Un sentido de confusión y desesperanza de la ciudadanía, especialmente por parte de los habitantes de los urbes, acerca del fin del conflicto con las Farc, así como la poca simpatía de los colombianos hacia el Gobierno que negoció el cese de las hostilidades alejado del país, es uno de los escenarios que plantea el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su más reciente columna de opinión en El Espectador, titulada “Opciones políticas y corrupción”.
Al respecto, Kalmanovitz recuerda que el plebiscito logró reunir a algunas vertientes del Partido Conservador, lideradas por Álvaro Uribe, así como grupos religiosos que se declararon en rebeldía a las decisiones de las cortes sobre igualdad de los ciudadanos, especialmente en temas como el aborto en casos puntuales y la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo: “Fue muy efectiva la mentira tantas veces repetida de que en La Habana se había negociado la ideología de género para que estos grupos religiosos se volcaran a las urnas a negar los acuerdos y salvarnos del castrochavismo, mientras que las clases medias de inclinación más liberal optaron por la abstención".
Adicionalmente, escándalos como el de Reficar y Odebrecht, enmarcado en un sistema clientelista que promueve la apropiación y desviación de recursos públicos, han generado una fuerte reacción del ciudadano contra la corrupción: “Es que pagar impuestos para que se los roben, dilapidar la renta petrolera que no les llega sino a unos pocos o repartir los bienes incautados al crimen organizado entre los políticos del Partido Conservador despiertan una fuerte resistencia entre las clases medias”, enfatiza el profesor emérito.
A ello se suma, sostiene Kalmanovitz, que la reelección ha contribuido a menor injerencia de la competencia política y la opinión, al tiempo que los medios de comunicación ya no ejercen su función de investigar, como en otras épocas, y los entes de control y quienes imparten justicia también se han politizado, tolerando la corrupción y los crímenes perpetrados por los funcionarios del Estado.