“Tengo un especial afecto por el sector solidario, sé de su papel en el desarrollo de la sociedad y de la ayuda que brinda a la construcción de un mejor país”. Estas son las palabras del rector de Utadeo, Carlos Sánchez Gaitán, quien le dio la bienvenida a un grupo de integrantes de diferentes cooperativas de Colombia, quienes asistieron a la Universidad para compartir experiencias y actualizarse en temas del sector.
La charla estuvo a cargo de los docentes de Utadeo Marcela del Rosario Roa Soto y Celso Miguel Melo Melo, quienes hablaron de cómo la pandemia fue una dura prueba a nivel mundial y el Sector Solidario no fue ajeno a sus inclementes efectos devastadores.
No obstante, no es la primera vez que el sector debe recomponerse, reinventarse, adaptarse y creativamente ofrecer alternativas, ya que había superado mundialmente la crisis financiera generalizada del 2008 y la quiebra de una gran cantidad de importantes Cooperativas Financieras y Bancos Cooperativos cuando corría el año 1998.
Además, con una coyuntura en la que los cambios de políticas de gobierno y tributación se sumaban a la crisis y un sin número de adversidades “que nos han hecho fuertes y nos han enseñado en el tiempo”, según la docente Marcela del Rosario Roa.
Pese a esas circunstancias, las cooperativas lograron salir airosas, y en la pandemia se vio cómo los fondos de empleados y asociaciones mutuales impactaron más de la mitad de la población colombiana de manera directa o indirecta mediante sus portafolios de bienes y servicios ofrecidos, a la fecha agrupan más de 5 millones de colombianos y según la Superintendencia de la Economía Solidaria para comienzos del 2022 “gran parte son trabajadores cuyos empleos, ingresos y empresas se vieron en riesgo desde el 2020”.
El sector logró resistir exitosamente a las consecuencias conocidas atribuibles de la pandemia y con cargo a sus propios recursos de aportes sociales, ahorros en las diferentes modalidades, excedentes de ejercicios anteriores entre otros, sus reducciones en los presupuestos, con esfuerzos económicos extras (intermediación) y sin apoyo de liquidez del Gobierno Nacional, como sí lo recibió el sistema financiero.
“Ellos apoyaron de acuerdo con sus capacidades a los asociados y deudores mediante periodos de gracia, condonación de intereses corrientes, refinanciaciones, es decir, con créditos blandos en condiciones especiales de amortización, auxilios, subsidios y diferentes programas, que fueron un paliativo para los efectos negativos en los ingresos, la integridad, la salud física y mental y porqué no decirlo, en la dignidad de los asociados y su grupo familiar”, asegura la docente Roa.
Puede afirmarse que el sector solidario fue soporte en un momento de crisis, demostrando su tesón y vigencia, su aprendizaje en medio de la adversidad, para no cerrar sus servicios sino para dar continuidad y sostenibilidad al negocio de forma creativa. En ese contexto también se vio cómo la adaptabilidad y la apertura de nuevos canales aceleró la conversión tecnológica, a la que estaban llamados tiempos atrás cuando en debates para la toma de decisiones, hablaban de cómo llegar a los millennials y centennials, o aquellos asociados en provincia, zonas apartadas o en el exterior, que fueron posibles por la crisis.
“Compartir las experiencias que hemos vivido cada uno desde su proceso es muy grato porque aprendemos de todo y vamos sumando. Realmente estos son espacios que valoro aún más, luego de dos años en los que el confinamiento fue el protagonista y qué mejor que regresar a la universidad”, señaló Ingrith Paola Cruz de Coopetrol, quien además explicó que estos espacios son determinantes para ellos ya que logran actualizarse con docentes de calidad y se da la oportunidad también para crear alianzas para que sus afiliados puedan seguir formándose.
En Coopetrol le apuestan a la educación como un eje de desarrollo, de cambio y construcción de tejido social. “Compartir conocimiento y capacidades desde la universidad y el mundo académico con el sector solidario es determinante para manejar la situación pos covid y una posible coyuntura de crisis”, dijo el profesor Celso Miguel Melo Melo.
La generación de conocimiento y la actualización toman un valor mayor en un contexto en el que el Gobierno, en la emergencia de la pandemia, emitió nuevas regulaciones a las cuales el sector solidario debe adaptarse. De ahí que el aprendizaje continuo sea clave.
Por eso, desde la Universidad Jorge Tadeo Lozano, se diseñan cursos a la medida de las organizaciones para trabajar de la mano y apostarle a ese bien común y construir país. En palabras de Julián Dicker, jefe de Educación Continua y Emprendimiento: “estamos para entender sus necesidades y así diseñar programas a la medida para que el sector solidario se actualice y pueda mejorar sus procesos”.
El conocimiento en este tiempo de crecimiento organizacional indiscutible de la cultura solidaria exige implementar normas de buen gobierno corporativo y buenas prácticas cooperativas y temas de Gobernabilidad. La docente Marcela del Rosario Roa Soto da algunas claves para este proceso:
• Crear, proteger y aportarle valor a los miembros de la organización.
• Establecer bases sólidas para la gestión corporativa y la supervisión (autonomía solidaria, autogestión y autocontrol).
• Estructurar el máximo órgano de administración de tal manera que aporte valor agregado a todos los miembros de la organización (Perfiles).
• Actuar con ética y responsabilidad frente a miembros u otras partes de interés.
• Un correcto sistema de reporte de operaciones potencialmente riesgosas.
• Respetar los derechos de los miembros de la organización y de otras partes interesadas.
• Identificar y gestionar correctamente los riesgos.
• Remunerar de manera justa y responsable.
Todo lo anterior con el fin de alcanzar los objetivos de la Gobernabilidad que no son otros que:
1. Aumentar la confianza de los diversos grupos de interés de las organizaciones solidarias en su trabajo, incrementando en el largo plazo el valor de la misma.
2. Asegurar un adecuado equilibrio en el funcionamiento de la Asamblea General de asociados o delegados según sea el caso, Junta Directiva/Consejo de Administración, Comité de Control Social/Junta de Vigilancia y la Administración conforme su estructura, como principales órganos de gobierno de la organización solidaria.
3. Velar por la existencia de transparencia entre los diversos órganos de gobierno de la organización solidaria, generando información relevante, oportuna, fiable y verificable, minimizando el conflicto de interés en la misma.