Bután es considerado el país más feliz del mundo, es una pequeña nación asiática entre India y China, muy famosa y reconocida por medir la calidad de vida nacional en función de Felicidad Interna Bruta (FIB), han votado a favor de enmendar un apartado de su código penal que criminalizaba el “sexo antinatural”. “La homosexualidad no será considerada como sexo antinatural a partir de ahora”, aseguró un diputado tras la votación.
63 de los 69 miembros que hacen parte del Parlamento bicameral, votaron a favor de modificar los apartados 213 y 214 del textp, esta votación tuvo lugar el pasado 10 de diciembre, el Día de los Derechos Humanos, y además de ser celebrada por la comunidad LGBT butanesa, recibiendo por este hecho un aplauso de las organizaciones de los derechos humanos.
El código penal de Bután se aprobó en el año 2004, aunque gran parte del código tomó como referencia leyes de Estados Unidos, las secciones sobre sodomía y “sexo antinatural” emplean un lenguaje muy parecido al utilizado por otros países del sur de Asia. Estos textos eran normalmente copias del código penal indio, a su vez obra de las autoridades coloniales británicas a finales del siglo XIX.
Si bien la expresión “sexo antinatural” permanecerá en el código butanés, será sucedida por una frase que clarifica que “la homosexualidad entre adultos” no entra dentro de tal definición, sin aclarar qué tipo de relaciones sí lo hacen. Los cambios todavía tienen que ser aprobados por el monarca Jigme Khesar Namgyel de Bután, conocido como el rey Dragón, el fue quien ideó medir la calidad de vida nacional en función del índice de Felicidad Interna Bruta (FIB), que tiene no solo en cuenta el crecimiento económico, sino también la conservación de las costumbres locales y el cuidado del medioambiente.
El afán de preservación de las costumbres no ha sido óbice para que Bután dé pasos en favor de la modernidad, con un rey que ha dado un cierto barniz de progreso a la monarquía al eliminar tradiciones como la poligamia, tras casarse con la plebeya Jetsun Pema.
Bután sigue así la tendencia de otros países asiáticos que en los últimos años han eliminado leyes contra la homosexualidad. La decisión de Bután “integra al país dentro de un movimiento global hacia el reconocimiento de la igualdad para las lesbianas, los gais, bisexuales y transexuales”, destaca Kyle Knight, de la organización Human Rights Watch.
Fuente: El Pais
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