Diez estudiantes de Derecho de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano visitaron la Cárcel y Penitenciaría de Media Seguridad y la Colonia Agrícola de Acacías, en el Meta, para llevar a cabo el proyecto 'Enfoque diferencial y personas privadas de libertad’, que busca sensibilizar y capacitar a funcionarios y reclusos sobre la importancia de un trato diferenciado a poblaciones vulnerables.
Durante dos días, los estudiantes realizaron talleres y actividades con 60 funcionarios penitenciarios y 100 personas privadas de libertad, en los que se abordó la necesidad de reconocer, responder y respetar las diferencias en las condiciones de vida y los desafíos que enfrentan personas de grupos vulnerables como mujeres, comunidades étnicas, migrantes, personas mayores, discapacitadas y la comunidad LGTBI.
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"Los talleres desarrollados con los funcionarios pretendían generar una reflexión en torno la necesidad de adoptar medidas con enfoque diferencial en prisión teniendo en cuenta que no todas personas cuentan con las mismas oportunidades y herramientas para enfrentarse a los retos de la vida”, afirmó Beatriz Eugenia Suárez López, directora del semillero.
Además de los talleres, los alumnos de Utadeo visitaron la Colonia Agrícola de mínima seguridad, donde las personas en proceso de resocialización participan en proyectos productivos como panadería, piscicultura y apicultura.
Las experiencias de las estudiantes Utadeo
Laura Daniela Poveda Quevedo, estudiante de octavo semestre, compartió su experiencia con las mujeres en la cárcel. "Lo que más me impactó fue ver cómo, a pesar de todo lo que han pasado, siguen luchando por volver con sus familias. Son increíblemente resilientes", afirmó.
Por otro lado, Mariana Bernal Becerra, estudiante de séptimo semestre destacó la relevancia del enfoque de género en el contexto penitenciario.
"Las mujeres enfrentan condiciones muy difíciles, muchas enfrentan estigmas sociales y condiciones inadecuadas sobre todo con necesidades fisiológicas. Estas realidades subrayan la necesidad urgente de un enfoque de género, y la Ley 2292 de 2023, que beneficia a mujeres cabeza de hogar les permite acceder a una medida sustitutiva de la pena de prisión, permitiéndonos contemplar alternativas que transciende lo meramente punitivo y permite una justicia restaurativa para ambas partes”, señaló Bernal.
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La experiencia no solo permitió a los estudiantes aplicar los conocimientos adquiridos en el aula, sino que generó un impacto tangible en las vidas de quienes participaron. Los talleres y la interacción humana lograron crear un espacio de reflexión y aprendizaje que, como señalaron los mismos estudiantes, seguirá fortaleciendo su formación profesional y personal.
“Fue una experiencia que cambió por completo mi forma de ver el mundo porque cada mujer es mucho más que un delito, cada una tiene una historia que contar. Me llena de orgullo saber que a estas alturas de mi carrera he podido aportar tanto a las personas privadas de libertad, lo que me impulsa a seguir estudiando, pues cada vez que salgo de una cárcel siento que es una oportunidad para expandir todo lo que he aprendido”, puntualizó Valentina López Hernández, estudiante de sexto semestre.
