"Hace 5,3 millones de años, amplias zonas del océano Atlántico Norte eran piscinas de agua salada, áreas donde la vida no podía crecer. La falta de oxígeno y nutrientes impedía que pudiese allí desarrollarse algo que siquiera fuese cercano a un pez. Un estudio publicado recientemente en Nature Communications ha mostrado que el calentamiento global nos dirige de nuevo hacia ese panorama" señala el artículo del diario El Tiempo en el que la profesora Diana Díaz, del Área Académica de Ciencias Básicas y Modelado de Utadeo, fue invitada a comentar sobre lo que afirma la publicación de Nature Communications.
La profesora Díaz señala, sobre la posibilidad de que varias zonas del mundo, pero sobre todo del Atlántico Norte, se conviertan en ‘zonas muertas’ debido al aumento de la temperatura en el planeta, que "La importancia de identificar estas zonas muertas en el Plioceno radica en que eso nos da una predicción de qué va a pasar si continuamos con el calentamiento como vamos".
Enfatizó en su análisis que “A aguas más cálidas, habrá menor cantidad de oxígeno disponible y a menor cantidad de oxígeno eso se traducirá en menor disponibilidad de hábitats adecuados para diferentes especies marinas, bien sea para consumo o para que haya un ecosistema saludable. ¿Y nosotros cómo nos vamos a ver afectados? Pues a menor cantidad de especies habrá menor cantidad de alimento disponible, hablando específicamente del océano”.