La robótica y yo, proyecto de investigación pedagógica que forma valores éticos

Bogotá Humana, programa de gobierno de la Alcaldía de Bogotá, convencido de los beneficios asociados al desarrollo de actividades extraescolares, realizó una convocatoria para trabajar con colegios distritales de la localidad de Kennedy, con cuatro temas específicos. Uno es la actividad social, el segundo el medio ambiente, el tercero la orientación y educación sexual, y por último la tecnología. La Tadeo aplicó y ganó la convocatoria, con un proyecto que busca hacer una investigación pedagógica sobre tecnologías en robótica, pero también fortalecer la integridad, los valores y la autoestima en los niños.

El Centro de Robótica e Informática - CERI, bajo la Dirección del Ingeniero Edgar Ruiz, viene realizando el proyecto "La Robótica y Yo", con profesores del programa de Tecnología en Robótica y Automátización Industrial en el Laboratorio de Robótica de la Tadeo. Aplicaron al proyecto por su conocimiento y experiencia, contando con los estudiantes y profesores de la Tecnología en Robótica y Automátización Industrial y de Publicidad como auxiliares de Investigación y talleristas.  

A través de la convocatoria, ganó la propuesta presentada por la Tadeo, debido a su estructura de carácter innovador y propositivo. El propósito del proyecto se enfoca en formar mejores seres humanos, ciudadanos con valores éticos, respetuosos de lo público, que ejercen los derechos humanos, cumplen con sus deberes y conviven en paz. Incrementan su calidad de vida, fomenta la igualdad, justicia y oportunidades para todos, permitiendo la vivencia de los valores relacionados con la tolerancia, la participación y la cooperación.

Ana Luisa Rodríguez, filósofa de la Universidad Nacional, asesora de la Facultad de Ingeniería de la Tadeo en la parte de pedagogía, fue la encargada de diseñar la propuesta. Hace algunos años dictó una capacitación en pedagogía y tecnología para la Facultad de Ciencias Naturales e Ingeniería y otra para la Facultad de Ciencias Sociales, y como investigadora social pedagógica, fue convocada por el ingeniero Edgar Ruiz, Director del Programa de Ingeniería de Sistemas y de la Tecnología en Robótica y Automatización Industrial de la Tadeo, para hacer la presentación de la propuesta. 

“La población de estos colegios son población vulnerable y con criterio de exclusión, nuestra población son discapacitados visuales, población afro y los colegios que participan tienen alto déficit de situación en riesgo. Este es un proyecto de investigación que busca trabajar valores, como generar otro tipo de habilidades para ellos despertar el conocimiento y que puedan aprovechar su tiempo libre en actividades productivas y desarrollar habilidades para tener una perspectiva laboral a futuro”, dijo Ana.

El 13 de agosto del 2013 se presentó la propuesta de proyecto, la cual consta de 4 fases, la primera fase es la de muestreo que es la parte de investigación, durante la cual los talleristas recibieron capacitación en pedagogía y los auxiliares en procesos de investigación; la segunda fase es la de selección de los 8 colegios y los 80 estudiantes. La tercera es el desarrollo de los talleres pedagógicos y la última es la fase de evaluación y premiación.

Trabajan los sábados y domingos desde las 6:45 a.m. hasta las 7:00 p.m. “Los niños no quieren que terminen estos talleres, se sienten acompañados y reciben material de trabajo, los niños que se han despedido de estos talleres sufren por no regresar. Otro aspecto importante es que de cada niño hay una evaluación pedagógica. Nosotros orientamos este proyecto desde dos normatividades, una la ley de la niñez y el adolescente, y otra la ley de derecho de autor y propiedad intelectual. Entregamos un informe del desempeño de los niños, vemos los avances en cuanto a autoestima, autoimagen, auto reconocimiento”, puntualiza Ana.

Ana afirma que este trabajo no es una acción social; es un proyecto de investigación pedagógica, con todos los requisitos propios, con altas implicaciones pues los niños quieren una segunda fase del proyecto y van a trabajar en ello.

Hablamos con algunos participantes de este gran equipo:

Diego Leonardo Angarita – Co-investigador del proyecto. Estudiante del programa de tecnología en robótica y automatización industrial. “Aparte de apoyar a los talleristas y ayudar en investigación, también hago reporte de asistencia y análisis para cada colegio. Me siento muy contento y me gusta ver cómo los niños comprenden lo que les enseñamos”, apunta Diego Leonardo.  

Sergio Solano – Auxiliar de investigación del proyecto. Estudiante de quinto semestre de tecnología en robótica. En la primera fase fue a los colegios, y realizó encuestas y ayudó en la selección de los estudiantes. Ahora acompaña a los niños en su visita a la Tadeo y apoya a los talleristas. “Desde el inicio del proyecto se eligieron 8 colegios de 4 a 9 grado. El objetivo es fortalecer la integridad, los valores, la autoestima en los niños que hacen parte de población vulnerable. Es una experiencia enriquecedora, me apasiona la robótica y trabajar con estos niños esta temática y con la finalidad de aportar no solo conocimientos teóricos da mucha felicidad”.

Ana Lorena Lozano – Apoyo a los talleres que hacen los ingenieros. Estudiante de último semestre de tecnología en robótica y automatización industrial. “Ayudamos a los niños a solucionar ideas que ellos tienen y los guiamos para que utilicen los implementos que se trabajan en el taller. Vienen de colegios vulnerables, hay niños que llegan sin el desayuno, o están solos, por eso debemos estar preparados para saber cómo asumir estas situaciones. Los niños quieren conocer la tecnología y con ejemplos cotidianos ellos van relacionando, y trabajamos practica lúdica con lego, y ellos son muy agiles mentalmente y muy creativos. Es gratificante y nosotros aprendemos mucho de los niños, ellos nos enseñan con sus preguntas. Me gusta trabajar en equipo y aportar ideas para que la carrera crezca”, afirma Ana Lorena.

Edgar Andrés Parra – Tallerista e investigador en el proyecto. Ingeniero Electrónico de la Escuela Colombiana de Ingenieros Julio Garavito. Hace un año se desempeñó como coordinador del centro de robótica e informática, y como coordinador asistente en animatrónica en la Tadeo, por esas experiencias la universidad lo llamó para trabajar en el proyecto de investigación. “Ana Rodríguez nos guió, nos dictaron talleres y capacitaciones en pedagogía e investigación. Los talleres están orientados a mejorar las competencias ciudadanas y los valores en los niños. En lo personal ha sido una experiencia enriquecedora el trabajar con los niños y ver su capacidad de asombro y como ellos entienden su entorno. Con ellos uno tiene más cercanía y empatía, ellos son más abiertos y expresivos. El compartir con ellos es una gran experiencia, y lograr por medio de la robótica su atención y enseñarles el valor que tienen las competencias ciudadanas y los valores es maravilloso”, anota Edgar Andrés.

Carolina Castelblanco – Apoyo a los talleristas. Profesional de diseño gráfico de la Tadeo y estudiante de publicidad. “Conocí a un profesor que también trabajaba en maloka y él me contacto para que viniera a estar en el proyecto. Apoyamos a los niños en las actividades que se desarrollan con el tallerista. Aportar a un niño en forma positiva y aprender de ellos es muy gratificante”, dice Carolina.

Respecto al logo

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El logo identificador posee este trasfondo filosófico y de diseño que han sido recreados con los aportes de los miembros del grupo de investigación.

Las características diversas  -en edad, sexo y desarrollo cognitivo-  de la población escolar requirió de la conjugación creativa de una visión futurista y vanguardista de la tecnología con elementos y trazos minimalistas que favorezcan la aprehensión del objetivo de este proceso formativo específico.

Se tuvieron en cuenta los colores culturalmente asociados a la tecnología: el gris, resaltado en las letras principales de la frase (L, R, Y) busca estratégicamente que el identificador tenga una mayor recordación para los estudiantes, logrando que el logo no solo sea visto como la identidad de un evento pasajero, sino por el contrario, trascienda en su vida.

El color azul menta busca expresar la unión a través de las piezas que forman un todo, generando movimiento e inspiración  tecnológica. Además, la idea de una evocación tecnológica se destaca por medio de un logo símbolo en una figura circular, realizada por la unión de varios fragmentos de diferentes tamaños en forma sinérgica.

Estos conceptos se pueden asociar a los estudiantes beneficiados con el proyecto ya que se pretende una reacción formativa en los estudiantes con una repercusión en su vida escolar cotidiana.