El mal momento del presidente Petro abre una luz para que la propuesta de destruir el sistema de salud no se apruebe de pupitrazo. Otorgar prioridad al acceso a la salud en zonas apartadas, incrementar el número de especialistas y priorizar la prevención no requiere destruir lo actual.
Entre 2021 y 2022 el índice de pobreza multidimensional se redujo del 16 al 12,9 %, y los factores que más peso tuvieron en ese resultado fueron la reducción de la inasistencia escolar del 5,9 al 2,3 % y la carencia de aseguramiento en salud, que disminuyó del 10,1 al 8,4 %. Las mayores carencias son educación, 36,6 %, y trabajo, 28,4 %.
Puede pensarse que la insistencia del presidente en poner en riesgo la salud de 50 millones de colombianos tenga un objetivo diferente al derecho a la salud. En la consolidación de su proyecto en la propuesta se otorga a las administraciones locales la orientación de los pagos que les da un gran poder sobre los $90 billones que maneja el sector; estos recursos son 39 veces mayores que los Programas de Alimentación Escolar (PAE).