“Intento contribuir como ciudadana a cuidar la Tierra a través de una suma de pequeñas acciones que ayuden a reducir mi huella ecológica: vivir cerca del trabajo, desplazarme a pie, bicicleta o transporte público o tomar duchas cortas, lo más difícil”.

La importancia de cuidar la Tierra y todos los seres vivos y no vivos que habitan en ella nace de la conciencia de formar parte de una comunidad en la que son las conexiones entre los diversos seres humanos y no-humanos las que sostienen la trama de la vida. “Hay un texto hermoso de Robin Wall Kimmerer, titulado Brading Sweetgrass. Indigenous Wisdom, Scientific Knowledge, and the Teaching of Plants, que me ha enseñado a adquirir consciencia de ese tejido de relaciones”, señala Gloria Patricia Lopera Mesa, docente de la Facultad de Ciencias Sociales. 

Gloria intenta contribuir como ciudadana a cuidar la Tierra a través de una suma de pequeñas acciones que ayudan a reducir su huella ecológica: vive cerca del trabajo, se desplaza a pie, bicicleta o transporte público e intenta tomar duchas cortas, lo más difícil.

Aunque no imparte asignaturas directamente relacionadas con lo que se denomina como el cuidado del medio ambiente, en cada una de las tres asignaturas que imparte intenta abrir un espacio de reflexión sobre el cuidado de la Tierra.

Así, en el curso de Constitucional General sus alumnos ven como uno de los desafíos del constitucionalismo contemporáneo es encontrar formas adecuadas de entender, nombrar y regular la relación entre humanos y no-humanos y cómo el debate entre estas diversas concepciones se manifiesta, por ejemplo, en la discusión sobre los derechos de la naturaleza o en la reciente decisión de la Corte Constitucional sobre la pesca artesanal.

En el de Constitucional Colombiano estudian algunos mecanismos de participación a través de los cuales las poblaciones locales tratan de participar en las decisiones relativas a proyectos extractivos en sus territorios. Finalmente, en el de Filosofía del Derecho examinan críticamente instituciones jurídicas a través de las cuales la humanidad ha normalizado formas de relación con los seres no-humanos como "recursos" u "objetos" a ser apropiados, explotados y convertidos en mercancía; también se examinan nuevas nociones de justicia, como la justicia ambiental.

Inspirar a los estudiantes es su máxima, sabe que a través de sus clases y conversaciones puede incidir en sus vidas por eso, los acompaña en ese camino en el que cada uno pueda escuchar su voz interior, se sintonicen con el espíritu que sostiene la trama de sus vidas “como lo señala Max Weber al final de su conferencia 'La ciencia como vocación' y, de esta manera, descubran cuál es su vocación (o sus vocaciones) y tengan la claridad y el valor de orientar sus vidas conforme a ellas)”.

Una maestra puede inspirar a sus estudiantes a encontrar su camino a través de su propio ejemplo, principalmente, aunque también a través de las clases, experiencias y lecturas compartidas. En su caso, no se considera maestra, aunque le gustaría llegar a serlo. Se denomina profesora. Comparte con sus estudiantes lo que ha ido aprendiendo a lo largo de su carrera académica, su ejercicio profesional y su vivencia de un país como Colombia y busca seguir aprendiendo de cada uno de sus alumnos.

“La importancia de la docencia radica en que el encuentro entre personas dispuestas a enseñar y aprender en un aula de clase (presencial o virtual) es una de las formas en que las sociedades construyen, discuten y transmiten de generación en generación los saberes que hacen posible sostener la vida, en todas sus formas. Ser docente me da el privilegio de formar parte de esa conversación”, concluye.