Estudiante tadeísta reconstruye tragedia de Colegio Agustiniano

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Estudiante tadeísta reconstruye tragedia de Colegio Agustiniano
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Lunes, Enero 23, 2017
Estudiantes
La estudiante de Comunicación Social - Periodismo, Luisa Jaramillo, público en El Espectador una crónica, cuyo protagonista es John Jairo Rueda, uno de los sobrevivientes y diseñador industrial tadeísta.
Fotografía: El Espectador

La estudiante del programa de Comunicación Social - Periodismo de Utadeo, Luisa Jaramillo, publicó el pasado 23 de enero en El Espectador una crónica acerca de la tragedia del Colegio Agustiniano, ocurrida el 28 de abril de 2004, desde la perspectiva de John Jairo Rueda, uno de los sobrevivientes, quien además es diseñador industrial tadeísta.   

John Jairo tenía 16 años y cursaba noveno de bachillerato cuando ocurrió el siniestro. Lo que se pensaba iba a ser un día normal terminó en un trágico desenlace, luego que él y su hermano Jorge Eduardo Rueda se subieran a la ruta número 12, ya que a este último le habían cancelado un partido de futbol por motivo de lluvias.

El bus que los transportaba con destino a centro Suba llevaba su ritmo normal, hasta el cruce de la calle 138, el cual en el carril contrario tenía una elevación de 10 metros, altamente peligrosa para los vehículos, entre ellos una máquina recicladora de asfalto, cuyo conductor perdió el control de la maquina, cayendo sobre el vehículo que transportaba a los niños: “Tú no sientes nada ―dice John―, o por lo menos yo. En ese momento oí gritar a alguien y ahí fue cuando cayó la máquina y luego me despierto medio dormido debajo del bus. Recuerdo que estaban levantando la máquina. Como que me logran sacar y se rompe la pluma y esta vuelve a caer sobre el bus. Ya habían sacado a varios, pero yo fui de los últimos”. 

El resultado no podía ser más catastrófico. 21 niños habían muerto y 24 sufrieron heridas de consideración. Ahora, lo que vendría para John sería un crudo despertar: “El pequeño hermano de sangre, Jorge Eduardo, falleció junto a Sami, Juan Manuel y los hermanos Marroquín. En un milagroso y minúsculo espacio, sobrevivió John Jairo. Un actual compañero de trabajo de John supone: “Debió ser que la máquina tenía ahí un hueco o algo, es muy raro”.  Es raro, conmovedor y esperanzador, que pese a las múltiples muertes a su alrededor, John haya quedado vivo para contar la historia, su historia”.

Conozca la historia de su recuperación, ingreso a la Universidad y logros profesionales, en el siguiente enlace.

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