Durante todo 2020 se habló sobre las escuelas que estarían sin agua en Antioquia. Finalmente, la cifra se decantó a 538 sedes que no cuentan con el servicio en los municipios no certificados del departamento. Además, Medellín también reportó una escuela sin agua. Esta realidad pasó desapercibida por años, pero ahora es relevante para el regreso a clases en medio de la pandemia por la covid-19.
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El profesor Víctor Villegas lleva 23 años dando clases en la Institución Educativa Monseñor Escobar Vélez del corregimiento de Damaquiel, en zona rural de San Juan de Urabá. Allí no hay acueducto y para lavar la ropa, cocinar y bañarse, toca sacar el agua de unos pozos.
Ninguna de las cinco sedes de la Institución cuenta con el servicio de agua, una problemática de vieja data que para el docente apenas se ha hecho evidente con la pandemia. “Desde la administración municipal siempre decían que estaban esperando recursos. Primero que estaban en Ley 550 y luego, cuando tenían los recursos, no los invertían”, explica.
Sin agua se encuentran al menos 539 sedes educativas de Antioquia. 538 corresponden a 59 municipios no certificados en educación que dependen de la Secretaría de Educación departamental. La restante se ubica en el corregimiento de Palmitas en Medellín. Esto corresponde al 11,1% de las escuelas del departamento.
Las cifras son preocupantes en municipios como Necoclí, Arboletes y Frontino, donde hay 96, 46 y 36 escuelas sin agua respectivamente. En términos porcentuales, se destaca la situación de Murindó y San Juan de Urabá, donde el 81% y 69% de las sedes educativas no tienen agua.
Las otras 292 tienen un sistema de abastecimiento por gravedad o motobomba, cuyos mecanismos de recolección son obsoletos o están en mal estado, al igual que el almacenamiento y los sistemas de distribución, si es que cuentan con ellos. Los sistemas de potabilización están disponibles en algunos casos y el deterioro de los equipos hace que el agua no pueda considerarse potable.
La Institución Educativa Rural (I.E.R.) Mulaticos Piedrecitas, en la zona rural de Necoclí, es la que más sedes tiene sin agua en todo Antioquia: 29 de 30, según reporta la base de datos del departamento. Su rector, Reinel Vélez, describe así la situación: “Algunas de esas sedes tienen fuentes hídricas naturales o en esas comunidades se acostumbran a hacer presas que se llenan con aguas lluvias y ahí empiezan a buscar la manera de llevarla a la escuela”.
De hecho, hay sedes como la Escuela Rural La Pitica, también en Necoclí, donde a lomo de mulas transportan el agua en bidones y baldes desde la fuente de abastecimiento hasta los tanques de almacenamiento de la escuela.
El Centro Educativo Rural 19 de Enero, en Carepa, los estudiantes y docentes caminan hasta el río León, a 80 metros de distancia, para recoger agua en canecas, rutina que se repite en decenas de escuelas en todo el departamento.
Toma de muestras de agua en Necoclí. Foto: Fundación EPM
De 538 sedes diagnosticadas en los últimos meses por la Fundación EPM, que corresponden a municipios no certificados, 69 reportaron usar hipoclorito y 35 emplearon cloro para la potabilización. 84 hierven el agua para mejorar su calidad, incluso algunas combinan ambos métodos.
Nazaria Asprilla Calvo, profesora de la I.E. de Vigía del Fuerte, en la cabecera urbana de ese municipio, cuenta que cuando no había agua, “el rector la hacía bombear del río y la tratábamos con hipoclorito, nosotros mismos lo hacíamos. Algo empírico”.
Los informes del diagnóstico señalaron que el agua de 121 sedes no cumplía con los criterios de calidad relativos a presencia de mercurio en el agua (ver el informe aquí), reglamentados por la Resolución 2115 de 2007 de los Ministerios de Salud y Ambiente.
El informe de la escuela Tomás Carrasquilla en Sonsón reporta que: “Algunos estudiantes manifiestan que han presentado molestias en su salud, como diarrea y dolor de estómago al consumir el agua sin tratar”.
Algo similar relata el documento sobre La Ciénaga, en Zaragoza: “Los niños presentan síntomas de fiebre, vómito, diarrea entre otros, por tomar el agua de charcas estancadas”. Otras tres escuelas informan brotes en la piel de los niños por el consumo de agua.
Las subregiones más afectadas por problemas con el agua en las escuelas son el Urabá antioqueño y el Bajo Cauca con el 54% y 26% de sedes sin agua sobre el total. Mientras que en el Valle de Aburrá la situación es otra y solo el 0.5% de las instalaciones no tienen agua, según los registros oficiales.
No se tiene en cuenta la información de los municipios de Apartadó, Bello y Turbo porque sus alcaldías no respondieron los requerimientos de Contexto. Crédito:
Albeiro Victoria Cuesta, director de la Asociación de Institutores de Antioquia - Adida-, señala sobre la situación en Urabá que: “La ubicación geográfica y la forma del terreno de las sedes no están en las cercanías de las fuentes de agua. Y el tema de agua potable en la subregión es deficiente”.
El directivo explica que este es un tema de “toda la vida” en el departamento. “Desde el 2001, cuando arrancó la Ley 715 con los procesos de certificación en educación, se asume como problema la brecha en la infraestructura educativa. En las cabeceras municipales se hicieron las adecuaciones, pero la ruralidad quedó en la misma situación”, detalla.
Y es que, si se miran las cifras con detenimiento, se puede ver que, mientras el 99% de las escuelas en la zona urbana tienen servicio de agua, en la ruralidad este valor baja al 87%; una significativa brecha entre el campo y la ciudad.
Para ilustrar la situación, la mediana de la distancia y el tiempo que toma viajar desde las cabeceras municipales hasta las sedes es de 30 km y una hora y media, respectivamente. En 17 casos hay un trayecto superior a un día y 6 quedan a más de 200 km de distancia.
En parte, las cifras se explican por el estado de la vía: 292 están malas, 175 en regulares condiciones y solo 69 reportan estar buenas. Dos no tienen información.
Frente a un posible subregistro en las escuelas sin agua, Tatiana Mora, subsecretaria de Planeación de la Secretaría de Educación departamental aclara que la información de las bases de datos y de los informes realizados por la Fundación EPM se conformó con respuestas que dieron los rectores y docentes de las escuelas a través de una encuesta el año anterior.
“Igual estamos abiertos a que en algún momento nos llegue una sede que diga que tampoco tiene y hay que evaluar en ese momento cómo hacer la visita. Pero desde ese momento en que comenzaron las visitas, no ha habido ninguna otra sede que diga que no tiene agua”, dijo la funcionaria.
Pero el agua no es el único problema que afrontan la mayoría de estas escuelas. Como alertó en días pasados Fecode, la infraestructura educativa en las zonas rurales de Colombia está en pésimas condiciones y muestra de ello son los resultados del diagnóstico de la Fundación EPM en Antioquia.
En la sede Villegas de la I.E. Monseñor Escobar Vélez, por ejemplo, solo hay 4 baterías sanitarias disponibles, pero por los problemas de agua se tenían que cerrar y los niños debían volver hasta sus casas para ir al baño.