Redacción: Gustavo Fajardo Ortiz
Pieza Gráfica: Julian Torres
La inmersión de nuestros sentidos
Cada vez que se nos presente la oportunidad para apreciar un film, nuestra mente fijara la atención a todo lo llamativo, novedoso y entendible. Los mundos plasmados en la pantalla grande y expuestos a nuestra concepción son muchos; y cada uno está compuesto por la confluencia de diversos e importantes departamentos del cine: edición, producción, fotografía, dirección y arte. Todos estos departamentos están encaminados por las directrices de un director. Sin embargo, cada departamento ejerce un labor propio con fin de generar una contribución significativa en la intención comunicativa de la película.
En mi opinión, el film pertinente para ser modelo representativo de una historia en la que tres departamentos ha generado su debida aportación es “El Perfume” de Tom Tykwer.
Para exponer esta aseveración, hablaré sobre el protagonista del film: Jean Baptiste Grenouille. Nació con la capacidad de conservar e identificar miles de aromas mediante su sentido del olfato. Este joven prodigio es capaz de identificar un olor desde kilómetros y seguirlo a pesar de otros miles de aromas que se le puedan cruzar en su camino. Desde cualquier punto de vista, es único. Y, ¿porque no?, hasta llega a ser un personaje por el que sentiríamos empatía a pesar de convertirse en un asesino serial.
Este don otorgado al protagonista, excepcionalmente, personificado por Ben Whishaw, fue muy importante a la hora de mi reflexión sobre esta película porque el sentido del olfato de Jean Baptiste Grenouille es el detonante que lo motiva a convertirse en un criminal, conduciéndolo a despertar el caos y miedo en toda una ciudad francesa, Grasse. Por lo tanto, este don debió ser importante exponerlo de una manera entendible al espectador durante el transcurso de la película.
Gracias a la ayuda de las herramientas de cada departamento, logramos a ver y, especialmente, sentir este don del protagonista. La estrategia consiste también en la inmersión de los sentidos del espectador al film mediante el aporte de cada departamento.
Dirección
El uso de una planimetría, destinada para simular el movimiento del sentido olfativo del protagonista, es un gran aporte desde el departamento de dirección. Los “travellings” son de utilidad para este fin. Por ejemplo, en una escena en especial, es posible observarlo cuando Jean Baptiste está en el orfanato, huele las cosas del piso. Con el movimiento “travelling”, se acerca a nuevos aromas: la hierba, el agua, las rocas, las ranas, etc..
Otras escenas similares son: cuando Jean Baptiste percibe el aroma sublime de una hermosa mujer usando el “travelling”; en el momento en que el protagonista comienza a perseguir a su presa cuando esta escapa por la orden se su padre, usando nuevamente el “travelling”; cuando recién nacido, el protagonista huele todo lo que se encuentra a su alrededor, mostrando primeros planos; o cuando, visita a la ciudad por primera vez y puede olfatear todo a su alrededor, utilizando nuevamente los primeros planos y el “travelling”.
Sonido
La simulación del latido del corazón, los folleys de la utilería y los sountracks que detallan experiencias divinas o gloriosas del personaje son instrumentos del departamento de sonido pertinentes para la inmersión de los sentidos del espectador.
Cuando Jean Baptiste Grenouille percibe el aroma de cada joven, se escucha un “leitmotiv”. Para este fanático y adicto a los aromas, la aparición de un aroma sublime penetra en su mente una canción divina que en pantalla esta expuesta junto el acompañamiento de una buena edición de planos.
Arte
“El Perfume” es una película que se remonta en una Francia del siglo XVII donde, según cómo lo explica la Voice en Off del film, reinaba un hedor insoportable. Las personas de nuestros tiempos no podrían imaginarse su convivencia en medio de lo que se consideraría un entorno literalmente putrefacto.
En mi opinión, la inmersión de los sentidos fue una estrategia elegida por Tom Tykwer. Su método es el uso de los departamentos potenciales para emanar los sentidos del espectador.
