Tras la muerte de uno de los 22 estudiantes entre los 12 y 16 años de edad, que inhalaron una mezcla de marihuana, chirrinchi y polvo de extintor, en el colegio Marco Fidel Suárez ubicado en la ciudad de Bogotá, el Bienestar Familiar explicó que por este tipo de casos se debe activar una ruta de atención desde plantel educativo en primera instancia y si es necesario, se debe contar con la intervención de la Secretaría de Educación, el ICBF y la Policía de Infancia y Adolescencia.
Según Diana Arboleda, directora Regional del ICBF en Bogotá, la institución académica no reportó la situación de adicción de los menores, sin embargo, el reporte de cuatro jóvenes que se encuentran en Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos y en el programa de Fortalecimiento Familiar y buen uso del tiempo libre no se vieron afectados.
Con el objetivo de verificar el cumplimiento de los derechos de los menores de edad que estuvieron involucrados en el hecho, el ICBF hizo presencia en el colegio así como en el hospital, para el acompañamiento a familias y menores por parte de Defensorías de Familia.