En El arte de la guerra, el estratega militar chino Sun Tzu escribió: “Si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, tu victoria no se pondrá en duda”.
Considérense o no los negocios como un tipo de batalla, su punto es que conocer las fortalezas y debilidades propias le ayudarán a decidir cuándo, cómo y dónde actuar. Esto le ayudará a reconocer a sus clientes, su competencia y las condiciones a las que usted es más capaz de adaptarse –o no–. Aun ‘conocernos’, en el sentido de hacer juicios críticos y objetivos acerca de nuestras deficiencias y cualidades especiales, es muy difícil. Es mucho más fácil juzgar a otras empresas que a la nuestra, por eso es útil contar con los puntos de vista de terceras personas si queremos tener un cuadro claro de nosotros mismos.
Conocerse a usted mismo aplica no sólo a su creatividad personal, habilidades y aptitudes. Necesitamos conocer las fortalezas y debilidades de nuestras empresas u organizaciones, teniendo en cuenta a todas las personas involucradas en el equipo base, la ‘familia’ más amplia de los grupos de interés, incluyendo socios y asesores. También necesitamos evaluar los activos, la reputación, el conocimiento del mercado y el capital intelectual.