Según varios estudios realizados por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), organización no gubernamental que defiende la libertad de prensa en varias regiones del país, cuatro de cada diez mujeres se sienten cohibidas por su condición de mujer en el periodismo. Pareciera que el gremio periodístico no estuviera hecho para sentirse cómodo con las mujeres.
Una de ellas es Tania Fernanda Cortés, una joven nacida el 19 de diciembre de 1996 en Guatavita, municipio del departamento de Cundinamarca, ubicado en la Provincia del Guavio, a 53 km de Bogotá.
Calle Arco del Triunfo, Guatavita.
En muchos escenarios describen a Tania como una mujer ‘terca’. Sus amigos y compañeros de trabajo saben que a ella cuando se le mete una idea en la cabeza no hay quién logre persuadirla. Hizo sus estudios de primaria en la escuela El Dorado, allí la recuerdan como una niña tranquila y dedicada, aplicada y ocupando siempre los primeros lugares en su salón.
Desde muy temprana edad, sus padres la formaron para que fuera una mujer de carácter y decidida, que hiciera defender sus ideas y que no claudicara tan fácilmente ante la adversidad. En su mente suele tener claro lo que quiere, muchos de los objetivos que ha cumplido en la vida se debe a esa obsesión por soñar en grande.
De origen humilde y trabajador, su padre, Miguel Alfonso Cortés, siente un profundo orgullo en el pecho cuando habla de Tania ante cualquier persona. Tienen una relación muy cercana, y suele definirla como una joven “disciplinada, amorosa y responsable”.
Plaza de la cultura, Guatavita.
“Mi sueño cuando era pequeña era ser veterinaria. En verdad amaba la idea de ayudar a los animalitos. La vida te va cambiando poco a poco, la madurez llega y tus prioridades son diferentes, así que decidí dejar eso a un lado y mirar desde otro punto de vista mi proyecto de vida”, recuerda ahora cuando el reporteo, la investigación y la producción periodística hacen parte de su cotidianidad.
Empezó a cumplir su sueño en Bogotá estudiando Producción de Medios Audiovisuales en un reconocido instituto. Allí se enamoró por completo del mundo audiovisual. Se acercó a las cámaras, editó vídeos y se enfrentó al reto de contar historias con imágenes y sonidos. No todo en aquella época fue color de rosa, por cuestiones financieras y familiares, tuvo que devolverse para Guatavita y dejar este nuevo proyecto congelado en el tiempo.
Sus amigos y compañeros que conviven con Tania en Guatavita, describen esos momentos de incertidumbre como el motor que le daría fuerza después para poder alcanzar sus metas. La adversidad la volvió más fuerte. “Ella es una mujer carismática, emprendedora y risueña, desde que la conozco me ha demostrado el carácter que tiene. Aunque es empírica, siento que lee y consulta cosas para poder hacerse a los conocimientos que necesita para desempeñarse muy bien en su trabajo. Por su condición humana, Tania le gusta ayudar a las personas. Es muy receptiva con los comentarios y hace todo lo posible para que otros también cumplan sus objetivos”, así la describe Miguel, uno de sus mejores amigos y una de las personas que más sabe sobre radio y periodismo en Guatavita.
Tania Fernanda Cortés, la locutora empírica.
Y para Tania ¿cómo se define la radio?
- Ser periodista o comunicadora es algo muy difícil, no es hablar por hablar, es poder mostrar una realidad escondida en este mundo, es poder entender y cambiar muchas cosas; la radio es un medio de compañía muy grande, que nos enseña a pensar de otra manera, que nos ayuda a entender la realidad desde otro punto de vista. Me siento una mujer privilegiada de poder hacer radio casi todos los días.
Ahora se queda callada por unos segundos. Parece como si los recuerdos y los deseos se mezclaran por un momento para articular mejor sus ideas.
Luego de algunos años de hacer radio, ¿sabías desde pequeña que lo tuyo era la locución, el trabajo con tu voz?
- Para ser sincera, no estaba entre mis planes hacer lo que ahora hago. Solo sucedió, pero le agradezco a Dios por la oportunidad de hacer algo que realmente me apasiona, aunque es verdad que me falta mucho por aprender.
Cabina de la emisora Guatavita Estéreo.
Hoy en día cualquier persona con un celular o un dispositivo electrónico puede hacer radio, puede contar cosas, puede, incluso, informar. ¿Cómo defines hacer radio?
- Hacer radio es ser libre. Es poder entretener e informar a tus oyentes de lo que sucede en tiempo real; quizás en otro campo de la comunicación puedes mejorar algunas cosas y editar otras, pero en la radio todo es en tiempo real, si te equivocas, entonces te puede costar muy caro. Creo que es algo de mucha responsabilidad y, sobre todo, de bastante entrega.
“Quizás fue algo del destino o parecido a ello. Ella es una mujer que llegará lejos. Todo lo que se proponga lo logrará, y siempre se lo he dicho, ella nació para grandes cosas”, dice Nohemí Parra, su madre, invadida de amor y afecto por lo que ve en su hija.
Tania, segundos después de entrar al aire.
Actualmente Tania trabaja en una emisora comunitaria de Guatavita. Un tipo de emisora que entiende el valor de la información para una comunidad y la necesidad de producir buenos contenidos, útiles para la población. Ya son un poco más de cuatro años desempeñándose en esa emisora comunitaria. Si bien no ha podido concluir sus estudios técnicos o profesionales, Tania es una de las mejores en su área. Cuando uno la ve detrás de la consola, el computador y los micrófonos, entiende que está ante alguien que sabe lo que hace. A pesar de su juventud, reconoce que ha llegado lejos por su propia cuenta y por sus capacidades.
“En Guatavita adoran a Tania, se ha sabido ganar el amor de sus oyentes y de todos los que compartimos con ella”, dice Jeremías Mora, uno de los amigos que la acompaña en este viaje sonoro.
Todas las mañanas Tania se levanta muy temprano para salir hacia su trabajo, la emisora queda adentro de la parroquia de este municipio, y desde que ingresa a la cabina y se pone sus audífonos, el lugar se convierte en un centro de inspiración y de libertad. Reconoce, eso sí, que no siempre es muy fácil. “Todavía recuerdo mi primer invitado al aire en la cabina de Guatavita Estéreo. Fue un cantante de música popular.
Llegó de imprevisto, no sabía qué hacer, qué preguntarle y cómo tratar el diálogo al aire. El tiempo se pasó muy rápido y fueron unas siete u ocho preguntas que logré lanzarle. Divagaba en lo mismo porque no sabía qué más hacer. Los nervios se apoderaron de mí, pero fue una linda experiencia”, cuenta ella alistándose para salir al aire. “Vamos en 5, 4, 3, 2,1”, dice alguien en ese momento. Hay un lapso pequeño de pausa y silencio. Tania toma aire. Con una voz segura y muy cálida para los oídos, les da la bienvenida a sus oyentes. Está ahora al comando de una nave repleta de sueños e información.
Miguel, compañero y amigo de Tania.
En su mente está la idea de poder terminar algún día su carrera. Sabe que ese título puede abrirle algunas puertas más. “Yo no elegí trabajar en la radio. Creo que la radio me eligió a mí”, concluye ahora con mucha seguridad.
Actualmente espera terminar y homologar un curso de inglés que está realizando por Internet. En su tiempo libre no duda en ayudar a sus padres en los diferentes oficios que puede. Quiere, en un plazo no mayor a un año, retomar sus estudios universitarios. Ahora que vive de la locución, desea perfeccionar más todas las técnicas posibles. Su comunidad y su emisora la necesitan. No son tiempos fáciles, se requiere de tenacidad y de empeño para aportar su granito de arena para que Guatavita sea un mejor municipio.
“Nunca dejes de luchar, siempre piensa en grande, siempre habla en grande. Lo que yo le digo a mi hija a diario es eso. Ella puede lograr todo lo que quiera y se proponga, eso sí, con esfuerzo y dedicación”, remata Miguel Cortés mientras mira cariñosamente a su hija, la locutora Tania.