Redacción: David Gomez Goyeneche
After Hours: Un relato de horror moderno.
The Weeknd es un nombre que ya hace un par de años ha estado sonando en diferentes playlists y radios de todo el mundo. El artista canadiense llegó a la fama mundial con temas como “Earned It” y “I Can't Feel My Face”, y desde entonces ha tenido múltiples cambios que lo han llevado a explorar el rap, trap, R&B, pop e incluso coquetearle a la electrónica y al frenchcore.
Sus letras tocan temas como experiencias con las drogas, las fiestas, relaciones románticas o el sexo, y en su última producción, After Hours, estos tópicos no fueron la excepción. Con influencias en el trap, el synth pop y el R&B, The Weeknd otra vez deslumbra con un álbum de éxito en la musicalidad, pero eso no es lo que nos reúne aquí.
El 3 de diciembre de 2019, The Weeknd comenzó a publicar una serie de vídeos musicales en Youtube pertenecientes a canciones de su último disco. Sin embargo, a medida que avanzaban las publicaciones, se iba desarrollando una historia alterna al trabajo musical, donde vemos un The Weeknd con estilo setentero entre Las Vegas y Los Ángeles alucinando por sustancias desconocidas.
Desde el minuto uno de “Heartless” la estética de casino y el color rojo con negro del vestuario de The Weeknd referencian a Casino de Martin Scorcese, en un viaje que comienza con el artista canadiense lamiendo un sapo, queriendo metaforizar de alguna manera que el protagonista de esta historia está tocando fondo. De ahí en adelante podemos apreciar que el propósito de estas producciones es contar una historia específica, donde de alguna manera es el público el que debe organizar su orden.
En “Blinding Lights” vemos al protagonista en un claro estado de alucinación, a toda velocidad por la autopista Las Vegas - Los Ángeles y con el rostro visiblemente golpeado por una pelea. Sin embargo, el carácter eufórico de la canción en cuestión le da un tinte caótico al audiovisual, que se mantiene hasta “After Hours”, donde The Weeknd con la cara rota termina una presentación en el show de Jimmy Kimmel. Es aquí donde el visual pierde el color alegre y vertiginoso de las anteriores entregas, y nos estrella a tierra con un The Weeknd preocupado y más que consciente de su infame situación.
De un momento a otro, una fuerza desconocida arrastra al protagonista en una toma vertiginosa que termina el visual en un sombrío The Weeknd de pie en un ascensor y unos cortes muy rápidos a color rojo junto a los gritos de alguien siendo asesinado dentro del mismo. Aquí es donde el relato deja de ser la típica historia del artista conflictivo y se convierte en un slasher al mejor estilo de los ochenta en el video de “In Your Eyes”, lleno de referencias a las icónicas Masacre en Texas, Viernes 13 y Halloween, con esos primeros planos al rostro y tomas en contra picado que recuerdan al más clásico de terror de asesinos. Vemos a The Weeknd intentando acuchillar a una joven que, después de una tensa e incómoda persecución, le corta la cabeza con un hacha y baila con su cabeza al ritmo de los sintetizadores retro de la canción. Este último hecho nos lleva a “Too Late”, una perturbadora producción donde dos mujeres practican necrofilia con la cabeza cercenada de The Weeknd, además de darnos referencias incluso al videojuego Silent Hill.
Pero eso no es todo: “Until I Bleed” y “Snowchild” son esos vídeos difíciles de ubicar en la línea de tiempo, porque tienen un contenido mucho más personal evidente, reflexivo hacia el pasado de The Weeknd y toda su carrera, pasando por “Trilogy” y escenarios que lo hicieron famoso como “Earned It”, incluso se podría ubicar como un momentum dentro de la cabeza del protagonista, donde al momento de morir ve pasar su vida frente a sus ojos. Algo inquietante es que en “Snowchild”, después de ver las diferentes transformaciones de su carrera, volvemos al inicio de la historia, pero en formato animado, a “Heartless”.
Es un verdadero prodigio ver una historia tan coherente contada en este formato, llena de referencias al cine clásico desde su mismo título (After Hours de Martin Scorcese, una película especialmente de culto en la carrera de este director), y dándole al espectador no solo un torrente de emociones que van desde la comodidad hasta el repelús, sino también dándole de alguna manera la responsabilidad de ordenar la historia según la entienda. Es destacable desde lo visual hasta lo musical, y un precedente en la manera de contar historias. Sin dudas, un best seller moderno contado por partes, esto es After Hours.