derechos humanos y una especialización en derecho laboral en la Javeriana. Es soltera y mamá de Mateo, futuro publicista de Utadeo; su núcleo familiar lo completa Max, un border collie que es la adoración de la casa.
Desde que se graduó ha ejercido su profesión de manera ininterrumpida: trabajó un tiempo en la Fiscalía, luego en la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia y fue asesora jurídica de un fondo de pensiones como también litigante en las áreas de su especialidad: derechos humanos, derecho laboral y seguridad social.
En el 2005 la Tadeo llegó a su vida. “Empecé como asesora del área laboral del Consultorio Jurídico de la Universidad, luego lideré la cátedra de Pedagogía Constitucional, fui profesora y desde hace unos cinco años dirijo el Consultorio Jurídico”, cuenta.
Afirma que le apasiona su trabajo en el Consultorio Jurídico porque ofrece la combinación perfecta entre docencia y litigio, aunque es de gran responsabilidad: “Llegan los futuros abogados tadeístas a hacer sus primeras prácticas para completar su formación académica desde el ejercicio real del derecho y, al mismo tiempo, ayudan a transformar la realidad de los usuarios que buscan nuestros servicios; en general, ellos tienen condiciones socioeconómicas muy particulares, así que se trata de una gran labor. Nuestro equipo de trabajo es maravilloso y eso facilita el logro de objetivos”, explica Carolina.
¿Cuál es el logro personal o profesional que más recuerda?
Asumí la representación judicial de la Asociación Shipia Wayúu que agremia a más de cien mil indígenas; fue un reto muy grande y tras un año de litigio logramos por primera vez una victoria internacional para esta población: en el 2015 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió medidas cautelares al Pueblo wayúu. El ejercicio del derecho es emocionante, especialmente cuando se logra el reconocimiento o la reivindicación de las garantías de las personas a las cuales se representa, particularmente cuando hay un drama humano de por medio y este involucra población vulnerable; este caso tuvo que ver con el pronunciamiento de un tribunal internacional frente al abandono estatal del pueblo wayúu y favoreció a niños, mujeres embarazadas y personas mayores. A partir de entonces el Estado ha hecho pequeñas intervenciones, pero los problemas que aquejan a esta comunidad son enormes. El cumplimiento de las medidas requiere una articulación de entidades y políticas, así como un seguimiento permanente; continuamos en esa labor.
¿Cuál es la experiencia más inspiradora que ha tenido en su vida?
Ser mamá a los 20 años; estaba en octavo semestre de derecho. Mi hijo se convirtió de inmediato en mi polo a tierra y en mi más importante motor de vida.
¿Qué significa para usted pertenecer a la comunidad tadeísta?
Muchas cosas desde hace 13 años: identidad, pertenencia y la satisfacción de contribuir como abogada, desde la academia en la sociedad.
Defínase en 3 palabras…
Independiente
Conciliadora y
Persistente
¿Qué es lo que más la apasiona en la vida?
Mi familia y la gente cercana que quiero, ellos hacen mi vida muy feliz. También viajar y, por supuesto, mi trabajo.
