Durante las primeras décadas del siglo XX Latinoamérica sufre grandes transformaciones. las razones, el crecimiento demográfico de las ciudades, los cambios de paradigmas económicos y sociales que se sucedían en el mundo y por último el amplio desarrollo comunicacional en esta nueva sociedad de posguerras. Estas situaciones generaron la construcción de un nuevo sujeto social y afectaron los modos de producción, reproducción y consumo de la cultura en las comunidades latinoamericanas. En la primera mitad del siglo se incluye en los discursos políticos la idea de progreso asociada a la modernización de todas las estructuras del estado y del poder. El crecimiento urbano estuvo determinado por la migración del campo debido a las oportunidades que ofrecía la ciudad y las posibilidades de ascenso social. Cartagena no estuvo exenta de este proceso, pero era una ciudad olvidada y rezagada en el ámbito del Caribe, sin embargo, vivió su propia modernidad, a través de la política, la economía, la cultura, la urbanización y los medios; la ciudad transitaba de esta manera hacia las dinámicas que harán del mundo un espacio globalizado al finalizar el siglo.

Cartagena al finalizar la década de los 40s del siglo XX era una ciudad a tres tiempos:

• Era la heredera de un pasado colonial que se revitalizaba solo a través de leyendas inspiradas en la hidalguía española, pero con un enorme patrimonio en franco deterioro.
• Por esta causa ya desde finales del siglo anterior se había iniciado un proceso de modernización y expansión que traspasaba los viejos muros de la ciudad; el crecimiento auspiciado por familias y empresarios locales había desarrollado una nueva ciudad aburguesada en barrios como Manga o el Pie de la popa en contraste con nuevos barrios “de pobres” con Pekín, Pueblo Nuevo o Boquetillo en el entorno amurallado.
• A partir de los años 50 -ya rezagada económicamente por Barranquilla – Cartagena desarrolló nuevas dinámicas económicas basadas en la industria, el puerto y el turismo que le permitieron acceder al progreso y la modernidad. La ciudad cambió durante este proceso la fisonomía del habitar, se masificaron las formas de vida, pero hubo pocos cambios en las formas de mentalidad aun afincados en dinámicas patricias y burguesas heredadas del siglo anterior.

Dentro de las estrategias de progreso de la ciudad se ejecutan importantes obras como la construcción de escenarios deportivos, nuevas vías, la conexión con el resto del país a través de la carretera troncal de occidente y el desarrollo de nuevos barrios como Bocagrande o Castillogrande donde es notorio el impulso de la arquitectura moderna.

Pero es en la urbanización de la Matuna donde se ejemplifica mejor el pensamiento y la transformación de la ciudad. Este proyecto surge en el espacio del antiguo caño de San Anastasio y desde principios de Siglo XX ya Gastón Lelarge había vislumbrado las posibilidades de transformación.

Hoy en el sector de la Matuna es considerado un punto de desconexión entre dos partes de la antigua ciudad colonial, es un sector caótico de la ciudad, con diferentes actividades asociadas principalmente al comercio. También es un punto de referencia para la arquitectura moderna local, donde se encuentran importantes piezas de un patrimonio por valorar, conservar y apropiar.