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¿Seguimos siendo colombianos?

Especiales
2020-10-26
¿Seguimos siendo colombianos?
En una cultura donde la cercanía nos caracteriza conversamos con jóvenes colombianos con el fin de conocer como están socializando por estos tiempos donde la distancia social es la mejor arma contra el virus.
Por:
Carlos Andrés Arango, coordinador del Observatorio de comportamientos culturales, UTadeo.
Maria Paula Ibañez, estudiante del Programa de Publicidad, UTadeo.
Sergio Mendez, estudiante del Programa de Publicidad, UTadeo.
Santiago Sanabria, estudiante del Programa de Publicidad, UTadeo.
Laura Peña, estudiante del Programa de Publicidad, UTadeo.

 

Problema:

Antes de la pandemia del Covid-19 la sociedad colombiana estaba acostumbrada a relacionarse y actuar de una manera alegre y fraternal, socializando con familiares y amigos muy frecuentemente, haciendo reuniones, asados, celebrando cumpleaños o baby showers, pero como consecuencia del virus esas costumbres debieron ser replanteadas debido al confinamiento y a las medidas de bioseguridad que se tenido que implementar. Pero aunque las costumbres se vean obligadas a cambiar y no podamos actuar como antes lo hacíamos ¿La esencia del colombiano también se verá obligada a cambiar? ¿Podremos seguir celebrando y siendo los mismos que antes de la pandemia? Desde el Observatorio de comportamientos culturales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano quisimos descubrir si las reuniones que no pueden dejar de hacer los colombianos están fomentando escenarios de contagio del actual virus.

 

Hallazgos:

Para resolver este interrogante y descubrir el valor de las reuniones, nuestra investigación inicio con una fase cuantitativa realizando una encuesta[1] a 127 personas, con 4 preguntas que estaban encaminadas en conocer cómo se está socializando y celebrando en tiempos de pandemia. Los resultados muestran que al colombiano le gusta celebrar y socializar con su familia y amigos, y que ni la cuarentena ni el confinamiento fueron impedimento para realizar celebraciones, ya que durante este tiempo el 73,3% de las personas celebró de una u otra forma, ya sea por medios digitales, o mediante celebraciones familiares en casa. Por otra parte, quisimos saber si la situación propició un acercamiento con los vecinos, pero no fue asi ya que el 72,2% de las personas manifestó no haberlo hecho. En contraparte el 27,8% restante fueron empáticos y crearon ciertas cadenas de ayudas, por ejemplo, si algún persona necesitaba salir al mercado, le pregunta a sus vecinos que necesitan para de esa forma evitarles salir y minimizar el riesgo de contagio del virus. Con respecto a la convivencia, el 74,6% de los encuestados ha redescubierto facetas olvidadas, como jugar juegos de mesa con la familia y compartir un buen rato al punto que se ha inventado el tomar un café o un almuerzo virtual con un amigo para hablar de cosas que no sean del trabajo o del estudio. Para complentar nuestro estudio seleccionamos a 10 individuos entre los 19 y 35 años que viven en Nivel SocioEconómico (NSE) 3 y 4 para compartir con ellos algunas actividades de integración y en medio de ellas indagar sobre la colombianeidad.

 

Hablamos con Leonardo, quien es publicista con 33 años y vive en NSE3, y encontramos que gracias a la pandemia se habían creado nuevos hábitos en su día a día, por ejemplo, salir a montar en bicicleta con sus vecinos para combatir el sedentarismo al cual nos estábamos empezando a acostumbrar, y a la vez volver a socializar con más gente. En Manuel, quien es universitario, tiene 21 años y vive en NSE3, pudimos registar cómo celebraba y compartía con sus amigos y allegados mediante plataformas digitales y juegos en línea como Among Us. A propósito de reuniones sociales, se les pidió que hicieran una lista de las cosas que normalmente se encontraban en las reuniones con amigos y familiares. Para Manuel, una baraja de cartas, cervezas, ponqué Ramo y un dispositivos móvil para poner música, no pueden faltar. Para Leonardo además se necesitan monedas para jugar Guayabita y hojas para jugar Stop.

 

En lo que respecta a Jorge, quien es especialista en medios de pago, tiene 32 años y vive en NSE3, pudimos presenciar un asado de reencuentro con su familia en el que manifestó que en este tipo de reuniones hay ciertas cosas que se vuelven inseparables como la buena comida, el trago y un bafle donde suene música que amenice el ambiente. Paula, abogada de 35 años que vive en NSE3, también tuvo su asado donde evidenciamos similitudes, ya que se compró comida deliciosa para asar, trago para acompañar y seleccionó cuidadosamente una playlist que sonara y amenizara el ambiente.

  

También hablamos con María Fernanda, quien es universitaria, tiene 21 años y vive en NSE4. Con ella notamos la importancia de poder socializar con sus amigos, a pesar de disfrutar el vivir sola y amar su independencia, también reconoce la necesidad de socializar, por ello evidenciamos constantes invitaciones a sus amigos no solo a visitarla a su apartamento, sino a quedarse con ella una o dos noches:“Yo vivo sola entonces venían a visitarme o se quedaban una o dos amigas”.

 

Cuando abordamos a Juliana quien es universitaria, tiene 22 años y vive en NSE3, evidenció lo que las noticias por estos días han registrado, ya que ella considera que la caracteriza del colombiano es cómo se aprovecha de la unión para celebrar y así tener una excusa para poder ser irresponsable. Ella expresa que cree que la característica que se encuentra detrás de esto es el orgullo, por ello la cataloga una rebeldía sin causa: “el colombiano es muy rebelde y no sabe seguir órdenes”. Otra entrevistada fue Nicole, universitaria de 22 años que vive en NSE3. La conversación con ella estuvo ligada a sensaciones con respecto al ambiente que se vive en Bogotá: “me sentía pequeña por que no estaba el ruido de la ciudad que tanto la caracterizaba, pero al mismo tiempo tranquila por el silencio”. Y por último abordamos a Natalia, universitaria con 19 años y que vive en NSE4, quien nos contó como cree que en todo momento el colombiano busca la alegría, ya sea desde ritmos musicales rápidos y alegres hasta la forma en la que actuamos, ya que cuando se ve que alguien está triste, inmediatamente buscamos cambiarle el estado de ánimo a felicidad: “el sello de la cultura colombiana es la felicidad”. Una de las tantas excusas que se usan para reunirse por esta época.

 

Conclusión.

Al colombiano le gusta compartir con sus semejantes, incluso en medio de la pandemia, que no fue impedimento para dejar de festejar ni dejar de comunicarse con sus familiares y amigos, más bien lo que causó fue un redescubrimiento de facetas olvidadas como hablar y socializar con sus allegados. En reuniones familiares con amigos, existen ingredientes que no deben faltar porque ayudan a que todos los invitados se sientan cómodos. Pero también la supuesta buena unión, que caracteriza a los colombianos, está siendo una excusa para ser irresponsables e imprudentes. Está demostrado que una persona se puede reunir con otra en lugares ventilados ya que el contagio aumenta en recintos cerrados, además se debe conocer el cuidado que ha tenido la otra persona los últimos 14 días con el fin de no terminar interactuando con una portadora del virus. Pero en ningunas de las reuniones esta fue la prioridad y prevaleció la necesidad de verse e interactuar con sus hallegados. En conclusión aunque la pandemia nos haya alejado, la misma nos ha impulsado a encontrar nuevas formas de socializar pero también recordar las que habíamos olvidado, porque seguimos siendo un pueblo que siempre tiene una excusa para reunirse, pareciendo ser esto lo más importante.

 

[1] https://docs.google.com/forms/d/1WfMUJeza_CA0siqxyUYU0hho3l7JiJTBF5p7acNV8cQ/viewanalytics