La meditación puede producir un estado de relajamiento profundo y una mente tranquila. Durante la meditación, concentras tu atención y eliminas el flujo de pensamientos confusos que pueden estar llenando tu mente y provocándote estrés.
Mediante la meditación constante se desarrollan cualidades como la atención plena, la compasión y el optimismo; y gestionar dificultades como el estrés, la ansiedad y los pensamientos obsesivos.
En la Universidad Tecnológica de Chemnitz, analizaron los datos de 190 estudios publicados entre 1970 y 2015. Los resultados mostraron que las personas que meditan experimentan: menos estrés, mejor autoestima, mayor creatividad, más estabilidad emocional y más atención al presente.
Un equipo de investigación de la Universidad de Harvard llevó a cabo un metaanálisis con 26 estudios sobre la relación entre meditación y altruismo. Los resultados, publicados en 2017, indicaron que los meditadores tienden a: ser más empáticos, ayudar más a otros, ser más generosos y sentir más conexión con los demás.
Los efectos de meditar también se aprecian en el cerebro. Eso concluyó un metaanálisis publicado en 2016 y firmado por profesores la Universidad de la Columbia Británica. Los autores, tras analizar 78 estudios, hallaron que el cerebro de los practicantes de meditación tenía más desarrolladas las áreas relacionadas con: la atención, la empatía, la memoria y la regulación emocional.