En el contexto de la creciente preocupación por la sostenibilidad en la industria agrícola, los bioinsumos se han convertido en una alternativa prometedora. Estos productos, derivados de organismos vivos o sus procesos metabólicos, ofrecen numerosas ventajas en comparación con los agroquímicos tradicionales, incluyendo:
- Reducción del impacto ambiental: los bioinsumos son biodegradables y no contaminan el suelo ni el agua.
- Mayor seguridad para la salud humana: a diferencia de los agroquímicos, los bioinsumos no son tóxicos para los humanos ni para los animales.
- Mejora de la salud del suelo: los bioinsumos estimulan la actividad microbiana del suelo, lo que mejora su estructura y fertilidad.
- Aumento de la productividad de los cultivos: los bioinsumos pueden ayudar a las plantas a absorber mejor los nutrientes y a resistir enfermedades y plagas.
Colombia no es ajena a esta tendencia. En los últimos años, se ha observado un crecimiento significativo en la producción y uso de bioinsumos en el país. De hecho, según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), la producción de bioinsumos alcanzó las 2.600 toneladas en 2022, lo que representa un incremento del 466% en la última década.
La Universidad Jorge Tadeo Lozano juega un papel fundamental en este desarrollo. A través de su Centro de Bio-Sistemas, la Universidad lidera investigaciones para el desarrollo de nuevos bioinsumos, así como la formación de profesionales en el área.
Luis Alejandro Arias, director del Centro de Bio-Sistemas, afirma que "los bioinsumos hacen parte del futuro del manejo fitosanitario y eso lo están entendiendo los productores y las casas comerciales de los productos de síntesis química".
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