“Este proceso fue muy difícil. Es el resultado del esfuerzo y de la capacidad de seguir aprendiendo”. Estas fueron las palabras de María del Pilar Vanegas Cañón, quien recibió su título de Maestría en Ciencias Ambientales.
No escondió la emoción y su felicidad que desencadenó en llanto, pues en medio de este recorrido académico no sólo adquirió nuevos conocimientos para poner en práctica en sus funciones en el Departamento de Conservación de Fauna Silvestre, sino que pudo reconocerse en nuevas facetas, apoyarse en nuevas amistades y corroborar que como nada es estático y el cambio está al orden del día, la educación es ese camino para realizarse personal y profesionalmente y así poder escribir nuevas historias, de ahí sus lágrimas que simbolizan ese logro y un buen porvenir que también significa avance para la sociedad.
“Ingresar a la academia es recorrer la historia y hacer parte de un cambio que es necesario y la mejor ruta es la educación”, señaló por su parte Andrés Franco Herrera, Vicerrector Académico de Utadeo. Un cambio que se requiere con urgencia cuando en Colombia se habla de una inflación por las nubes, de desempleo, posiblemente de dos dígitos y desabastecimiento. Además de la coyuntura mundial en la que guerras, el cambio climático y las nuevas formas de mover la economía son los protagonistas.
Andrés Franco Herrera, Vicerrector Académico de Utadeo.
No son tiempos fáciles sin duda alguna, sin embargo, cultivar valores como la tenacidad, la disciplina, la rigurosidad, el trabajo en equipo y la esperanza, nos permite como sociedad encontrar soluciones a las necesidades actuales. Precisamente es lo que mueve por ejemplo a Diego Fernando Mojica, quien se graduó como doctor en Ciencias Antárticas de la Universidad de Magallanes, Chile, quien mencionó que “Soy expedicionario antártico. Seis veces he ido al continente blanco, es majestuoso, conocer esos parajes es algo indescriptible”.
Las visitas de Mojica al continente blanco tienen un objetivo claro: evidenciar de primera mano qué sucede en los glaciares, ver cómo eso impacta en territorio colombiano y finalmente a través del conocimiento ayudar a generar medidas que permitan mitigar los efectos del cambio climático, que impacta todo el mundo y a las futuras generaciones. “Tenemos la responsabilidad de dejar un mejor planeta. Estamos sobre el tiempo y todas las medidas cuentan”, añade.
Como el tiempo no da espera esas medidas que mitiguen los impactos requieren de alianzas entre sectores como la academia, el Gobierno y empresa privada. En esta ceremonia de grados se contó con la presencia de Juan Eduardo Quintero Luna, gerente de Empresas Públicas de Cundinamarca quien destacó la alianza con la Escuela del Agua de Utadeo, uno de los cursos que le dieron paso a los graduandos de la maestría Gestión Sostenible del Agua en la cual participó un grupo de personas de la empresa.
Juan Eduardo Quintero Luna.
“Felicito a mis compañeros que reciben este grado ya que representa un programa idóneo para alcanzar los objetivos que tenemos desde la Gobernación. Con su criterio van a servir como consejeros en el sector para entender el ciclo integral del agua y con ello generar una gestión eficaz y sostenible para sumarnos a esos ODS”.
Este grupo de personas que reciben su título en Gestión Sostenible del Agua toman mayor relevancia en un país megadiverso como Colombia y más cuando en los océanos está el 70 % del oxígeno que se respira. El conocimiento adquirido les permite trabajar por la calidad de vida de las personas y sumarse a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que le apuestan entre otras a la disminución de la pobreza, vida submarina, reducción de las desigualdades y vida de ecosistemas terrestres.
“Es gratificante que con nuestro trabajo podamos ayudar a lograr esos objetivos. Yo trabajo en una empresa avícola y los conocimientos que adquirí en la maestría son pertinentes para avanzar a otro nivel para ser más rentable y generar más ingresos”, señaló Jorge Armando Villamizar, que recibió su grado en Ingeniería de Procesos y Sistemas Industriales quien entre la emoción y la contundencia de sus palabras agradeció por el equipo de docentes, investigadores y directivos de la universidad, ya que sintió un apoyo constante y la oportunidad de adquirir el ADN de la Tadeo.
Ese ADN que desde su fundación se caracteriza por la exploración, el cuidado de los recursos naturales y esa conexión entre el arte y la ciencia. “Gracias a su disciplina y al haber decidido elegirnos como su casa académica, sabemos que juntos estamos aportando al conocimiento de nuestros mares, a la búsqueda de soluciones en diferentes sectores y esa apuesta de mejorar la calidad de vida de las personas y qué mejor que con nuestro sello tadeísta”, concluyó el Vicerrector Andrés Franco Herrera.
