Escrito por: Luisa Fernanda Onofre Enciso
Editora/correctora de estilo: Carolina Labrador
Ilustrado por: Laura Betancourt
Actualmente se estima que su población global esta entre 22.000 y 31.000 individuos; en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) se categoriza en el estado vulnerable código A3c para el 2015, lo que nos indica que posiblemente, hoy en día, la población esta decreciente y tengan menos individuos. El panorama, como lo vemos para estos mamíferos, no es nada positivo por estos desafíos críticos en un entorno cada vez más amenazado.
Si nos remontamos a su historia evolutiva podemos retroceder aproximadamente 38 millones de años y encontrarnos con un cambio drástico en la tierra, ya que evolucionaron de una población aislada de osos pardos (Ursus arctos) en el Pleistoceno. En esa época hubo un periodo interglaciar, lo que representó una evolución de esta especie por medio de mutaciones generación tras generación. En el inicio de su evolución, y selección natural, dieron paso a adaptaciones que hacen que la especie pueda sobrevivir a las extremas condiciones del Ártico y ser viable genéticamente. A esto lo conocemos como especiación, proceso en el cual surge esta nueva especie (Ursus maritimus) a partir de la población de la ya existente (Ursus arctos). En esta transición se encontraban osos pardos con similitudes o características de osos polares, sin embargo, no eran aptas en el marco evolutivo y de supervivencia. Las adaptaciones especializadas están desde su piel negra, que cuenta con una capa de grasa subcutánea que puede medir hasta 11cm de espesor; sus fuertes patas, tanto delanteras como traseras que lo ayudan a nadar largos tramos para buscar su presa; sus garras, curvas, largas y no retractiles que les ayuda a aferrarse al hielo; y el denso pelaje, constituido de filamentos trasparentes que les proporciona el aislamiento térmico y camuflaje necesario.
Como es bien conocido, el calentamiento global en el Ártico es acelerado. Esto afecta toda la red trófica, para los osos polares la perdida de hielo marino hace complicado el cazar focas, su principal fuente de alimento, y eso hace que pasen más tiempo en tierra firme, lo que los agota más porque se incrementa el gasto energético a medida que se aumenta el periodo de ayuno; esto da paso al canibalismo entre machos adultos que atacan a oseznos, y sumado con la expansión y actividades humanas en el ártico para el transporte marino y la explotación de los recursos naturales, se hace aún más necesaria la conservación de estos animales de forma ccinmediata y coordinada por entidades como la WWF (World Wildlife Fund) y los centros de investigación en Europa.
El día 27 de febrero busca generar conciencia sobre todo lo que sucede con los osos polares; desafíos y colaboraciones comunitarias que ayuden a promover medidas efectivas para su protección (desde las madres hasta los oseznos) para fortalecer la especie y garantizar la supervivencia. Es por esto que es primordial disminuir las emisiones de carbono, fomentar el uso de energías renovables y actividades que mitiguen los daños ambientales, fortaleciendo a su vez la educación ambiental que sensibilice al público y se movilice el apoyo de su conservación.
A partir de lo anterior, queremos presentarles a Beartic N.º 0614, un Pokémon inspirado en el oso polar y presentado durante el Día de Pokémon (también celebrado el 27 de febrero): un fiero monstruo de bolsillo carnívoro de tipo hielo, con la evolución de Cubchoo N° 0613 a Beartic que cuando atrapa a una presa, exhala un vaho gélido con el fin de congelarla y conservarla. Al presentarles este personaje nos gustaría que lo vieran como herramienta para conectar a las personas con los desafíos reales que enfrentan los osos polares en su hábitat natural. Finalmente, en un contexto educativo, en nuestro Museo del Mar se alberga un espécimen disecado de oso polar que permite a estudiantes e investigadores estudiar su anatomía y características en detalle.