Manual para señoritas

La Brújula

LA BRÚJULA es un medio de comunicación de la Universidad Jorge Tadeo Lozano "hecho por estudiantes y para estudiantes", donde se dan a conocer los acontecimientos y la realidad que influye en la vida universitaria tadeísta.
  • Literatura

Export taxonomy

Destacadas
Manual para señoritas
Compartir en
Miércoles, Marzo 5, 2025
«¿Qué vas a ser cuando grande?» era la pregunta que me ponían mis profesoras en primaria. Me imaginaba siendo partera, actriz, e incluso astronauta.

Escrito por: Carol Parra 

Editora/correctora de estilo: Akemi Amaya 

Iustrado por: Xiomara Ramírez 

Entre todas las respuestas, hoy sé que mi imaginación era alcanzada por la fuerza gentil que me susurraba una mujer; una de las tantas que se educaban para educar.  

Si pensamos en las estudiantes de una Escuela para señoritas, nos imaginamos a muchachas ornamentadas con los más ostentosos vestidos y sombreros; con guantes blancos y sombrillitas para que no les dé el sol, pero, una Señorita educada en el siglo XIX en Colombia era como cualquier otra niña que comía golosinas y que buscaba un refugio a través del aprendizaje. Eran niñas vestidas con telas deslavadas, zapatos gastados y ropa recatada. Niñas como la que un día fui, con las orejas bien puestas en su sitio para escuchar lo que la sociedad necesitaba de mí.  

Así es cómo desde las manos más delicadas y cálidas, la mujer nos ha formado. No lo hizo a través de leyes, decretos o dictaduras; lo hizo a través de un oficio, que, si bien alrededor de 1870 era considerado “conveniente particularmente a la mujer”, hoy debe ser pasado de mano a mano, de cuerpo a cuerpo. El Concejo Municipal de Bogotá les enseñó a las niñas diversas habilidades y me gustaría describir sus prácticas como «El oficio de vestir a la sociedad», puesto que contribuyeron a la productividad, la imagen y la apropiación de saberes en el marco nacional. Para que nos hagamos una idea, quiero presentarles un modelo atemporal para la señorita ideal:  

Manual para Señoritas:  

Parágrafo 1°: Es menester que la aspirante cumpla de pies a cabeza con los requisitos que se articulan en este documento.  

Artículo 1°: La Cabeza: La aspirante debe portar un sombrero de paja que mantenga la posición de sus pensamientos. Es necesario que este sea de una talla más grande ya que la mujer tiende a crecer exponencialmente de pensamientos y estos deben ser compartidos por la agrupación de Señoritas. Con la cabeza aprenderá a escuchar, leer, ver y opinar.  

Artículo 2°: El cuerpo: La aspirante debe portar un vestido (o pantalón) que la identifique. Este será bordado por ella misma para que su cuerpo se adorne y ordene con base en su imagen. Con el cuerpo aprenderá a bailar, abrazar, trenzar y cuidar.  

Artículo 3°: Los pies: La aspirante debe portar zapatos cómodos que le permitan correr y alcanzar gorriones, palomas y gatos. Cabe aclarar que la aprendiz deberá estar descalza en algunos momentos del día con el fin de sentir la tierra y la libertad. Con los pies aprenderá a elevarse, arrodillarse para agradecer(se) y a caminar con pisada fuerte.  

Parágrafo 2°: Con el perfil anterior, la aspirante se podrá matricular según sus necesidades dentro de la sociedad.  

Artículo 4°: Serán materias diarias de enseñanza las siguientes:  

  • Ética del cuidado. 
  • Filosofía y pensamiento crítico. 
  • Ciencias y matemáticas. 
  • Danza y deporte. 
  • Revoluciones y voz política.  
  • Historia de la mujer.  
  • Cocina con plantas medicinales. 
  • Floricultura y horticultura.  
  • Ciclo lunar y cuerpo femenino.  
  • Modistería y sastrería para la identidad del ciudadano.  

Artículo 5°: Las materias prácticas serán desarrolladas diariamente correspondiente a las necesidades de la aprendiz con el fin de profesionalizarse y hacer parte de la enseñanza de la comunidad.  

Hoy somos un ciudadano vestido a través de remiendos, puntadas e hiladas que las mujeres han diseñado a lo largo de nuestra historia. Antaño, aquellas carecían de la facultad de decidir sobre su propia educación, agradeciendo a todo sistema menos al de sí mismas. Callando dolores y llorando ausencias, ausencias de un pueblo perdido entre el cansancio. Educarse nunca fue caminar derecha con una pila de libros sobre la cabeza ni tomar el té con el meñique levantado. Educarse siendo mujer fue (y es) resistencia, respeto al prójimo; valoración del cuerpo, de los muslos, de los pechos; de Venus recién nacida y de Marie Curie soportando la radiación de la ignorancia.  

«¿Qué quiero ser ahora de grande?» Quiero ser la señorita que se viste, la hermana que enseña, la madre que siente. La que aprende y la que teje entre palabras y memorias, una escuela universal donde las mujeres que nos vistieron sean la insignia del amor y de la humanidad.  

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional.