El pasado viernes 21 de abril se llevó a cabo el primer Green Lunch, un espacio auspiciado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y acompañado por la Academia Colombiana de Derecho Internacional (ACCOLDI), que contó con la dirección del Profesor Titular de Derecho Internacional Ambiental, Fabián Augusto Cárdenas Castañeda. El evento se realizará periódicamente y tiene como objetivo posicionarse como un espacio de dialogo amplio e interdisciplinar en torno a los temas ambientales globales más relevantes, con el fin de que sus participantes encuentren en el intercambio de sus experiencias elementos para retroalimentar su propia labor y así avanzar en un propósito común, como lo es la protección ambiental.
En su primera edición, a un año del comienzo de la firma por las partes y a propósito del Día de la Tierra, fue discutido el Acuerdo de París sobre Cambio Climático. Contó la asistencia de representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores, del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo, del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), del Instituto Distrital de Gestión del Riesgo y Cambio Climático (Idiger), del Instituto Alexander von Humboldt, del Instituto Amazónico del Investigaciones Científicas Sinchi, de la Red Colombiana de Restauración Ecológica (Redcre), de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, de la Universidad Nacional de Colombia, de la Pontificia Universidad Javeriana, de la Universidad Antonio Nariño, de la Universidad Sergio Arboleda y de las firmas de abogados Moncada Abogados y Macías Gómez & Asociados.
La instalación del evento y el planteamiento inicial estuvo a cargo de su director, quien, en un primer momento, celebró contar con un espacio de encuentro entre personas expertas dedicadas a la conservación ambiental desde distintos campos y posiciones, recalcando la importancia de contar con el sector público y privado. Luego, invitó a establecer una red de contactos entre los invitados con la intención de reafirmar los lazos y permitir un flujo más eficiente de información que contribuyese al mejoramiento de la labor personal. Más tarde, en un segundo momento, contextualizó el escenario en el que surgió el Acuerdo y el porqué de su importancia, y, reseñó brevemente algunas de las posiciones que se han venido popularizando en espacios académicos del Derecho Internacional y sus subespecialidades sobre la naturaleza jurídica del Acuerdo.
Así fue como explicó el estado actual del proceso de firma y ratificación, resaltando que en Estados Unidos y China ya fue aprobado, un hecho sin precedentes por tratarse de los de las potencias más reservadas en temas de protección ambiental, y, subrayando algunos países que no han mostrado señales de adherirse a los compromisos consagrados en el Acuerdo como Arabia Saudita, Irak, Irán, Nigeria, entre otros. Por otra parte, presentó el intenso debate académico que se ha venido dando sobre si el Acuerdo tiene las características propias de lo que en derecho internacional se entiende como hard law, o si por el contrario, obedece más una expresión de soft law; entendiéndose lo primero como vinculante por la manera explícita en la que son prescritas obligaciones, órganos de supervisión y sanciones ante eventuales incumplimientos, y, lo segundo como una declaración con una redacción dubitativa que se entiende más como una recomendación o compromiso laxo que como una obligación tajante.
La Coordinadora de Asuntos Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores, María Laura Rojas, contó su experiencia como representante de Colombia en la XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP 21) y relató la inmensa complejidad que caracteriza los espacios de negociación internacional sobre temas ambientales, así como algunos de los procedimientos por los cuales tiene que transitar el Acuerdo para ser ratificado en instancias nacionales. Posteriormente, se centró en el momento en el que se encuentra el proceso en nuestro país. Después, precisó sus características jurídicas y enunció algunos de los principales retos que asumirán las partes para cumplir con sus objetivos haciendo énfasis en el enfoque diferenciado para países desarrollados y en desarrollo, en los órganos de supervisión y la presentación de los informes de avance y resultado.
A continuación, Edersson Cabrera, Coordinador del Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques y Carbono del Ideam, explicó el rol que ha desempeñado el Instituto como asesor de las delegaciones negociadoras nacionales ante las COP y señaló lo que implica la noción del cumplimiento por parte de los Estados en el marco de lo pactado en el Acuerdo, centrándose en los esfuerzos que el IDEAM y la institucionalidad ambiental colombiana han emprendido con tal propósito y la importancia de contar con los recursos necesarios para continuar con su labor.
Seguidamente, Luz Marina Mantilla, directora general del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi, recordó la labor del Instituto y exaltó la importancia del logro conseguido por Colombia en la firma de acuerdos que comprometen a la protección de la Amazonía en términos de no deforestación y conservación con los otros siete países que tienen soberanía sobre dicho territorio, del mismo modo que recalcó lo fundamental que es estrechar los lazos entre la institucionalidad y la población de los territorios comprometidos para que los esfuerzos tengan los resultados esperados.
Luego, Luis Fernando Macías, socio fundador de la firma de abogados Macías Gómez & Asociados, analizó algunas de las dificultades que presenta el Sistema Nacional Ambiental colombiano y afirmó que se deben en gran medida a la visión fragmentada que se empeña en mantener la institucionalidad encargada, de la misma manera que identificó como unas de las causas la falta de coordinación interna y la incompatibilidad de las agendas económicas internacionales expresadas en las políticas de crecimiento sostenible y las políticas de conservación ambiental.
Por su parte, José Antonio Rengifo, profesor de la Universidad Nacional de Colombia, resaltó la importancia de democratizar los espacios de discusión y toma de decisiones en temas ambientales asegurando que han sido cooptados por prácticas dañinas como el excesivo formalismo y el despotismo, para luego resaltar lo imperativo que resulta para todos los Estados reclamar su parte de la soberanía sobre los bienes comunes de la humanidad y así no dejar su protección y conservación en las manos de unos pocos.
Posteriormente, Gustavo Carrión, Director de Planeación y Sistemas de Información Ambiental del Idiger, explicó como los objetivos de mitigación y adaptación presentes en el Acuerdo tienen que ver con la coyuntura nacional de construcción de paz, en la medida en que es necesaria una transformación de la institucionalidad ambiental a través de la construcción de canales de comunicación y espacios que permitan tomar en cuenta la perspectiva de la dimensión local, es decir, contribuir al mejoramiento del enfoque territorial, y así, extender metodologías de planeación territorial y gestión de riesgo en los lugares donde más se necesita.
Finalmente, lejos de haber agotado el tema o de haber cerrado la discusión, los asistentes convinieron en que el espacio fue fructífero en la medida en la que el evento permitió el encuentro y el intercambio de personas, experiencias y conocimientos que en el día a día parecen fragmentados y que son complementarios. De ese modo, dieron su enhorabuena a los organizadores y abogaron por la pronta repetición del evento.