Arnaldo Pájaro se describe como un apasionado por los rostros. Esos, de diferentes formas y matices, que plasma con el lápiz sobre el lienzo de papel blanco, dedicación que lo ha llevado a convertirse, durante tres décadas, en el dibujante de las reinas en Colombia.
A propósito de la próxima velada de coronación del Concurso Nacional de Belleza, El Universal habló con este tadeísta, quien alterna su pasión por el retrato con su profesión como arquitecto.
Este potencial artístico lo tiene desde niño, cuando con tan solo trece años obtuvo una beca para estudiar en Bellas Artes, razón por la que, antes de finalizar su bachillerato, ya era Maestro en Dibujo y Pintura.
“Antes mis trazos eran toscos, burdos, sentía que los rostros de las mujeres me quedaban como de hombre, eso lógicamente me llevó a que estudiara más y a entender bien cuáles son las características de las facciones femeninas y con ese cuadro de Linda dije: ¡Epa!, ya sé hacer rostros de mujeres, ya no me salen toscos (...) Esas cosas no me las enseñaron en la escuela, las aprendí yo aparte, investigando, neceando. Y todavía sigo aprendiendo”, indica el tadeísta sobre sus inicios en el dibujo de rostros.
Pero fue en 1984, según recuerda Arnaldo, cuando se interesó por las facciones de las reinas de belleza, pues entendió que con este tipo de arte podía hacerle un homenaje a la mujer colombiana, a tal punto que pidió una cita con 'doña Tera', quien en ese entonces dirigía el certamen, quien de inmediato aceptó el ofrecimiento del tadeísta. Así, su primer retrato a una reina fue a Susana Caldas, pieza a la que le entregó personalmente y que fue alabada por la prensa. Tiempo después, Arnaldo fue profesor de arquitectura de Susana en nuestra Universidad.
